"Gracias a la lluvia funciona el Canal de Panamá", dice orgullosa a cientos de turistas de todo el mundo Mahelis Eliza de García, guía en la Esclusa de Miraflores, la compuerta más famosa de esta gran obra de ingeniería.
"Por cada buque son 200 millones de litros de agua dulce" vertidos al mar, agrega ante el asombro de los visitantes, que no paran de hacerse fotos ante el paso de los barcos.
Sólo en el año fiscal 2022, más de 14.000 embarcaciones cruzaron esta vía marítima, clave para la economía panameña, con 518 millones de toneladas de carga.
Esta ruta, de 80 kilómetros, conecta los dos mayores océanos del mundo, el Pacífico y el Atlántico, y por ella pasa el 6% del comercio marítimo mundial, principalmente de Estados Unidos, China y Japón.
En el canal panameño el agua de lluvia es la fuente de energía encargada de mover los barcos por las esclusas.
Estas estructuras, ubicadas a ambas entradas del canal, son una suerte de bañeras gigantes que se llenan de agua y permiten, como si fuera un ascensor, elevar los buques hasta 26 metros sobre el nivel del mar para que puedan atravesar la Cordillera Continental.
A la salida de la vía las esclusas vuelven a descender la embarcación al nivel del mar.
Para toda esta operación es imprescindible el agua que se almacena en los lagos artificiales de Gatún y Alhajuela, que abastecen al canal.
Sin las abundantes precipitaciones que caen sobre el país, principalmente de mayo a noviembre, este cauce artificial no podría funcionar.
Según la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), la cuenca hidrográfica del canal recibe un promedio aproximado de 2,5 metros cúbicos de lluvia por cada metro cuadrado.
El Ministerio de Ambiente local asegura que Panamá "es el quinto país del mundo con más lluvias y el primero en Latinoamérica".
"En términos generales las cuencas hidrográficas de Panamá presentan disponibilidad de agua para su aprovechamiento y presentan niveles considerables de precipitación", afirma a la AFP Octavio Smith, investigador del Centro del Agua del Trópico Húmedo para América Latina y el Caribe (Cathalac).
Construido por Estados Unidos, el canal pasó a manos panameñas el 31 de diciembre de 1999 y desde entonces ha aportado al Tesoro más de 23.000 millones de dólares. En 2022 el erario recibió el monto récord de 2.500 millones.
Esta vía marítima, y sus actividades comerciales y logísticas, han permitido a Panamá crecer a un ritmo cuatro veces mayor que el promedio regional y convertirse en un "país de ingreso alto" (31.680 dólares per cápita en 2021), de acuerdo al Banco Mundial.
El canal "es indudablemente valioso para Panamá y el comercio mundial", declara a la AFP Felipe Chapman, socio director de la firma de asesoría económica Indesa.
Según Chapman, el canal representa el 5% del Producto Interno Bruto panameño y supone hasta el 30% de los ingresos del Estado.
"El agua es el recurso más importante del Canal de Panamá. Tanto el régimen de lluvias como la capacidad de almacenamiento y su uso racional son fundamentales", añade.
Sin embargo, el cambio climático ha obligado a estudiar alternativas para garantizar las operaciones a largo plazo, como buscar nuevas fuentes de agua subterránea o de plantas de tratamiento, trasvase de ríos, nuevas represas o desalinizar agua de mar.
En 2022, los embalses presentan un nivel de agua superior al habitual por el aumento de las precipitaciones, pero las alarmas sonaron en 2019, cuando la cuenca canalera tuvo el quinto registro de lluvias más bajo en 70 años.
La situación provocó que de los 5.250 millones de metros cúbicos de agua dulce que necesita la vía, solo se dispusiera de unos 3.000 millones.
"El canal está ocupándose de la provisión de nuevas fuentes de agua", afirma a la AFP el ministro de Asuntos para el Canal, Arístides Royo.
Según el funcionario, la ACP trabaja con ingenieros del ejército de Estados Unidos para "preparar una licitación" que permita a una empresa buscar nuevos recursos hídricos.
La cuenca del canal también abastece de agua potable a más de dos millones de personas, la mitad de la población del país.
"Las amenazas a futuro sobre el Canal de Panamá pueden darse, más que por el cambio climático, por el incremento de la demanda de agua que se va experimentando con el crecimiento urbano", advierte Smith.
"Esperamos tener un verano largo, pero el canal, una vez más, va a resistir", concluye Royo.
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