Lluvias torrenciales provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra en el estado brasileño de Rio de Janeiro, dejando al menos nueve muertos, entre ellos siete niños, y nueve desaparecidos, dijeron las autoridades el sábado.
Dos días de fuertes precipitaciones azotaron una amplia franja de la costa atlántica de este estado del sureste de Brasil, la última racha en una serie de tormentas mortales en el país que, según los expertos, se están agravando por el cambio climático.
Estas nuevas lluvias se producen seis semanas después de que inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra mataran a 233 personas en Petrópolis, la capital de veraneo imperial del siglo XIX, también en el estado de Rio de Janeiro.
En esta ocasión, las áreas más golpeadas incluyeron a la ciudad turística colonial de Paraty, conocida por sus casas coloridas y calles empedradas.
Según las autoridades locales, un deslave mató a una madre y cinco de sus hijos de edades dos, cinco, ocho, 10 y 15 años.
Un sexto niño fue rescatado con vida y llevado al hospital, agregaron.
En total, siete casas fueron arrasadas por deslizamientos de tierra en Paraty y otras cuatro personas resultaron heridas. Setenta y una familias se vieron obligadas a abandonar sus hogares, dijeron las autoridades.
Otras dos personas murieron en la ciudad de Angra dos Reis, donde las autoridades declararon "alerta máxima" luego de que deslizamientos de tierra destruyeran al menos cuatro viviendas en el barrio de Monsuaba.
En tanto, en Mesquita, 40 km al noroeste de la ciudad de Rio d janeiro, un hombre de 38 años murió electrocutado tratando de ayudar a otra persona a escapar de las inundaciones, dijeron funcionarios e informes de prensa.
Los expertos dicen que los aguaceros de la temporada de lluvias en Brasil se ven aumentados por el fenómeno de La Niña -el enfriamiento cíclico del Océano Pacífico- y por el impacto del cambio climático.
Las fuertes tormentas de la noche del viernes convirtieron en ríos las calles de varias ciudades y provocaron deslaves, algo frecuente en la temporada de lluvias, especialmente en las comunidades pobres de las laderas.
Autoridades de Angra dijeron que en la ciudad llovieron 655 mm en 48 horas, "niveles nunca antes registrados en el municipio".
"Todo el equipo de respuesta a emergencias y profesionales del gobierno de la ciudad están en las calles ayudando a la población", dijo el municipio.
El gobierno federal anunció el envío de aviones militares para ayudar en los esfuerzos de búsqueda y rescate, en tanto al secretario nacional de respuesta a desastres, Alexandre Lucas, viajó al estado.
Ante una atmósfera más caliente que retiene más agua, aumenta el riesgo y la intensidad de las inundaciones por lluvias extremas.
En enero, lluvias torrenciales provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra que mataron al menos a 28 personas en el sureste de Brasil, principalmente en el estado de Sao Paulo.
También se produjeron fuertes lluvias en el estado nororiental de Bahía, donde 24 personas murieron en diciembre.
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