Es la primera vez que todos los líderes del mundo se enfrentan a una crisis simultáneamente.
Cada país tiene diferentes contextos y diferentes recursos para enfrentar la situación, la política de salud pública es un factor determinante.
Lo que está en juego hoy son vidas humanas, el poder de la celebridad es bastante nulo en circunstancias como las actuales.
El presidente de los Estados –cuando estaba en campaña política– decía al pueblo norteamericano: “¿Qué tienen ustedes que perder?”
Lo que está en juego hoy es todo: la vida.
Así como ser una celebridad no es sinónimo de ser líder, ser fuerte, en las circunstancias actuales, tampoco garantizará a un buen líder.
El tema es explorado por el profesor de política de la Universidad de Oxford, Archie Brown, en su libro El mito del líder fuerte.
Leía a la columnista Jennifer Senior, en el The New York Times, decir que “las personas hoy no quieren a Darth Vather, las personas buscan un verdadero líder que hable con empatía”.
Jacinda Andern, líder de Nueva Zelanda, afirmaba en una entrevista en el 2018 que hay que ser valiente para ser empático y compasivo. Este es un video de ella reciente.
Los mejores líderes hoy frente a esta pandemia son inteligentes (CI), pero su éxito radica en otras cualidades.
La mayoría de quienes han hecho una buena gestión de la crisis (hombres o mujeres), se preocupan por la enfrentar y resolver la situación, y no por las próximas elecciones.
La riqueza de un líder está en la toma de decisiones oportunas con rigor; un liderazgo evolucionado requiere generar unión ante presión de diferentes personas con opiniones distintas, comunicación con empatía y con verdad.
Hoy se requieren líderes humildes que sepan que lo que tienen entre manos es de una complejidad altísima y que sepan escuchar a expertos, que reconocen que no tienen todas las respuestas, que tengan claridad de valores y que sean valientes para ser coherentes en sus acciones.
Los líderes más efectivos hoy son quienes aceptan sus temores y saben identificar los de su gente.
Nueva Zelanda, Alemania, Taiwán, Islandia, Hong Kong, Finlandia, Noruega, Dinamarca, sobresalen como países que tienen un buen manejo de la crisis, todos liderados por mujeres.
Ellas han integrado las características que describo arriba. Paradójicamente, sólo 10% de las naciones en el mundo son lideradas por mujeres.
Lo que dice la investigación, de acuerdo a la profesora de la Universidad de Harvard (Escuela Kennedy), Zoe Marks, es que: “Se culpa personalmente a las mujeres cuando las cosas van mal y rara vez se les da crédito cuando las cosas van bien”.
Lo anterior lo reiteraba de acuerdo a su propia experiencia la única y primera mujer que ha liderado un país en África, Ellen Johnson Sirleaf (ex presidente de Liberia), y a quien le tocó gobernar durante la crisis de Ébola y recibió el Premio Nobel de la Paz.
La ex ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, confiesa que”la actual primera ministra Jacinda, es un fenómeno positivo de éxito como líder, y, sin embargo, los ataques implacables hacia ella aún en su país, no han cesado”.
Y continúa con su testimonio:
“En mi opinión si usted mira a las mujeres líderes, como grupo en promedio, ellas han hecho un mejor trabajo, que los líderes hombres en el mundo. No todas las mujeres lo han hecho bien ni han tenido todas buenos resultados, pero hay claramente estrellas entre las líderes mujeres que no vemos entre los líderes hombres. La diferencia es la empatía, poner la seguridad humana y la salud al centro, los valores, han logrado guiar a la población que literalmente las sigue y las obedece en el camino trazado por ellas, el manejo del ego es muy diferente a muchos de los líderes masculinos…”.
¿Por qué será que nos cuesta tanto como sociedad reconocer el buen desempeño del liderazgo femenino?
Yo no creo que las mujeres sean mejores líderes que los hombres. Creo que muchas de estas mujeres tuvieron que esforzarse mucho para probar en sus países que podían ocupar el puesto que ostentan, y que su historia de resiliencia y superación las hace especiales.
Las gestiones exitosas de estas mujeres, serán casos vivos de estudio para entender sobre el liderazgo de la complejidad.
Lo que necesitamos todos es aprender a navegar la complejidad, sobrevivir la crisis y florecer en contextos volátiles e inciertos.
A usted lector, luego de leer esto: ¿qué le parece la gestión de nuestro líder en Costa Rica?