El nombre de este Blog obedece a un término de la economía financiera extremadamente importante en la vida de las personas y las empresas; un concepto que lastimosamente no se nos enseña en la escuela o el colegio, y que nos acompaña -y se nos cobra- durante toda nuestra vida.
Calcular el valor presente le puede ayudar a decidir si debe aceptar pagar de contado (con o sin descuento) o pagar a plazo sin intereses, le puede ayudar a dimensionar cuánto le cuesta pagar de contado contra pagar usando la tarjeta de crédito o un crédito de consumo.
Este término es utilizado en cálculos más sofisticados, como lo son los rendimientos de instrumentos de renta fija, el valor de una empresa, en swaps de tasas de interés y de tipos de cambio, entre muchos otros instrumentos financieros relativamente complejos. Estos usos complejos no lo hacen ajeno a la vida cotidiana, a las decisiones comunes y silvestres del día a día.
El concepto de valor presente puede sonar algo enredado, pero en realidad no lo es, se basa en algo bastante fácil de percibir: usted debería preferir ¢100.000 hoy que ¢100.000 dentro de uno o veinte años. ¿Por qué debería preferirlos? Porque en un año, o en 20, los precios podrían aumentar y entonces usted compraría menos con esos ¢100.000, o lo que es lo mismo, si usted tuviera el dinero ahora lo podría invertir y recibir un monto adicional (rendimiento) al final del periodo de inversión.
Por ejemplo, si usted es buena paga y va a comprar una refrigeradora que vale ¢1.000.000 con su tarjeta de crédito, y esa tarjeta le cobra una mensualidad de ¢45.605, o sea usted está pagando una tasa de interés de 50% a 5 años plazo, esa mensualidad probablemente le dirá muy poco, ¿verdad?, bueno, el valor presente por su parte le puede indicar que usted está pagando en plata de hoy ¢2.350.000, esto equivale en términos generales a comprar en mil colones una bolsa de jocotes de camino al trabajo y vendersela a ese compañero que no le cae muy bien en unos dos mil quinientos colones, eso, a grandes rasgos, nos puede decir el valor presente de esa decisión suya (soberana y voluntaria) de comprar una refri con la tarjeta de crédito.
¿Qué otra cosa nos dice todo esto? Bueno, que la cuota o la mensualidad son engañosas, tienen el objetivo de seducirnos, pero no nos dicen nada y nos terminan embarcando, por eso mismo el Ministerio de Economía exige que se nos indique la tasa de interés que nos cobran, algo que sería de muchísima utilidad si el Ministerio de Educación nos enseñara a utilizar.
Ahora bien, si en el ejemplo anterior nos cobraran una tasa de 25% en lugar de una de 50%, los jocotes nos saldrían puestos en el escritorio en ¢1.500, no en ¢2.500, lo que nos demuestra que son preferibles tasas de interés menores a mayores, y que en todo caso resulta mejor ser buen compañero de trabajo para que los jocotes nos salgan en mil pesos o gratis.
Finalmente, para terminar con este post inicial y su reservado nombre, las palabras valor y presente, así por separado, sugieren coraje, valentía, presencia y actualidad, cualidades indiscutiblemente necesarias para enfrentar los problemas cotidianos, sean estos personales o de la realidad costarricense, en este espacio esperamos aportar posibles soluciones a estos tipos de problemas.