Según el “Informe de Política Monetaria” del Banco Central de Costa Rica, con fecha de octubre del 2024, se proyecta un crecimiento de la economía costarricense de apenas un 3,9% para el 2025. Para salir del tercer mundo, Costa Rica necesita tasas de crecimiento mayores al 6% sostenidas durante unos 15 años. Por tanto, una tasa del 3,9% es baja, mediocre y revela la mala política económica de este gobierno.
Desde 1991 hasta el 2024, la tasa de crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) fue de 4,0 % anual. Es decir, una tasa del 3,9% se encuentra por debajo del promedio de los últimos 34 años. Nada ha cambiado con la Administración Chaves Robles.
Costa Rica puede fácilmente crecer al 6% y superar la pobreza que en este momento agobia al 18% de las familias. Para ello, necesitamos gobernantes que se “compren la bronca” e implementen la política económica que la Economía ya nos ha indicado desde hace siglos; a saber, más libertad económica y menos intervención gubernamental.
El “Índice de Libertad Económica” que publica Heritage Foundation confirma lo que ya nos dice la teoría: los países con mayor libertad económica poseen tasas de crecimiento más altas, niveles de ingreso más elevados y niveles de pobreza mucho más bajos; comparado con aquellos países donde existe mayor intervención gubernamental.
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El Índice de Libertad Económica clasifica a los países en cinco categorías: Libre, mayormente libres, moderadamente libres, mayoritariamente reprimidos y reprimidos.
Los países clasificados como “economías libres” poseen un nivel de ingreso promedio de más de US$100 mil por año; los clasificados como “mayormente libres” de US$61 mil; y los clasificados “moderadamente libres”, como Costa Rica, poseen un ingreso promedio de apenas US$32 mil. Según el BCCR el ingreso nacional bruto del 2023 (último dato disponible) fue de apenas US$12 mil
Por otra parte, los países que poseen mayor libertad económica tienen un porcentaje de apenas 1,9% de su población viviendo en pobreza multidimensional; mientras que los países con menor libertad económica poseen un 15,4% de su población viviendo en pobreza. En Costa Rica el 18% de las familias viven en pobreza.
Costa Rica puede fácilmente crecer al 6% y superar la pobreza y el desempleo que en este momento agobia al costarricense. Para ello, necesitamos gobernantes que se “compren la bronca” e implementen los cambios necesarios para que Costa Rica llegue a clasificar como “economía libre”.
Para crecer al 6%, o más, es necesario reducir impuestos, cerrar la mayoría de las entidades públicas que no sirven para nada, reducir significativamente la burocracia, romper la obligatoriedad de cotizar a la CCSS, llevar todos los aranceles a cero (libre comercio), cerrar el banco central (Quitar la potestad que tiene el gobernante de emitir dinero y permitir la libre oferta y demanda de dinero), acabar con el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) (que las universidades se financien con la matrícula), sustituir los regímenes de pensiones de reparto por regímenes de cuentas individuales como en Chile y romper monopolios (Recope, Fanal), monopsonios (ICE en el mercado de generación eléctrica) y oligopolios (Sistema financiero, mercado de seguros y operadora de pensiones) creados por ley.
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En la década de 1950 Hong Kong, Singapur y Costa Rica tenían un nivel de ingreso per cápita y de pobreza similar. Hong Kong y Singapur apostaron a la libertad económica y hoy son economías con ingreso per cápita de primer mundo. Costa Rica apostó al Estado Benefactor, al gigantismo estatal, a las garantías sociales, a las empresas públicas, al proteccionismo de la producción local, etc; y hoy seguimos pobres y continuamos siendo un país del tercer mundo.
Solo con mercados libres y quitando a la burocracia del camino podremos conquistar la prosperidad.