La diabetes durante el embarazo causa múltiples complicaciones, pero puede manejarse con una alimentación adecuada, sin caer en privaciones peligrosas, según un estudio publicado el jueves en el British Journal of Medicine (BMJ).
La llamada diabetes "gestacional" está "asociada a complicaciones del embarazo", explica el informe. Este trastorno se diagnostica por un nivel de azúcar en la sangre demasiado alto, que generalmente desaparece después del parto, aunque aumenta el riesgo de desarrollar diabetes clásica en los años siguientes.
Se considera uno de los trastornos más frecuentes en mujeres embarazadas, aunque es difícil dar una frecuencia exacta debido a la falta de consenso sobre lo que constituye un exceso de glucosa en sangre.
Su frecuencia aumenta desde hace varios años, en parte porque el sobrepeso -que favorece la diabetes- es cada vez más común.
¿Cuáles son los riesgos para el buen desarrollo del embarazo? ¿Y para el propio bebé? Esto es lo que el estudio del BMJ trató de evaluar.
El tema no es nuevo, pero el trabajo dirigido por el investigador chino Fangkun Liu es de una magnitud importante, y recoge unos 150 estudios previos en más de siete millones de mujeres embarazadas.
Los investigadores pudieron confirmar la existencia de numerosos riesgos y, novedad importante, demostrar concretamente que están relacionados con la propia diabetes y no con el sobrepeso.
Entre los riesgos confirmados se encuentran no solo la cesárea y el parto prematuro, sino también una preeclampsia -trastorno que se manifiesta por la hipertensión y puede evolucionar hacia convulsiones peligrosas- o un peso anormalmente alto en el recién nacido.
En algunas mujeres es necesario el tratamiento con insulina. El estudio menciona riesgos particulares para estas últimas, y una posible dificultad respiratoria para el bebé al nacer.
Sin embargo, este trabajo es también tranquilizador en cuanto a una eventual muerte del recién nacido. Los autores señalan que no hay "ninguna diferencia evidente" en esta área -ni de un riesgo de aborto espontáneo- entre las mujeres con diabetes gestacional y las demás embarazadas.
Por otra parte, el riesgo de desnutrición es particularmente alto en las gestantes. Esto obliga a un difícil equilibrio para controlar la glucosa en sangre sin frustrar las necesidades energéticas.
De ahí la importancia de consultar al médico y al nutricionista, aunque ellos mismos carezcan de puntos de referencia y recurran a enfoques muy diferentes.
¿Hay que prohibir ciertos alimentos? ¿Dividir las comidas para disminuir el azúcar en la sangre?
Los diabetólogos franceses, bajo la égida de las nutricionistas Hélène Louvet y Atefeh Nikpeyma, publicaron hace algunas semanas recomendaciones detalladas.
"Los consejos dietéticos existentes eran antiguos y muy sucintos", subraya Louvet.
Estas nuevas normas, que evidentemente deben adaptarse a cada caso, buscan evitar al máximo alterar la alimentación de la paciente.
No recomiendan prohibir absolutamente ningún alimento azucarado, aunque lógicamente habría que limitarlo, o fraccionar las comidas. No obstante, ello sigue siendo una posibilidad en función de la evolución de la glucosa en sangre.
Hay que "tener en cuenta las situaciones particulares debidas al embarazo, pero también las dificultades diversas (hábitos alimentarios, gustos, situación social, financiera, profesional y organizativas, etc.) para proponer a la paciente el acompañamiento y el seguimiento más adecuados", resume este trabajo.
jdy/fmp/gvy/mab/mis