La candidatura de Juan Diego Castro sería una broma de pésimo gusto si no fuera por el hecho de que varios sondeos lo colocan como uno de los favoritos a colarse en una eventual segunda ronda, en la que –ante la patética campaña que perfila Antonio Álvarez Desanti– bien podría darle al país un tremendo susto. Sobre lo que Juan Diego Castro representa en esta elección me referiré en la columna del lunes en La Nación. Pero quiero advertir dos señales ominosas que envió ayer en el lanzamiento de su postulación:
Veto a medios: El medio digital ElMundo.cr reportó que en la entrada a la conferencia de prensa de ayer un guarda de seguridad tenía una lista pre-aprobada de periodistas y medios que podían ingresar. Los que no estaban en la lista –incluyendo ElMundo.cr– estaban vetados. Hace unos meses ese medio publicó una entrevista con el periodista Laffite Fernández donde ventiló varias denuncias contra Juan Diego Castro. Al parecer el ahora candidato del PIN tiene la piel muy delgada, puesto que bloqueó a ElMundo.cr en Twitter –como lo ha hecho con múltiples personas que lo han criticado– y ahora le negó acceso a su conferencia de prensa. Sin duda alguna veremos más de esto en la campaña conforme los medios de comunicación reporten sobre las múltiples patologías del exministro de Seguridad. ¿Qué revela esto de la actitud que tendría este pequeño Mussolini con la prensa si llegase a ser presidente?
¿Guerra a los meneitos? Cuando La Nación le consultó ayer sobre su amenaza promesa de gobernar por decreto, Juan Diego Castro delineó temas que él considera de acción prioritaria y donde piensa actuar por orden ejecutiva:
"Las directrices pueden ordenar una serie de ámbitos y usted verá la lista de posibilidades, que ningún político le dirá, de lo que el presidente puede hacer vía directriz, en temas como la economía, la situación fiscal, el presupuesto, la educación, la venta de comida chatarra y meneitos en las escuelas."
¿Meneitos en las escuelas? ¿De dónde salió eso? Muy sencillo. El empresario Andrés Pozuelo de Industrias Jacks' ha venido lanzando fuertes críticas en su Facebook a la promesa de Castro de gobernar por decreto, comparando al exministro con Pinochet, Franco y Chávez. Este claramente tomó nota, como lo hizo saber en un
post en su Facebook hace unos días. Ciertamente no hay nada anormal en un dime y direte en redes sociales. Peró sí llama mucho la atención que Castro ponga ahora en la mira a la venta de meneitos en las escuelas (que de por sí ya está prohibida) como una de sus prioridades de llegar al poder. Estamos avisados: el candidato del PIN desde ya amenaza con usar discrecionalmente el poder del Estado vía acciones ejecutivas para joder a quienes osen criticarlo.
Estas son tan solo dos señales enviadas el día del anuncio de su candidatura. Juan Diego Castro es un populista demagogo con una marcada venia autoritaria. Lamentablemente Costa Rica no es inmune al populismo que ha hecho estragos en otros países de la región y que incluso ahora afecta a un país como Estados Unidos. Está en nuestras manos evitar que alguien así llegue a la presidencia y se termine de pasear en nuestro país.