Ella tiene 87 años y entrena su deporte, la gimnasia, dos veces por semana; sin embargo, cada día hace una hora de ejercicio, como nadar o caminar.
Es Johanna Quaas, acreedora del record mundial de la gimnasta más longeva.
Si se dice que cumplir años es uno de los factores que repercute, negativamente, en la flexibilidad de las personas, ¿cómo es posible que una persona de 87 años sea capaz de hacerse un colocho consigo misma, en el piso o en el aire, desenredarse y terminar en una perfecta pose de pie para recibir aplausos?
No es arte de magia. La respuesta no está tampoco en los 80 años que tiene practicando gimnasia. Ella ha logrado mantener su flexibilidad gracias a los 60 minutos diarios que dedica a realizar actividad física.
De acuerdo con el entrenador físico Christian Azofeifa, la inactividad física es la principal causa de falta de flexibilidad.
“Se dice que a medida que aumentan los años, se ve incrementada la rigidez muscular y con ello disminuye la flexibilidad estática. Eso es lo que se dice. Sin embargo, lo cierto es que a medida que aumentan los años, aumenta la inactividad física y esa falta de movimiento es precisamente la que hace que uno sea cada vez menos flexible”, explica.
Incluso, asegura el profesor universitario, realizar movimientos en donde los músculos se mantienen en posiciones corporales habituales pueden ocasionar que se restrinja la amplitud de acción articular debido a la contracción y acortamiento del tejido muscular.
En fácil: si pasa sentado por lo menos ocho horas de su día, quiere decir que las rodillas pasan flexionadas esa misma cantidad de tiempo diariamente. Eso hace que sus isquiotibiales (músculos detrás del muslo) pasen contraídos todo ese tiempo, por años de años. Luego, cuando intenta estirarlos con acciones como tratar de tocarse los pies con las rodillas estiradas, le resulta una tarea casi imposible y sumamente dolorosa.
En cambio, habrán notado que para los bebés, que no pasan sentados ocho horas diarias, les es sumamente fácil llegar su cabeza a las rodillas con las piernas estiradas o llevarles las rodillas a la frente cuando toca cambiarles el pañal.
Lo mismo pasa si usted solo camina o solo trota siempre al mismo pace o si realiza siempre los mismos ejercicios. Las opciones de actividad física están servidas en bufé. ¡Sírvase proporcionadamente de todo!
Ok, ¿cómo?
Hace algunas semanas escribí que ser flexible era una necesidad y no un plus y mi último post fue precisamente sobre que la flexibilidad es uno de los componentes de la aptitud física en términos de salud.
La razón no es ganarnos un guiness récord, ni poder amarrarnos los cordones sin flexionar las rodillas, ni si quiera poder hacernos un colocho con la pareja para innovar en la cama (¿ah sí, verdad, eso sí les interesó? Jaja).
La razón por la que ser flexible es necesario es porque nos permite ser ágiles para movernos y mantenernos autónomos e independientes con el pasar de los años.
Sí, como demuestra Quaas, hacer ejercicio diariamente es un requisito para no perder la flexibilidad pero ejercitarla de forma independiente también es necesario, sobre todo cuando tenemos años acumulando desbalances musculares en términos de flexibilidad.
Lo mínimo que requiere su cuerpo es que tres veces por semana dedique de 10 a 30 segundos a estirar cada músculo, al menos dos veces por sesión, luego de haber calentado para no lesionarse.
¿Se pueden regalar a sí mismos esos 15 minutos, por fa?