¿A quién no le ha pasado que justo cuando está atravesando una situación de cualquier índole que le genera mucho estrés, lo primero que reacciona es su sistema digestivo? Colitis, gastritis, diarrea o estreñimiento, cualquier opción es posible. Si se identifica con esta situación, acompáñeme porque hoy le voy a contar cuál es la razón para que esto suceda.
Se le conoce como eje cerebro-intestino, a la comunicación bidireccional que hay entre estos dos órganos la cual se puede dar por varias rutas:
- Nervios y neuronas
- Hormonas
- Mediadores inmunes
- Moléculas de la microbiota intestinal
En el momento en que el cuerpo se ve expuesto a alguna situación que le ponga en alerta, se envían señales a la red de neuronas que se ubican en los distintos órganos del sistema digestivo, desencadenando así una serie de respuestas que pueden variar entre una persona y otra pero que al final generan malestar y molestia como dolor abdominal, hinchazón, reflujo gastroesofágico y cambios en la motilidad intestinal.
Síndrome de intestino irritable
También se le conoce como colon irritable o colitis nerviosa y es el trastorno intestinal crónico más común causado por el estrés. A pesar de que es un síndrome multifactorial, el estrés físico y emocional es uno de sus principales causantes, muchas personas lo padecen incluso sin saberlo, puesto que en la mayoría de los casos se acostumbran a vivir con esos síntomas, es así como en consulta escucho con frecuencia: es que a mí todo me cae mal.
LEA MÁS: El sobrepeso y la obesidad podrían ponerlo en riesgo en caso de contraer COVID-19
Cuando nos vemos expuestos a una situación que aumenta la tensión y el estrés, tanto físico como emocional, todas las señales que el cerebro envía al estómago por medio de nervios y hormonas provocan cambios como:
- Aumento en la motilidad intestinal: lo que puede causar las diarreas o el estreñimiento.
- Cambios en la producción de sustancias a nivel gastrointestinal: causa de la acidez o reflujo.
- Efectos negativos en la capacidad de regeneración de la mucosa gastrointestinal: con un tejido inflamado y sin ser capaz de sanar rápido los síntomas se pueden mantener por un tiempo prolongado.
- Daño en la microbiota intestinal: lo cual trae como consecuencias problemas en la absorción de nutrientes, posibles intolerancias y alergias entre otras cosas.
LEA MÁS: Cómo impacta la virtualidad en mi salud
¿Qué puedo hacer al respecto?
Al considerarse este padecimiento como un trastorno multifactorial, no existe un tratamiento específico, sobre todo porque muchas personas que lo padecen ni siquiera saben que esto es lo que les sucede cuando se enfrentan a niveles de tensión o estrés elevados. Sin embargo, a nivel de alimentación, hay algunos cambios en la alimentación y otros factores que pueden colaborar en minimizar los signos o síntomas tales como:
- Identificar detonante del estrés: primero que todo es indispensable identificar la situación o causa de ese cuadro de estrés para valorar opciones de manejo y como poder solucionar el problema o situación.
- Tiempos de comida regulares: revise como están sus horarios de comida, períodos largos de ayuno pueden aumentar la irritación e inflamación del sistema digestivo y la producción de ácido gástrico aumentando los síntomas. Además, no olvide la importancia de tener espacios idóneos para hacer cada tiempo de comida, lejos de distracciones y con tiempo suficiente para que disfrute este momento, esto va a favorecer el proceso de digestión y evitar muchos de los principales síntomas.
- Dieta blanda: una alimentación blanda implica utilizar alimentos de más fácil digestión como los bajos en fibra y sin irritantes: se recomienda usar vegetales cocidos no crudos, cereales o harinas bajos en fibra, carnes solo blancas, no utilizar cafeína, alcohol, gaseosas, chile picante, condimentos ni mucha grasa.
- Tiempos de ocio y relajación: el manejo de estrés va a traer como consecuencia la disminución de los síntomas, tener espacios de esparcimiento y relajación pueden ayudar en su manejo como la meditación, la lectura, la cocina etc.
- Actividad física: el ejercicio es por mucho una de las mejores estrategias para bajar los niveles de tensión y manejar el estrés, así como de producir hormonas del bienestar como las endorfinas, además que mejora la circulación y el funcionamiento del sistema digestivo.
Como ya vimos, esta situación es normal y común en la mayoría de la población, lo importante es que tenga herramientas o estrategias para manejarlo y si lo puede hacer de manera personalizada con un profesional le puede ir mejor, así que no olvide visitar nuestras redes sociales y nuestra página web www.centrodenutricion.co.cr para guiarle más en el proceso.
Referencias
Díaz F., J. (2007) Estrés alimentario y salud laboral vs estrés laboral y alimentación equilibrada. Medicina y Seguridad del trabajo. España. Tomado de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0465-546X2007000400012
Ganfornina A., A. (2017) El estrés y el sistema digestivo. Revisión Bibliográfica. Universidad de Sevilla, España. Tomado de https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/64735/GANFORNINA%20ANDRADES,%20ANA.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Tusell Q., M. Eje intestino cerebro y su relación con el estrés. Clinalcacer, Osteopatia. Tomado de www.calinalcacer.com