Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciaron este sábado que avanzan en la negociación de un nuevo acuerdo por la deuda del país sudamericano, tras un encuentro entre la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, y el ministro de Economía Martín Guzmán, al margen de una reunión del G-20 en Arabia Saudita.
Ambas partes destacaron en Riad el compromiso de avanzar en el entendimiento y colaboración mutua, para encontrar una solución a la deuda que la propia misión técnica del Fondo en el país, finalizada el miércoles, calificó de insostenible.
Eso contempla la revisión de las cuentas de la economía argentina, por la implementación del Artículo IV del Convenio Constitutivo del organismo, según los comunicados del FMI y del ministerio de Economía argentino.
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A esta revisión de variables económicas, que incluye las políticas de tipos de cambio, se habían negado Néstor y Cristina Kirchner durante sus administraciones (2007-2015) y volvió a realizarse en el periodo de Mauricio Macri (2015-2019).
"El Ministro Guzmán y yo tuvimos otro intercambio fructífero sobre los desafíos del país y el camino a seguir para garantizar un crecimiento más sostenible e inclusivo para la Argentina", dijo Georgieva, citada en un comunicado en el que ratificó su apoyo al presidente Alberto Fernández "en sus esfuerzos para estabilizar la economía y reducir la pobreza".
En función de las conclusiones de la misión que se extendió entre el 12 y el 19 de febrero, comentó la jefa del FMI, se discutieron los planes del gobierno para garantizar una solución sostenible y ordenada a la deuda.
"En este contexto, acogí el compromiso de las autoridades argentinas de continuar profundizando nuestra colaboración, a través de una Consulta del Artículo IV y oportunamente obtener un programa respaldado por el Fondo", indicó Georgieva en la nota.
Los próximos pasos seguirán en discusión, agregó, sin detalles sobre posibles metas o características del nuevo programa.
Situación crítica
Argentina debe al FMI $44.000 millones, parte de un préstamo récord de $57.000 millones solicitado por el gobierno de Macri, sumido en una crisis.
La nación sudamericana arrastra una inflación anual de más de 50%, una fuerte depreciación monetaria y un aumento de la pobreza a casi 40%.
Tras asumir el gobierno en diciembre, el presidente Alberto Fernández (centro-izquierda) rechazó los desembolsos restantes, y consideró que la deuda es impagable, por lo que reclama al FMI y a otros acreedores renegociar plazos, capital e intereses.
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El acercamiento se produce luego de que la vicepresidenta argentina, Cristina Kirchner, reclamara al organismo una "quita sustancial", por su "responsabilidad" en otorgar un "préstamo ilegal". Georgieva lo rechazó.
La misión de una semana de los técnicos del FMI concluyó que la deuda argentina “no es sostenible”, por lo que “se requiere de una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados”.
Entonces, el presidente argentino celebró "que el FMI reconozca la posición argentina respecto de los procesos de endeudamiento". "Si todas las partes demuestran voluntad de acordar, podremos volver a crecer, honraremos nuestros compromisos y volveremos a tener una Argentina de pie", escribió en Twitter.
La deuda pública global del país superaba los $311.000 millones a mediados de 2019, más del 90% del Producto Interno Bruto (PIB).
El ministro argentino continúa negociando contrarreloj la reestructuración de la deuda para presentar su oferta a acreedores privados a mediados de marzo.