Brasil irá a balotaje el próximo 30 de octubre tras el sorpresivo desempeño del mandatario ultraderechista Jair Bolsonaro este domingo en la primera vuelta de las presidenciales frente al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, que ganó por estrecho margen.
Al término de un conteo agónico que empezó dando a Bolsonaro una ventaja de hasta siete puntos, pero que luego se fue reduciendo a cuentagotas, los resultados situaron al expresidente Lula con 48% de los votos, frente a 43% para el mandatario, con el 99% de los colegios electorales escrutados.
Las principales encuestadoras habían vaticinado una amplia ventaja para Lula desde hacía meses e incluso habían previsto la posibilidad de que el expresidente ganara ya este domingo sin necesidad de balotaje.
Sin embargo, el mandatario ultraderechista resistió y logró un resultado que solo sus partidarios se empeñaban en creer.
El bolsonarismo salió además reforzado en las elecciones legislativas y de gobernadores, celebradas en paralelo. En el Congreso, por ejemplo, fue elegido diputado el exministro de Medioambiente Ricardo Salles, que tuvo que dejar el gobierno por sospechas de corrupción.
"Me atrevería incluso a decir que el bolsonarismo ganó la primera vuelta", dijo Bruna Santos, del Instituto Brasil del Wilson Center, un centro de análisis en Washington. "Salió reforzado en el Congreso y el Senado. Sin mencionar que extendió su base en las gobernaciones", agregó.
Mientras, Lula, que había previsto celebrar su victoria en primera vuelta por todo lo alto en Sao Paulo, tendrá que pelear ahora por cada voto.
"La lucha continúa hasta la victoria final", dijo el expresidente, de 76 años, en el hotel paulista donde aguardó los resultados.
"Tendremos que viajar más" para "convencer a la sociedad brasileña de nuestras propuestas", agregó, visiblemente fatigado.
"Los resultados de hoy forzarán a Lula a cortejar a los votantes centristas e incluso los conservadores de manera más agresiva en las próximas cuatro semanas", dijo en un tuit Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas (FGV) en Sao Paulo.
Bolsonaro, un excapitán del ejército de 67 años, ha centrado su estrategia de campaña en los valores morales como la familia y la Biblia, un discurso patriótico y los ataques a su adversario, al que se refiere como el "ladrón".
Mantiene un sólido apoyo entre los evangélicos, que representan un tercio del electorado, el agronegocio y parte de los sectores populares que no perdonan al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula sus escándalos de corrupción.
El ultraderechista había atacado en sus mitines las encuestas: aseguró que la temperatura electoral había que tomarla en las calles, y que en ese caso iba a ganar de sobras. Hace dos semanas dijo que sería "anormal" no ganar por 60% en la primera vuelta.
"No me sorprenden los resultados. Vencer toda una estrucutra para elegir un candidato (Lula) no es fácil y tener un segundo turno muestra la fuerza" de Bolsonaro, dijo a la AFP Paulo Ferreira, un jubilado de 70 años de la estatal Petrobras.
El mandato de Bolsonaro estuvo marcado por una turbulenta gestión de la pandemia que dejó 686.000 muertos, un avance de la pobreza y el hambre, niveles récord de deforestación en la Amazonía y ataques contra las instituciones judiciales y la prensa.
Por su lado, Lula contaba con imponerse holgadamente este domingo apoyado en el voto de los más pobres, las mujeres y los jóvenes, tras haber gobernado Brasil de 2003 a 2010 y haber dejado el poder con casi 90% de popularidad.
Pero Lula no ha podido sacudirse a ojos de buena parte de la sociedad la mancha de la corrupción. Fue sentenciado y encarcelado antes de obtener la anulación de sus condenas en 2021 por motivos procesales por el escándalo "Lava Jato" sobre una red de sobornos en la petrolera estatal Petrobras.
En el centro de Rio, Viviane Laureano da Silva, una funcionaria pública de 36 años, se mostró confiada en que Lula "ganará en un segundo turno".
"La campaña va a ser difícil. Soy de la periferia y veo cómo el pueblo apoya a Lula", dijo a la AFP tras conocerse los resultados.
De ganar en segunda vuelta, Lula promete combatir el hambre en Brasil, sacar al país de su aislamiento diplomático y poner fin a su imagen de “paria” medioambiental, debido a la deforestación de la Amazonía registrada bajo Bolsonaro.