El presidente electo Luis Guillermo Solís se reunió esta mañana con representantes de la compañía Intel en Costa Rica, y descartó que el cierre de la planta de manufactura en suelo nacional tenga relación con la elección de un nuevo gobierno elegido el 6 de abril.
Un comunicado emito por el Partido Acción Ciudadana (PAC) señala que la decisión adoptada por la multinacional está ligada a decisiones corporativas y no a la elección de Solís como nuevo mandatario.
"Los funcionarios indicaron que es el resultado de valoraciones corporativas que se iniciaron hace varios meses en el marco de una discusión general sobre las nuevas condiciones del mercado mundial y sus efectos sobre las políticas de producción de la empresa", se lee en el documento.
Solís aprovechó el encuentro para ratificar el compromiso de la próxima administración con la promoción de la inversión extranjera directa y su decisión de promoverla en el marco de un esfuerzo por darle al país más y mejores fuentes de empleo basado en tecnologías de punta y amigables con el ambiente.
El presidente electo no descartó, además, una futura reunión con el presidente de Intel en los próximos meses.
El traslado por parte de Intel de su planta de manufactura a Asia implicará el despido de 1.500 empleados.
Intel continuará la operación de los departamentos de Ingeniería y Diseño, para los cuales contratará 200 nuevas plazas especializadas en esos campos. El área de servicios globales se mantendrá intacto.
Datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) aseguran que solo el año pasado, la compañía exportó más de $2.000 millones (su promedio anual de los últimos años) y desde su instalación local se convirtió en el principal exportador del país (es el responsable del 20% de las ventas al exterior).