El griego Stefanos Tsitsipas derrotó este sábado en tres sets al ruso Daniil Medvedev, número uno del tenis masculino, en las semifinales del Masters 1000 de Cincinnati.
Tsitsipas, número siete de la ATP, peleará el domingo por su tercer título de Masters 1000 frente al croata Borna Coric, el finalista con menor ranking (152º) de la historia de Cincinnati.
En la semifinal del sábado, Tsitsipas se impuso por 7-6 (8/6), 3-6 y 6-3 a Medvedev, ante quien había sucumbido hasta ahora en siete de sus nueve enfrentamientos directos.
El último de esos choques fue una controvertida victoria de Medvedev en enero en unas volcánicas semifinales del Abierto de Australia, donde el ruso increpó al árbitro denunciando que el griego recibía comentarios de su padre en la pista.
"Sabía que tendría una tarea difícil en el tercer set", dijo Tsitsipas tras su victoria del sábado. Medvedev "hizo un partido muy físico, muy exigente pero aproveché sus primeros saques perdidos. Me dieron tiempo para pensar en mi siguiente movimiento con claridad".
"Estuve muy tranquilo y concentrado en cada tarea", recalcó Tsitsipas, verdugo del argentino Diego Schwarztman en los octavos de final.
La derrota rompe el ritmo ascendente de Medvedev a nueve días de que comience la defensa de su título del Abierto de Estados Unidos, su única corona de Grand Slam.
Este sábado, el ruso levantó al público de sus asientos con varios golpes monumentales pero sus problemas con el servicio (11 doble faltas) contribuyeron a que hincara esta vez la rodilla ante Tsitsipas, uno de sus más feroces rivales de generación.
El griego, de 24 años, arrancó llevándose un set con un tenis de muchos quilates a pesar de que Medvedev, de 26, llegó a tener una ventaja de 5-6 en el 'tiebreak'.
En la segunda manga, Tsitsipas sufrió una desconexión en el segundo juego al cometer tres doble faltas que entregaron el quiebre a Medvedev.
El ruso activó entonces el rodillo hasta colocarse 5-0 pero, cuando ya tenía la cabeza en el tercer set, Tsitsipas le mandó un aviso con un conato de remontada en el que se llegó a acercar 3-5 con tres pelotas desperdiciadas de quiebre.
Alentado por esta reacción, Tsitsipas puso a un lado el recuerdo de sus seis derrotas ante Medvedev en pistas rápidas como Cincinnati y mantuvo la concentración hasta que en el sexto juego encontró el resquicio para quebrar a un Medvedev que ya no tuvo poder de reacción.
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