Si cree que los masajes son nada más un premio extraordinario que se da uno cuando quiere salirse de la rutina o chinearse un poquito, está tan equivocado como yo lo estaba antes de escribir este post.
Esa imagen del spa y el movimiento de manos en su espalda entre sonidos de agua y aromas de aceite e incienso es apenas uno de los tipos de masaje existentes (el relajante). Quienes practicamos ejercicio podemos regalarnos a ese chineo de manera opcional y esporádica; en cambio, necesitamos someternos a un tipo de masaje menos relajante pero más necesario de forma regular, con el fin de evitar lesiones y mejorar el rendimiento de nuestros músculos.
“Uno al mes, de fijo; y por lo menos uno cada 15 días o uno semanal, dependiendo de cuánto estés entrenando”, opina Liana Marín, fisioterapeuta. Se refiere a los masajes de descarga, un tipo de masaje profundo ---y hasta un poco doloroso--- en el que se realiza una combinación de estiramientos, compresiones, presiones y fricciones, con base en la anatomía del músculo a liberar.
Similar criterio tiene la fisioterapeuta Elena Martínez Corral: el deportista profesional se suele descargar una vez por semana; a quien hace ejercicio todos los días, se le recomienda una sesión de descarga cada 15 ó 22 días; y las personas que entrenan tres o cuatro veces por semanas deberían recibir este tipo de masaje cada mes o mes y medio, como máximo.
“El masaje de descarga se diferencia de otros masajes en que buscamos liberar las fibras musculares y las toxinas acumuladas, sin relajar demasiado el músculo ---justamente, lo contrario que persigue el masaje de relajación”, detalla Marín, quien es dueña de la clínica Maximiza tu salud.
Aumentar la oxigenación del músculo y eliminar su fatiga con el fin de mejorar su rendimiento de trabajo y evitar lesiones es el principal objetivo de este tipo de masajes.
“Los masajes de descarga mantienen la elasticidad muscular y el aporte sanguíneo al músculo”, explica Estefanía Cordero Ferrero, fisioterapeuta de PhysioWorld. Esto facilita el drenaje de los desechos catabólicos que se producen al realizar ejercicio físico.
La acumulación de estos desechos post ejercicio provoca pérdida de electrolitos; y la falta de algunos de ellos hace que la contracción y la relajación muscular sea deficiente, dolorosa y cansada, detalla Marín.
Por eso, al favorecer la eliminación de esos residuos, se mejora el rendimiento muscular y se acelera la recuperación después del entrenamiento o la competición para las próximas semanas.
¿Don pingüé?
Las tres especialistas coinciden en que, si bien el mercado de masajistas es amplio y variado, lo ideal es que este tipo de masaje lo haga un fisioterapeuta.
“Puede ocurrir que el paciente llegue solicitando un masaje de descarga y que, en la sesión, descubramos que requiere otras técnicas; o que detectemos una microlesión que estamos a tiempo de tratar”, explica Marín.
Además, estos profesionales son quienes mejor conocen cuándo es el momento idóneo para realizar un masaje de descarga u otras técnicas requeridas.
Por ejemplo, si bien Martínez detalla que un masaje de descarga debe realizarse en el día de menos trabajo muscular, Marín añade que debe tomarse en cuenta si hay una competencia próxima a suceder para decidir cuándo realizarlo respecto de ese evento deportivo.
Además, considera que toda persona que desee hacer ejercicio, antes de empezar su rutina, debe ir donde un especialista en esta materia a hacerse un chequeo. “Valoramos movilidad, hacemos un test postural, detectamos asimetrías en la fuerza muscular… Yo creo en la fisioterapia preventiva más que en la curativa porque, si bien amabas son posibles, la segunda requiere más sesiones, por lo que resulta mucho más cara y más dolorosa”.
Cordero coincide: “En cualquier tipo de disciplina física suceden enlongaciones y micro rupturas fibrilares que, no atendidas a tiempo, pueden desencadenar en lesiones. Por eso, una persona de bajo rendimiento debería realizarse chequeos de fisioterapia al menos cada seis semanas para evitar lesiones futuras; un atleta de alto rendimiento, aún más”.
Y usted, ¿ya sacó cita?