Faltan siete días para el 1.° de mayo y el ambiente en los pasillos de la Asamblea Legislativa es bastante atípico para la víspera. Las negociaciones para el Directorio 2019-2020 no se extienden hasta después de la hora de salida de los despachos, los ánimos no están tensos y la calma para escuchar a los candidatos se repite entre las diferentes bancadas.
Carlos Ricardo Benavides, diputado por segunda vez y ministro de tres carteras en el pasado, es la carta del Partido Liberación Nacional (PLN) para buscar la presidencia del Congreso y, con ella, obtener mayor control de la agenda durante las sesiones ordinarias e impulsar la reforma al empleo público.
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En la acera del frente, Erwen Masís, abogado y dos veces alcalde de San Mateo de Alajuela, es la apuesta del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) para suceder a Carolina Hidalgo –del Partido Acción Ciudadana (PAC)– al frente del Directorio Legislativo. La intención es promover una agenda conservadora en el plano social que se opone al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo, y que respalda el proyecto sobre libertad religiosa.
Los dos congresistas empezaron a calentar, en las últimas semanas, las negociaciones políticas que solo tienen un objetivo: la cacería de votos.
Apoyos y ¿compromisos?
La candidatura de Benavides se oficializó el pasado miércoles 27 de marzo, cuando los 17 diputados liberacionistas le dieron su apoyo al legislador. Las turbulencias internas vinieron después.
En los últimos días se evidenció un resquebrajamiento interno en la bancada del PLN debido a la desazón que provocó el apoyo del Partido Acción Ciudadana (PAC) a las aspiraciones de Benavides. Así lo reconoció Roberto Thompson, congresista verdiblanco.
El diputado por Alajuela aceptó que dentro de la bancada existe un grupo de congresistas que está en desacuerdo con que el oficialismo forme parte de un directorio multipartidista como el que ofreció Benavides desde el día de su postulación.
Thompson aclaró que nunca dudaron si votar por Benavides: “Los votos para él están confirmados”. Sin embargo, le pidieron al candidato verdiblanco escuchar el descontento que permeó en una parte de la fracción por la posibilidad de abrirle las puertas al PAC.
“Queremos un directorio de oposición”, aseveró Thompson.
Benavides fue categórico al asegurar que cuenta con el apoyo de sus 16 compañeros para buscar la presidencia y que mantiene su idea de crear un directorio multipartidista.
La matemática legislativa le confiere a Benavides –hasta ahora– un total de 28 votos distribuidos así: 17 del PLN, 10 del PAC y el de Zoila Volio, del Partido Integración Nacional (PIN).
En las tiendas de la Unidad Social Cristiana tampoco se respira armonía absoluta. Masís trata de limar asperezas con algunos de sus compañeros de fracción, quienes se molestaron luego de que se firmara un acuerdo con el bloque Nueva República sin someterlo al juicio previo de la bancada.
Masís acepta que está en una fase de diálogos y acercamientos con las diferentes fuerzas políticas, aunque todavía nadie, más allá de los ocho legisladores afines al excandidato presidencial Fabricio Alvarado, confirma su voto en favor de la causa de la Unidad.
El ajedrez de Cuesta de Moras le otorga 17 votos al aspirante del PUSC: nueve de su propia fracción y ocho del grupo de independientes de Nueva República.
A estas agrupaciones políticas las unió un acuerdo suscrito el pasado 2 de abril en el que se incluyeron diez proyectos de ley y una temática en contra del aborto (pese a que no existe ningún proyecto de ley para legalizarlo) y del matrimonio igualitario (aunque ya está aprobado y se implementará en 2020).
Las incógnitas
Las frases más comunes de los diputados a estas alturas, siete días antes del 1.° de mayo, son que “todavía falta mucho” y que “todo puede cambiar”.
El panorama ofrece algunas incógnitas. Otto Roberto Vargas, del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC), todavía no define su voto y espera reunirse con los dos candidatos en los próximos días para tomar una decisión. Por su parte, el independiente Erick Rodríguez se encuentra en la misma disyuntiva.
En las filas del PIN tampoco hay claridad; lo único seguro, hasta ahora, es que Zoila Volio apoyará a Benavides por intereses comunes en la agenda política.
En los pasillos de Cuesta de Moras también surgen algunas preguntas: ¿Se mantendrán los 17 votos del PLN si el PAC entra al directorio con Benavides?, ¿los nueve legisladores del PUSC apoyarán sin objeciones a Masís? Las repuestas se dilucidarán el próximo miércoles.
Las agendas están abiertas para negociar y todavía ninguno de los dos candidatos se asegura los 29 votos que necesita.
Tampoco se tienen nombres de los candidatos que aspirarán a los otros puestos del Directorio, conformado por la vicepresidencia, dos secretarías y dos prosecretarías.
En este escenario, la bancada del Partido Restauración Nacional (PRN) –y sus seis votos– se convierte en un cotizado participante de la negociación.
Eduardo Cruickshank, jefe de fracción designado, comentó que todavía no deciden a quién le darán los votos o si optarán por presentar un candidato propio para la presidencia legislativa.
El PRN parece estar más interesado en conseguir que algunos de sus proyectos de ley se incluyan en la agenda de negociación que en asegurarse puestos en el Directorio o en las comisiones, aunque tampoco rechazan la idea de conquistar todos estos elementos políticos.
Año clave
En la agenda que heredará el próximo directorio legislativo, quedan muchos proyectos importantes, pero dos de ellos resultan estratégicamente relevantes para el Gobierno y, por consiguiente, para el PAC.
La aprobación de los eurobonos en la nueva legislatura le permitiría al Ministerio de Hacienda mantener la estabilidad de la economía del país, aliviar la carga que le produce el pago de la deuda y, según dijo el propio presidente Carlos Alvarado, poner en marcha la tan ansiada reactivación económica.
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Aunque las ambiciones del Gobierno se centraban en conseguir una autorización de emisiones externas por $6000 millones, el desgastado capital político del Ejecutivo parece no alcanzar para ese monto, el cual se vio reducido en el Congreso a $1500 millones y sujeto a condiciones para el futuro.
Sin el PAC al mando de la Asamblea Legislativa, el nuevo Directorio tendrá que rearmar las comisiones y retomar el diálogo de los eurobonos en un año clave, ya que también se pondrá en marcha el cobro del impuesto al valor agregado (IVA) a partir de julio, hito que sin duda les pasará factura política al oficialismo y a sus socios en Cuesta de Moras.
El proyecto de empleo público arrancará prácticamente de cero en el nuevo año legislativo, puesto que todavía no se asigna a comisión, y tendrá que recorrer su camino bajo el nuevo reglamento legislativo. Esta iniciativa fue una de las vehementes solicitudes del PLN al Gobierno a cambio de los votos para aprobar la reforma fiscal.
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En el portafolio de proyectos heredados también quedará el texto impulsado por el Gobierno para transformar la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), con el fin de que ingrese al mercado de las energías alternativas, y más adelante podría llegar una propuesta para cerrar o reorganizar instituciones públicas, tal y como lo adelantó Pilar Garrido, ministra de Planificación.
Mientras la cacería de votos arrecia en el Congreso y la nebulosa de dudas se solventa para definir si el próximo Directorio será solamente de oposición o si tendrá al PAC como aliado, el tablero político dibuja un nuevo año muy movido en el que los 57 diputados tendrán que confrontar su propia marca de 111 proyectos aprobados.