El efecto colateral del COVID-19 es económico y Costa Rica ya lo siente de primera mano.
EF conversó con Risa Grais-Targow, directora para Latinoamérica de Eurasia Group para analizar el impacto que el virus dejará en Estados Unidos y Centroamérica y las implicaciones directas para Costa Rica.
También analizó cómo afectará el país que sus principales socios comerciales están sufriendo directamente la pandemia y cuánto costará que el turismo costarricense se recupere.
— ¿Cómo está golpeando el coronavirus a la economía global? ¿Cuáles son los principales focos de riesgo para el crecimiento en el corto plazo?
— Es un choque enorme para todo el mundo porque lo que vemos es que como todas las economías están ahora en pausa, con una caída fuerte en la demanda y consecuencias muy duras en término de la actividad económica para todos. Creo que es una situación muy irregular y va a ser muy duro para todos.
— Ben Bernanke, presidente de la Fed durante la crisis financiera, ha dicho que este shock se parece más a un desastre natural en sus repercusiones económicas. ¿Cuánto puede durar la economía mundial en recuperarse?
— Es muy difícil saberlo, porque eso depende del plazo y la duración del virus y el impacto en cada país. Ahora el presidente de Estados Unidos, Donald Trump está hablando de algún regreso a la vida normal dentro de un mes –cerca del día de Pascua–. Pero pensando en la experiencia de China, parece difícil. Ahí duró dos meses como mínimo y tampoco sabemos si es algo que podría reaparecer en el otoño o en otro momento.
— ¿Hay similitudes entre lo que pasa con la economía en estos momentos y lo que se presentaba durante épocas de conflictos bélicos como las guerras mundiales?
— Sí, pues hay similaridades con guerras y con desastres naturales. Creo que es una mezcla de todo en términos del impacto económico, del impacto familiar, pero sí creo que es similar y a la vez muy distinto a todo lo que hemos vivido en el pasado. Es una mezcla de un shock como la crisis financiera, un desastre natural y también una guerra.
— ¿Cuáles son los riesgos para la economía de Estados Unidos por la crisis del COVID-19? ¿Es suficiente el plan de rescate que se aprobó?
— Estamos en un momento muy difícil con muchos estados en cuarentena y con muy poca actividad económica. Hay sectores clave que están más o menos cerrados y creo que lo que el Congresos aprobó anoche –martes– es un esfuerzo para atender a las necesidades de este tipo de negocios y también para ayudar a la gente.
Hay muchas personas en Estados Unidos que no está recibiendo un sueldo en un momento difícil, así que es un esfuerzo para ayudar a la ciudadanía, pero también a algunos sectores muy vulnerables. Hay sectores y empresas que es difícil imaginar que puedan sobrevivir a todo esto.
— ¿Cuáles son los frentes específicos que toca este plan rescate?
— Están intentando, por ejemplo, ayudar a las personas con donaciones en términos de sus obligaciones y pagos. Algunas moratorias en algunos pagos. También hay transferencias directas del Gobierno a la ciudadanía y también un rescate para muchas empresas, para asegurar que puedan sobrevivir.
Es un esfuerzo general para ayudar al sector empresarial y a la población en general y asegurar que puedan sobrevivir dentro de esta crisis.
— ¿En el caso de Centroamérica, a qué se enfrentará la región en materia económica?
— Hay muchos frentes. El primero es en el sector turístico que es algo muy importante para Costa Rica y algunos otros países de la región. Creo que ese va a ser un golpe muy importante.
Por otro lado, las remesas son muy importante para otros países principalmente los del triángulo norte –El Salvador, Guatemala y Honduras– y creo que va a ser difícil para ellos, en particular porque los sectores que están más golpeados en los Estados Unidos y en todo el mundo son los de servicio, en los que trabajan muchos inmigrantes.
Esto puede ser complicado para la región en general pero principalmente para países como El Salvador y Honduras en los que las remesas representan casi un 20% del Producto Interno Bruto (PIB).
También está el tema de la desaceleración fuerte en todo el consumo y la actividad económica doméstica. Creo que es una combinación del shock externo con consecuencias fuertes en turismo y remesas, pero también el tema de los problemas domésticos exacerbado por sistemas de salud que son bastante débiles en algunos casos.
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— ¿Cómo puede reaccionar Costa Rica ante el golpe económico fuerte que está sufriendo?
— El Gobierno puede intentar ayudar a estos sectores para asegurar que puedan sobrevivir durante la crisis.
Ya parece que el Gobierno está haciéndolo, pero creo que la realidad para el sector turístico es que tiene que esperar hasta que la actividad normal regrese y la gente se sienta cómoda viajando.
En Costa Rica, en términos de su reacción sanitaria, el Gobierno ha sido muy proactivo, así que espero que eso pueda ayudar a contener o limitar el virus. Aún con eso creo que habrá una desaceleración económica fuerte en las semanas y meses que vienen.
Después veremos, pero en particular el impacto en el turismo va a durar por mucho tiempo.
— Costa Rica posiblemente registre un déficit fiscal mayor en el 2020 al previsto originalmente. ¿Cómo podrían ser recibidos esos números a fin de año por los mercados internacionales?
— Esa va a ser la tendencia en todo el mundo, porque los gobiernos tienen que gastar. Pero es verdad que Costa Rica tuvo problemas fiscales importantes antes de todo eso y con la combinación del gasto para enfrentar la crisis y la caída en ingresos por la moratoria o postergación de algunos pagos de impuestos, podemos ver que Costa Rica tenga un déficit que pueda ser entre el 9% y 10% del PIB al final del año. Eso es lo que algunos economistas locales están pensando.
En este contexto, eso va a ser un tema de preocupación para los inversionista de afuera y en particular la manera con la que el Gobierno puede financiar este déficit.
Este año el Gobierno no está pensando en emitir deuda en los mercados internacionales. Ningún país tiene mucho acceso en este momento, pero sin ese acceso, el Gobierno depende de préstamos de las multilaterales y del mercado local.
La perspectiva de los inversionistas locales va a ser muy importante en el sentido de que ellos son los que necesitan financiar al Gobierno.
— En casos de emergencia como la actual, ¿cómo puede el Gobierno mantener su compromiso con la consolidación de las finanzas públicas?
— Creo que va a ser difícil este año continuar con este proceso de consolidación. Ya ha sido algo difícil. Es obvio, mirando a las cifras del año pasado, que ha sido difícil recortar el gasto y ahora estamos en un momento de recesión o estado de emergencia en que la regla fiscal no aplica.
Este no es el año para consolidación. Parece que el Gobierno va a estar enfocado en otros temas.
Este tipo de cosas está ocurriendo en todos los países, así que los inversionistas sí deberían entender que el Gobierno está enfrentando nuevas problemáticas y necesitan recursos. Creo que después de que esta crisis con el coronavirus pase, los inversionistas van a regresar a estar muy preocupados por el déficit del país y la tendencia fiscal.
— El plan que se aprobó en el Congreso de los Estados Unidos presenta acciones específicas para apoyar con dinero a las personas y empresas. Costa Rica no está en la capacidad de hacer eso, porque el país no tiene los recursos. ¿Cuáles son los caminos que quedan?
— Es verdad que el Gobierno no está hablando sobre esa posibilidad de manera formal. Imagino que es algo que podría suceder en las semanas que vienen, como una posibilidad. Aparte de eso la prioridad del Gobierno tendría que estar en limitar el virus y el impacto para que la gente pueda regresar trabajo y a la vida normal.
— ¿Cómo afectará a Costa Rica que tanto EE.UU. como Europa, que son sus principales socios comerciales, estén sufriendo tanta afectación del virus?
— Esto también es algo que va a afectar a la economía costarricense. Es otra manera en la que el virus puede afectar a la región.
Estados Unidos, Europa e incluso China, son socios muy importantes y ya están con sus propios problemas y muy poca demanda.