Un experimento genético para crear el "hombre nuevo socialista" termina creando unos seres humanos inquietantes en una Cuba donde nunca luce el sol. "Corazón Azul", de Miguel Coyula, es una película atípica desde muchos puntos de vista.
Presentada en el Festival Cinelatino de Toulouse (sur), "Corazón Azul" es la tercera película de Coyula, autor de "Cucarachas Rojas" (2003) y "Memorias del desarrollo" (2010), películas que le trajeron más problemas que facilidades con el régimen comunista.
"Tardé diez años en rodar 'Corazón Azul'", explicó este director cubano en la presentación al público de la película en la noche del sábado en la Cinemateca de Toulouse.
La película arranca con un discurso del padre de la Revolución de 1959, Fidel Castro, en el que asegura que cualquier hombre del futuro debería asemejarse al "Che" Guevara, el histórico guerrillero argentino.
"Proyecto Guevara" es el título de ese "sueño": manipular genéticamente a los niños, con la ayuda de una siniestra multinacional.
"Empecé a rodar en noviembre de 2011 y acabé en abril de 2022", explicó el cineasta, de 44 años.
Diez años plagados de obstáculos de todo tipo, y producto también del perfeccionismo artesanal de Coyula y su novia y actriz en la película, Lynn Cruz.
"Filmé de forma totalmente clandestina. Cuando estábamos en el exterior no podíamos estar más de 15 minutos, por eso hacía que todo el proceso se retrasara", explicó.
Un actor, que interpreta al padre de uno de esos niños genéticamente modificados que busca la verdad, abandonó el rodaje al cabo de dos años.
"Él tenía que ser el personaje principal", recuerda Coyula. Pero el guión tuvo que adaptarse a ese contratiempo, y a muchos otros, a medida que pasaban los años.
"Corazón Azul" tiene elementos de ciencia ficción. "No es lo que se espera del cine cubano", comenta Coyula con una sonrisa irónica.
Pero en la película caben muchas otras cosas: dibujos animados de estilo japonés, que Coyula diseñó y dibujó por su cuenta.
Fragmentos de noticieros televisivos falsos, que aluden a cadenas internacionales muy conocidas. Páginas de internet inventadas, como las "fake news" que circulan por las redes.
Coyula no duda en utilizar figuras como Fidel Castro, su hermano Raúl, el expresidente estadounidense Barack Obama...
Toma fragmentos de sus discursos para adaptarlos a la temática de su película: el fantasma de un desastre científico de consecuencias insospechadas.
"Las primera escenas que se filmaron fueron las protestas en Nueva York de 2011", recuerda el cineasta.
Coyula, que vivió unos años en Estados Unidos antes de volver a Cuba, se encontraba en la ciudad de los rascacielos y aprovechó las protestas del movimiento "Ocupar Wall Street" para filmar en directo.
"Los que hablan sí son actores, pero los que están en el fondo son gente real", añade, siempre sin perder la sonrisa.
Todos los recursos eran válidos para acabar la película, que no deja títere con cabeza.
"Los personajes tienen un punto de vista anarquista", analiza.
El autor ni siquiera tiene miedo de aludir al presunto padre de esos niños, en un país dominado por la presencia omnipresente de Fidel Castro durante décadas.
"En mi infancia, en Cuba, siempre nos hablaban de la justicia social. Ya cuando éramos adolescentes, como no encontrábamos la justicial social, nos volvíamos muy críticos, primero de la sociedad cubana y luego de otras sociedades en el mundo", explica.
Coyula puso dinero propio para hacer la película. Cuando ya no le quedaba, hizo una campaña de "crowfunding" internacional (colecta de fondos). Pero los 5.000 dólares recogidos se quedaron bloqueados en Estados Unidos, a causa de las sanciones contra Cuba.
"Corazón Azul" no se puede ver públicamente en Cuba. Coyula, que asegura que no puede trabajar en la isla, donde reside, organiza pases en su casa, todos los domingos, para grupos reducidos de personas.
"Te quedas un poco solo, pero al mismo tiempo tienes libertad absoluta", resume.
jz/zm