No es correcto usar los términos liberal clásico o libertario en Latinoamérica. En Estados Unidos, a finales del siglo XIX, y en particular después de 1930, el término liberal fue corrompido por los socialistas, quienes se lo apropiaron. Es por tal razón que, en la actualidad, en ese país el término liberal se asocia con el socialismo. El reconocido economista Joseph Schumpeter, en su obra History of Economic Analysis, habla sobre esta metamorfosis que sufrió el vocablo: “los enemigos del sistema de empresa privada han pensado como sabio el apropiarse del término”.
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Milton Friedman, en su libro Capitalism and Freedom, también habla sobre la transformación que sufrió el término liberal en Estados Unidos: “Beginning in the late nineteenth century, and especially after 1930 in the United States, the term liberalism came to be associated with … welfare and equality rather than freedom” (En Estados Unidos, a finales del siglo XIX, y especialmente después de 1930, el término liberalismo llegó a asociarse con ... Estado Benefactor e igualdad en vez de libertad).
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Por lo tanto, los liberales en Estados Unidos se quedaron sin nombre desde 1930. Durante esa época muchos estadounidenses plantearon distintos términos para sustituirlo, pero ninguno gustó. Finalmente, Dean Russell, historiador y miembro del Freedom for Economic Education (FEE), plantea en su artículo Who is a Libertarian?, publicado en 1955, el término “libertario”. Fue este el que finalmente se impuso para sustituir el término liberal.
Tengamos presente que cuando se introduce el término libertario, este ni suma ni resta nada al concepto liberal. No hay nada nuevo (neo) en libertario. Como bien dijo Leonard Reed en marzo de 1962 en Elements of Libertarian Leadership: “El término libertario es usado porque no se ha encontrado nada mejor que sustituya a liberal, término que ha sido apropiado de manera exitosa por los autoritarios contemporáneos”.
Algunos estadounidenses, en vez de usar el vocablo libertario usan el concepto liberal clásico para referirse al liberalismo en su sentido original previo a su corrupción por los socialistas. Es decir, el término liberalismo clásico no significa que exista un liberalismo distinto al clásico o un liberalismo moderno.
En resumen, dado que en Estados Unidos los socialistas se apropiaron del término liberal, los estadounidenses lo sustituyeron con los términos libertario o liberal clásico donde ambos conceptos significan exactamente lo mismo.
Dado que en América Latina el vocablo liberal no ha sido secuestrado por sus enemigos, no tiene sentido alguno sustituirlo por el término libertario ni por liberalismo clásico. Usar otros vocablos como sustitutos de liberalismo en América Latina se presta a confusión; razón de ser de este artículo.
Es más, podría considerarse el término libertario como un anglicismo de mal gusto. Sería como que los latinos, en vez de hablar de farmacias, habláramos de droguerías (En Estados Unidos se le llama Drug Store a las farmacias) o que en vez de responder con “De nada” cuando nos dan las “gracias”, respondiéramos con un: “Es usted bienvenido” (You’re welcome).
Es lamentable la complicación que tiene el estadounidense creyente en la libertad individual para autodenominarse con algún término. El latinoamericano no tiene por qué enredarse en mecates que no le pertenecen y que son ajenos a su historia. Es más sencillo, correcto y preciso llamarse liberal y punto.