El Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) debe ser eliminado del todo y ser sustituido con aumento en el cobro de la matrícula.
Si las universidades estatales son verdaderos centros de enseñanza de calidad, entonces no necesitan del FEES. Si algo es bueno, no necesita subsidio. Si algo es malo, tampoco. Si las universidades estatales son buenas, no tendrán ningún problema en financiarse 100% con el cobro de matrícula.
Es demagógico afirmar que con el recorte del FEES se van a reducir las becas. ¿Acaso las grandes universidades privadas del mundo requieren de un subsidio del Estado para becar a los estudiantes que se lo merecen? Las becas que ofrecen las universidades privadas provienen del pago de la matrícula que realizan los estudiantes sin beca. De igual manera deben hacer las universidades estatales y no depender del FEES.
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Según un estudio de la Academia de Centroamérica del 2017, más del 57% de los estudiantes de las universidades estatales provienen del 40% de la población más rica del país. Menos del 8% de los estudiantes de las universidades estatales pertenecen al quintil de menores ingresos. Con la destrucción de la producción y el aumento del desempleo causado por las restricciones sanitarias, es probable que estas cifras estén peor en el 2022. Es decir, el FEES es una injusticia social porque se trata de impuestos que paga el pueblo costarricense con el fin de subsidiar la educación superior de estudiantes ricos. En otras palabras, el FEES contribuye al deterioro de la distribución del ingreso.
Para el año 2011, el monto del FEES fue ₡252.8 mil millones de colones y los estudiantes matriculados sumaron 95 930. Para el año 2021, el monto del FEES fue ₡524 214 millones y la matrícula fue de 125 141 estudiantes. Para el 2022, el FEES es de ₡559 198 millones. Durante el periodo la inflación acumulada ha sido apenas superior al 26%. Es decir, el crecimiento en términos reales es desproporcionado con relación al crecimiento de la población estudiantil.
La educación superior es una inversión en capital humano. Así como no es correcto que el Estado destine recursos a subsidiar la inversión en capital físico, de igual manera no es correcto subsidiar la inversión en capital humano. Sin embargo, este no es el caso. Lo cierto es que, según el mismo estudio de la Academia de Centroamérica, más del 80% del FEES se destina a pagar astronómicos salarios de las universidades estatales entre sueldos para cargos fijos, retribución por años servidos, otros incentivos salariales. ¡Esto no puede seguir! La única manera de obligar a las universidades a que reajusten sanamente su presupuesto es eliminando el FEES y que se sustituya con aumento en el cobro de la matrícula.
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La economía enseña que la educación estatal jamás será superior a la que se pude ofrecer en un sistema donde opera la libre competencia. Y para fomentar esta competencia debe eliminarse el FEES, Conesup y Conare. En el informe “Bureaucrats in Business” (Burócratas en las empresas) del Banco Mundial, concluye que “el estado se desempeña por debajo del sector privado”. Por su parte, el premio Nobel en Economía, James Buchanan, nos ha advertido que los burócratas no buscan el bien común sino su propio beneficio como cualquier otro agente económico. Por eso es que el FEES se ha traducido en el bienestar del burócrata y no en el bienestar del estudiante.
Para incentivar el uso eficiente de los recursos en las universidades estatales, el único camino es someterlas a la competencia y para ello es indispensable eliminar el FEES y que ajusten el costo de la matrícula.
Uno de los gravísimos problemas que tiene el costarricense es que discute política económica sin recurrir a la economía. Es como hablar del cosmos sin recurrir a la física, o hablar de salud sin mencionar lo que dice la medicina. En este sentido, no hay nada que justifique la existencia de universidades públicas. Se que muchos países desarrollados tienen universidades públicas, pero eso no lo justifica. De igual manera muchos países ricos tienen prácticas proteccionistas a pesar de que se sabe que lo mejor es tener arancel cero y el más absoluto libre comercio.
Las universidades son empresas y no hay nada en la economía que justifique la existencia de empresas públicas. La situación ideal es privatizar las universidades públicas. En el peor de los casos, el Estado, a lo sumo, debe limitarse a tener un programa de becas para estudios superiores, sea en universidad pública o privada.