La izquierdista Xiomara Castro, la primera mujer en gobernar Honduras, asume este jueves un país golpeado por la pobreza, la migración, el narcotráfico y la corrupción, mientras intenta apagar una crisis en el Parlamento que amenazó su liderazgo.
Castro, de 62 años y esposa del derrocado expresidente Manuel Zelaya, puso fin a una supremacía de derecha con una coalición liderada por su partido, Libertad y Refundación (Libre).
Prestará juramento ante unas 29.000 personas en el Estadio Nacional, con la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y el Rey de España, Felipe VI, como invitados estelares.
"Ojalá que doña Xiomara haga una situación mejor para la gente más humilde (...) Las mujeres son nuestras madres y una madre consciente va a sacar el país adelante", dice Santos Barahona, un jubilado, en el centro de Tegucigalpa.
Para desarrollar su plan, Castro necesita del apoyo del Parlamento. Pero dos facciones rivales de Libre decidieron elegir cada una a su propio presidente del Congreso, generando una crisis.
El diputado rebelde Jorge Cálix, respaldado por los opositores de derecha, Partido Nacional y Partido Liberal, se proclamó jefe del Legislativo, con el apoyo de más de 70 de los 128 miembros del Congreso, incluida una veintena de disidentes de Libre.
Pero Luis Redondo, quien cuenta con el apoyo de Castro y gran parte de su partido, consiguió su elección con los votos de 30 legisladores titulares leales a ella y un número similar de suplentes. Ya fue invitado a presidir la ceremonia de toma de mando.
Cálix se rebeló ante un acuerdo de Libre con sus aliados del Partido Salvador de Honduras (PSH), que integra Redondo, para que presida el Congreso.
Durante la campaña el líder de PSH, Salvador Nasralla, depuso su candidatura presidencial y se integró como vicepresidente de Xiomara, ayudándola a ganar.
Para apagar la crisis Castro ofreció a Cálix el puesto de Coordinador de Gabinete en el gobierno. Él aún no acepta.
Castro acusa a los disidentes de aliarse con el Partido Nacional del presidente saliente, Juan Orlando Hernández, para impedir las transformaciones que prometió, entre ellas la restitución de leyes contra la impunidad.
Hernández ha sido señalado por fiscales de Nueva York de mantener vínculos con el narcotráfico. Su hermano, el exdiputado "Tony" Hernández, cumple cadena perpetua en Estados Unidos por ese delito. Ambos niegan los cargos.
"Es clave que Castro tenga un gabinete de ministros con trayectoria de honestidad, porque hay toda una historia de corrupción, de vínculos con el crimen organizado del partido saliente", comenta el analista y profesor de la Universidad Nacional, Eugenio Sosa.
Bajo la propuesta de un "socialismo democrático", Castro plantea profundos cambios en un país donde el 71% de sus casi 10 millones de habitantes viven en la pobreza, según la ONG Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh).
También hay una elevada tasa de homicidios de casi 40 por cada 100.000 habitantes, generada por carteles de drogas y pandillas.
Toda esa adversidad, sumada a la pandemia, empuja fuertes corrientes migratorias hacia Estados Unidos en busca de empleo.
"Si hay más oportunidades de trabajo aquí no hay necesidad de ir a buscar a otro país. Yo digo que (...) con la toma de posesión de Xiomara eso va a cambiar, ella trae más oportunidades", considera Jensi Dávila, estudiante universitaria.
Castro "encuentra un país en una crisis profunda", dice Sosa.
Las "condiciones de vida de la población han llegado a niveles de deterioro bastante profundos, cuyo principal reflejo es el masivo éxodo de familias", agrega.
Aunque en la campaña Xiomara Castro fue llamada de comunista, "Estados Unidos ha entendido que ella no representa una izquierda radical y sí una esperanza por el pueblo hondureño", considera Sosa.
Castro necesita del apoyo internacional para renegociar una deuda externa que supera los 11.000 millones de dólares.
Para el excanciller Edgardo Paz, ese tema "pasa por un arreglo con los Estados Unidos y con las instituciones multilaterales, donde Washington tiene mucha influencia".
La vicepresidenta Harris dijo que su visita a Tegucigalpa será "una oportunidad para que nuestras dos naciones profundicen nuestra cooperación en temas clave, desde la lucha contra la corrupción hasta la recuperación económica".
El vicepresidente de Taiwán, William Lai, también estará en la ceremonia de asunción de Castro, cuyo país es uno de los últimos aliados diplomáticos que la isla asiática tiene en Centroamérica, además de Guatemala.
Tanto Sosa como Paz creen que no es prioridad de Honduras restituir la relación con China, que reclama a Taiwán como parte de su territorio y no acepta lazos diplomáticos con quienes reconocen a esa isla como un estado autónomo.
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