Estamos presenciando un retroceso en la libertad y la democracia en Occidente debido a la postura del presidente de los EE.UU., Donald Trump, frente a la invasión de Putin a Ucrania. Como bien dijo el senador de los EE.UU., Chuck Schumer, “Trump le está haciendo el trabajo sucio a Putin”.
La primera invasión de Putin a Ucrania se dio en febrero del 2014 con la anexión de Crimea a Rusia en marzo de ese año. Rusia y Ucrania firmaron los acuerdos de paz de Minsk en septiembre del 2014 y febrero del 2015. Sin embargo, Putin violó dichos acuerdos con la segunda invasión a Ucrania el 24 de febrero del 2022.
Putin ha dejado claro que la invasión a Ucrania tiene un sentido expansionista e imperialista. Su objetivo es apoderarse de toda Ucrania. Occidente debe tener una postura firme de detener esta actitud expansionista de Putin. Es esta actitud imperialista de Putin lo que llevó a Suecia y a Finlandia a incorporarse recientemente a la OTAN.
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En el altercado que recientemente sostuvieron Zelenski, Trump y Vance en la Casa Blanca, Trump y Vance dieron a entender que a ellos no les importa la actitud expansionista de Putin porque los EE.UU. están muy lejos de Rusia; como si la defensa de la libertad y la democracia fuera un asunto geográfico y no de principios.
La segunda invasión de Putin a Ucrania se ha prolongado más de tres años con un altísimo costo en vidas humanas, destrucción de ciudades y un gasto militar exorbitante. Hoy, la guerra parece estar en un punto muerto. Con un mayor apoyo militar a Ucrania, esta quizá podría repeler a Rusia. Sin embargo, si esto sucediera, Putin ha amenazado con usar armas nucleares. Esto conlleva el riesgo de que la invasión de Putin escale a una III Guerra Mundial. Sin embargo, para Trump es Zelenski quien con sus demandas amenaza con la III Guerra Mundial.
Otra salida al conflicto es firmar un tratado de paz. Sin embargo, Trump llama tratado de paz a lo que en realidad es una propuesta de rendición humillante para Ucrania. Trump, al igual que Putin, desea que Ucrania le reconozca a Rusia todos los territorios invadidos. Trump, al igual que Putin, no aceptan la solicitud de Ucrania de que un tratado de paz debe incluir garantías de que Putin no invadirá por tercera vez a Ucrania. Para Trump, su palabra es suficiente para que garantizar que esto no sucederá. ¿En qué sueño mágico vive Trump para creerse que un tipo como Putin le hará caso sin garantía alguna?
Zelenski pide que en un tratado de paz se considere el ingreso de Ucrania a la OTAN como garantía para evitar que Putin invada Ucrania una tercera vez. Sin embargo, Trump se burla y rechaza tal propuesta. Nuevamente Trump se pone de lado de Putin y le reclama a Zelenski que la propuesta de incorporar a Ucrania a la OTAN es la causa de la invasión.

Por otra parte, el presidente Trump desea cobrarle a Ucrania $500.000 millones en recursos naturales por la ayuda militar que ha dado. Según Trump, la ayuda de los EE.UU. llega a 350.000 millones. Sin embargo, según el Kiel Institute for the World Economy con sede en Alemania, hasta diciembre del 2024 la ayuda oficial total (financiera, humanitaria y militar) de todos los países a Ucrania sumaba $287.000 millones, de los cuales los EE.UU. habría aportado $123.000 millones.
La actitud de Trump de cobrarle a Ucrania semejante suma, que excede con creces el aporte de los EE.UU., resulta una expoliación y revela que Trump no busca tanto la paz, sino repartirse Ucrania con Putin como si fuera una piñata.
Sin embargo, si el presidente Trump quiere cobrar con ganancia lo que los EE.UU. le han dado a Ucrania en ayuda militar, lo correcto es que se lo cobre Putin por ser el invasor.
Trump se jacta de ser un negociador, pero no reconoce el mal negocio que resulta para los EE.UU. ponerse del lado del invasor Putin. Que Trump llame “amigo” a Putin y lo trate como tal, es una página negra en la historia de Occidente. Putin es un dictador con 25 años en el poder. Putin es un tirano que mete en prisión, tortura y asesina a sus opositores.
En fin, sin una ayuda militar mucho mayor a la que ha recibido Ucrania hasta el momento, será imposible sacar al invasor de Ucrania y el costo en vidas humanas será todavía mayor. En este sentido, un tratado de paz es lo más sensato, pero uno distinto al plan de rendición humillante que plantea Trump para Ucrania. Un tratado de paz debe asumir un compromiso de ambas partes. Por un lado, Ucrania debe reconocer ceder parte de los territorios invadidos y Putin debe reconocer garantías que pide Ucrania para no sufrir una tercera invasión de parte de Rusia.