El amanecer del 24 de febrero del 2022 marcó el inicio de la invasión rusa a Ucrania con estallidos militares en las regiones de Donetsk y Luhanks, zona fronteriza entre ambos países. Tras un año en guerra, el objetivo inicial de Moscú se transformó a raíz del fracaso de la ‘operación rápida’.
Después de un año de combate, Rusia no da señales de ceder y Ucrania fortalece su estrategia de contención para evitar la expansión de las fuerzas del Kremlin en su territorio.
Un día antes de la invasión el precio promedio del crudo Brent se cotizó en $96,84 por barril, mientras que el 8 de marzo alcanzó los $127,98. El conflicto bélico provocó que, en los primeros meses de disputa, incrementara el precio de los combustibles debido a que Rusia es un importante exportador petrolero y sus acciones militares causaron tensión en el mercado.
También se dio el desabastecimiento de energía en Ucrania. Sí, el poderío del gas ruso quedó claro con la guerra y se convirtió en una de las armas económicas rusas, pero los mercados de la Unión Europea (UE) lograron sobreponerse al suministro energético y los combustibles.
De hecho desde el mes de octubre del 2022 el precio del barril de petróleo no supera los $100; en Costa Rica el precio de los combustibles ya empieza a estabilizarse. Sin embargo, el fuerte golpe al precio de los granos y los fertilizantes todavía deja una mancha que no logra eliminarse.
Víctimas humanas
Las guerras cobran la vida de cientos de personas que mueren en batalla y civiles que, sin quererlo, son sorprendidos por militares, bombas y ataques aéreos que son el vehículo para llevar a la muerte a cientos de ciudadanos.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (UNHR, siglas en inglés), Volker Türk, al 21 de febrero del 2023 se contabilizó un acumulado de 8.006 muertes de civiles y al menos 13.287 heridos desde el inicio de la guerra. De acuerdo con datos del Banco Mundial, Ucrania tiene poco más de 43 millones de habitantes.
“En medio de la escasez de agua y electricidad durante los fríos meses de invierno, casi 18 millones de personas necesitan urgentemente asistencia humanitaria. Unos 14 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares”, dijo Türk al sitio web oficial de UNHR.
El 90,3% de las muertes fueron causadas por armas explosivas como proyectiles de artillería y ataques aéreos, por ejemplo.
“A mediados del año pasado vimos cómo destruían (las fuerzas rusas) hospitales y condominios para bajar la moral del ucraniano”, expresó Carlos Murillo, director del Observatorio del Desarrollo de la Universidad de Costa Rica (UCR) y catedrático de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (UNA).
En enero de este año el Ministerio de Defensa británico reportó que Ucrania ha logrado recuperar el 54% del territorio invadido por Rusia en el 2022.
Granos
El sector agrícola sufrió los daños colaterales de la guerra en el que ambos frentes destacan en las exportaciones mundiales de trigo. Rusia lidera los envíos de dicho grano que equivale al 20% de las exportaciones mundiales, mientras que Ucrania es el quinto país que se traduce en el 10% de las salidas de trigo al mundo.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ucrania es el tercer proveedor mundial de maíz, el cuarto en cebada y el principal de semillas de girasol.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)informó en abril pasado que tras la invasión a Ucrania, incrementó en un 17,1% el precio de los cereales, incluyendo el trigo y otros como la avena, la cebada y el maíz.
- Un día antes del estallido de la guerra, el precio de la tonelada de maíz se cotizó en $290 y el de trigo en $284, en la Bolsa de Cereales. El 24 de febrero, subieron $4 cada uno.
- El 8 de marzo el precio del maíz y el trigo alcanzó los $345 y $402 por tonelada, respectivamente. En junio el trigo llegó al mayor monto durante la guerra con $474 por tonelada.
- Al cierre del año, el maíz se fijó en $303 por tonelada y el trigo en $359.
Costa Rica también resintió la fijación de los precios internacionales de granos, que se utilizan no solo para la elaboración de pan, tortillas y galletas, sino para alimento de aves, ganado porcino, entre otros animales.
De acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), en febrero del 2022 el precio de los cereales y productos de cereales experimentaron una variación mensual de 0,32%, en marzo llegó a 1,23%. La variación mensual alta se reflejó en abril con 3,74% y la más baja en noviembre con 0,15%.
Pero si hablamos de variaciones interanuales en el precio de los cereales desde que empezó la guerra, osciló entre un 9% (febrero) y 20,62% (porcentaje más alto ubicado en agosto).
El precio del huevo, por ejemplo, tuvo una variación interanual de 35, 23% en octubre anterior, la más alta del año 2022 respecto al mismo periodo en el 2021.
El incremento en los precios de estos productos no responde únicamente a la guerra, sino a los altos niveles de inflación ocurridos en dicho año que llegó a una variación interanual de 12,13% en agosto.
Fertilizantes
El sector agrícola también recibió los golpes de la guerra por medio de los fertilizantes, producto que contribuyó en el aumento de precios de los alimentos.
“Hasta octubre de 2022, alrededor del 70% de la capacidad de producción de amoníaco en Europa se había reducido o las plantas habían dejado de funcionar”, informó en su sitio web el Banco Mundial.
Rusia representó en el 2020 más del 15% de las exportaciones mundiales de fertilizantes. Este país es el principal exportador mundial de fertilizantes nitrogenados y el segundo de fertilizantes potásicos.
Si bien los mercados inician a estabilizarse, los valores de los fertilizantes continúan en precios históricos a pesar de que empiezan a disminuir en comparación a los primeros meses de guerra. (ver gráfico)
Combustibles
La subida en el precio de los combustibles fue una de las principales quejas de los consumidores que vieron cómo el litro de gasolina y diésel crecía cada vez más.
El pasaje de autobús, transporte privado e incluso los alimentos elevaron sus precios ante la presión en los combustibles.
De marzo a agosto del 2022 el costo del barril de crudo Brent se mantuvo por encima de los $100, incluso llegó a los $127,98 en marzo. De setiembre a diciembre se situó por debajo de los $99.
El 2023 va a mejor paso con precio que no superan los $90 por barril y eso repercute en Costa Rica donde el litro de gasolina super y diésel se ubica en ¢731 y ¢748, respectivamente.
Ese respiro en el bolsillo de los costarricenses se da luego de que se atravesara por cifras mayores a ¢1.000 por litro de gasolina super y diésel, entre junio y agosto.
La incertidumbre en el mercado derivado a la tensión política generó el alza en los combustibles sumado a la demanda que ya se estaba ejerciendo sobre estos suministros, debido a la reapertura económica dada ante la evolución de la pandemia con la eliminación de ciertas restricciones en el mundo.
Este resurgir de los mercados, ante la imposibilidad que en algún momento ejercieron los mercados, empieza a limitar a Rusia. Ese país experimentó en el 2022 la caída 45,5% en sus exportaciones de gas que suministraba mayormente a Europa, según datos del gigante Gazprom.
Alemania contribuyó al descenso de las exportaciones del suministro ruso al construir su propia terminal de importación de gas natural licuado (GNL).
Con el objetivo de frenar los ingresos de Moscú y obstaculizar el financiamiento para sus estrategias militares, la UE junto a los países del G7 y Australia acordaron un tope al precio del petróleo ruso de $60 por barril.
“Rusia anunció en respuesta que prohibiría a partir del 1°. de febrero la venta de su petróleo a los países que apliquen el tope a los precios del crudo ruso. Para compensar sus pérdidas, Moscú intenta aumentar la entrega de sus suministros de gas a China, un país que consume mucha energía”, informó l agencia de noticias internacionales AFP.