El domingo 13 de agosto se llevarán a cabo en Argentina las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, las PASO, previas a las elecciones presidenciales de octubre próximo. Son internas en las que vota todo el padrón electoral para determinar quiénes serán los candidatos de cada fuerza política que competirán en las presidenciales. También funcionan como un primer termómetro electoral.
Los electores acuden a las urnas en el marco de una inflación de 115% anual y niveles de pobreza de 40%.
La coalición oficialista, la peronista Unión por la Patria presenta dos fórmulas para presidente y vice, aunque solo una es realmente competitiva, la que encabeza el ministro de Economía, Sergio Massa.
La verdadera disputa de las primarias será dentro de la coalición de oposición de Juntos por el Cambio, de centro derecha, en la que se enfrentan el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y la exministra de seguridad de la nación Patricia Bullrich.
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Otro candidato que podría hacer una buena elección según las encuestas es Javier Milei, actual diputado y relativo novato en la política, que presenta una propuesta libertaria en lo económico y conservadora en lo social.
“La gente se ajusta”
En esta zona céntrica de la ciudad de buenos aires hay muchos comercios y vendedores ambulantes. Uno de ellos es Ezequiel, que tiene 25 años y hace más de siete que vende churros aquí y explica cómo repercute el aumento de precios en su trabajo.
"Capaz que la gente por ahí se ajusta, ¿viste? Por la inflación que tenemos, porque la gente cada vez se ajusta más. Antes lo vendíamos a 300 pesos [0,5 dólares en el mercado no oficial], ahora vale 500, y la gente ya se ajusta”, explica a RFI.
Los argentinos enfrentan una persistente pérdida de la capacidad de compra de sus ingresos, entre otras cosas por la altísima inflación. Desde 2015 el salario mínimo real cayó más de un 30%.
“Yo soy trabajadora estatal, y el sueldo no alcanza, siempre va detrás de la inflación, por lo tanto, con esta realidad, la verdad es que nosotros los argentinos vamos a estar cada vez más pobres”, cuenta Rosa, que tiene 57 años y les pide a los candidatos que prioricen las necesidades de la ciudadanía.
“Primero que se pongan a trabajar por el pueblo argentino, que dejen de lado esta mezquindad que tienen entre ellos de criticarse, de no existir una continuidad en las políticas públicas, porque eso es lo que pasa, asume uno, critica y mientras tanto el pueblo es el que sufre”, agrega.
Hay en general un clima de decepción y desengaño en este año electoral. Es algo que manifiesta, por ejemplo, Nelly, de 49 años.
“Te soy sincera, me gustaría que se vayan todos, porque son muy repetitivos, no varía el gobierno por más que suba quien suba, no varía. Siempre terminamos con los sueldos bajos. Yo tengo una antigüedad de 28 años en una escuela estatal y cobro 150.000 pesos (unos $250), de cocinera”.
“Y bueno, alquilo con 55.000 pesos, tengo que tener otros trabajos aparte, changas que hago los fines de semana para subsistir, pero bueno. No me compro ropa, voy a las ferias, o bueno, lo que deja mi hija trato de no engordar como para que me entre”, cuenta a RFI.
Así, que cambie esta situación de ingresos que no alcanzan es la demanda central de los votantes que irán a las urnas el 13 de agosto.