A Alex Ferreira la sonrisa no le abandona nunca. Educado, el medallista olímpico suelta los esquíes y se presta a la conversación. "¿Cómo estás?", suelta en inglés. Casi imposible mantener una charla en castellano. "Solo hablo un poquito" español, afirma.
El 'rider' de Colorado ganó la plata en el half-pipe de esquí acrobático de los Juegos de Pyeongchang-2018 y busca en Pekín-2022 su segundo podio olímpico.
El frío glacial de Zhangjiakou, a 180 km de la capital china, donde se disputa su competición, no borra su eterna sonrisa.
Con casi 20 grados bajo cero es difícil concentrarse en otra cosa que no sea evitar el frío, pero el simpático deportista, nacido en Colorado hace 27 años, acepta hablar de 'soccer', como se llama en Estados Unidos al fútbol.
"Mi papá jugó con River Plate en Argentina, creo que solo uno o dos partidos. De ahí viene la mentalidad deportiva que tengo. No conozco a nadie al que le guste tanto competir como a él. Y yo soy muy similar", afirma el 'rider' a la AFP.
Su padre, Marcelo Ferreira, marchó a la Major Indoor Soccer League (MISL) de Estados Unidos en 1982, jugando en New York Arrows, Phoenix Pride y New York Express hasta 1987, en que pasó al New Jersey Eagles de la ASL (American Soccer League).
"Se fue a Estados Unidos cuando tenía 22 o 23 años. Le he preguntado varias veces por qué se fue. Me explicó que iba a jugar en un club de categoría menor en París. Y el día antes de viajar cambió de idea y se fue a Estados Unidos con un billete de veinte dólares en el bolsillo", explica Alex Ferreira.
Su madre, Colleen Delia, es norteamericana. Y también es deportista, habiendo corrido diez maratones, además de ser atleta de velocidad de relevos. Ahora dirige un centro de hidroterapia en Aspen (Colorado), donde siempre ha vivido toda la familia. Sus padres, su hermana Lourdes y el propio Alex.
Marcelo Ferreira quería que su hijo fuera futbolista, pero al pequeño prefería la nieve, no en vano sus padres se habían conocido en un viaje a Vail (Colorado), para esquiar.
"Adoro el soccer, por supuesto. Me gusta el Chelsea en este momento. Y claro, me gusta River Plate. Mi papá estuvo allí. En Europa, además del Chelsea, también me gusta el Borussia Dortmund", afirma.
"Pero nunca he estado en un partido de fútbol y estoy ansioso por ir a uno. Bueno, solo fui una vez fui a ver a los Colorado Rapids", señala.
Pese a practicar deportes de nieve desde los tres años, Alex Ferreira vio que tampoco era lo suficientemente bueno en esquí alpino, así que se decidió por el acrobático.
Su padre, que tiene ahora casi 63 años, viaja a menudo a Buenos Aires a ver a su familia.
Alex Ferreira, en cambio, hace mucho que no va al país de su padre, aunque lo hará próximamente, en las semanas siguientes al final de los Juegos Olímpicos.
"He estado en Argentina cuatro veces, pero la última fue hace diez años. Es bastante tiempo. Voy a dentro de poco a ver a mi abuelo, que se está haciendo viejo", indica.
"Tal vez aprovecharé este viaje para ver un partido de fútbol en Argentina", anuncia.
Alex Ferreira se aseguró el jueves el pase a la final del half-pipe de esquí acrobático de Pekín-2022, especialidad en la que se hizo con la segunda plata olímpica hace cuatro años.
El estadounidense con raíces argentinas logró la séptima mejor puntuación entre los doce finalistas que se jugarán las medallas el sábado.
El sonriente esquiador espera hacerlo mejor en la final.
"Estoy muy feliz de haber hecho una buena ronda. No puedo pedir más, estoy en la final. Traté de asegurar, los nervios estaban ahí por el debut", señala.
Fuera del esquí, colabora con la organización Shred Hate (Triturar el odio), que lucha por acabar con el acoso escolar.
"Adiós", se despide Alex Ferreira en español, con los esquíes en las manos y su sonrisa infatigable en la boca.
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