Cada día se habla más de colaboración en las organizaciones y los equipos de trabajo, pero se habla poco de cómo funciona, cuáles son sus rasgos y desafíos. Según Mattessich y Johnson, la colaboración es “una relación mutuamente beneficiosa y bien definida, introducida por dos o más organizaciones para lograr metas comunes”. En su investigación titulada “Collaboration: What Makes It Work”, identificaron los siguientes factores que la componen:
1. El entorno, es decir, la historia y el ambiente de colaboración.
2. Las características de los miembros, por ejemplo, el respeto, el compromiso, los intereses particulares.
3. Los procesos y las estructuras, tales como la flexibilidad, la adaptabilidad, los roles, etc.
4. La comunicación, ya sea abierta e informal, entre otros tipos.
5. El propósito, que se puede resumir en las metas, objetivos, y la visión.
6. Los recursos, ya sean destrezas, grupos de interés, y fondos económicos.
4 barreras de colaboración
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Ahora bien, la colaboración no es algo que sucede de manera inmediata, o simplemente por imposición. Es por eso que algunos especialistas suelen hablar de algunas barreras de la colaboración. En su artículo “The collaboration blind spot”, Kwan anota cuatro obstáculos:
1. Las declaraciones territoriales; por ejemplo, cuando un grupo propio considera que la opinión de otros grupos no importa.
2. Los ataques abiertos a otros, como cuando se provocan críticas públicas a las operaciones o procesos de otros grupos.
3. Las actitudes encubiertas de bloqueo, que consisten en descargar tanta información y de tal complejidad, que a las otras personas y grupos les resulta imposible trabajar.
4. Las manipulaciones encubiertas, por ejemplo, cuando tratan de manejar la percepción de otros grupos, haciéndoles creer que son muy diferentes –o incluso similares–, y de esa manera, facilitar que los ataquen.
3 soluciones a la falta de colaboración
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Es entonces cuando se hacen necesarias formas de desarrollar la seguridad de los grupos y minimizar la resistencia a la colaboración. Kwan habla de tres aspectos:
1. La identidad grupal, que es un concepto más existencial, porque se refiere a lo que un grupo entiende de sí mismo. Esa identidad proporciona a los grupos un centro de gravedad y significado en la empresa, que ayudan a crear una sensación de seguridad.
2. La legitimidad grupal, que se desarrolla cuando otros perciben la existencia de un grupo como apropiado y aceptable dentro de la empresa, y el grupo se percibe como valioso.
3. El control sobre lo que se hace como grupo, porque no es suficiente saber que la compañía acepta y afirma la existencia de un grupo, sino que debe ser capaz de actuar de manera autónoma, determinar los términos en los que trabaja y realizar cambios significativos.
Roy es doctor en Gobierno y Cultura de las Organizaciones. Es asesor en procesos de capacitación corporativa, para áreas como negociación, ética, trabajo en equipo, estrategia e innovación. Es profesor de la Escuela de Negocios de la UCR y autor del libro "Integridad 24/7: ¿cómo liderar siempre?”.
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