Hace tiempo me habían preguntado sobre ejercicios que puedan hacer personas con problemas en la cadera o en las rodillas.
La recomendación siempre es realizar ejercicios de bajo impacto, que pueden ir desde caminar adentro de una piscina hasta realizar spinning, todas ellas actividades que no golpean las articulaciones.
Pero cuando hice el post del aniversario de La milla extra, en el que pedí me propusieran temas, dos lectores plantearon este: ¿qué tal si no solo es una lesión; qué tal si es una persona que está en silla de ruedas? ¿qué puede hacer esta persona para mantenerse activa? Y yo voy una pregunta más allá: ¿qué pasa si esta persona no se ejercita?
La fisioterapeuta Marcela Calvo consideró que, como suele ocurrir en temas de salud, no se pueden hacer generalizaciones.
“Es mas fácil cuando hay un nombre de una discapacidad especifica sobre el que se está hablando pero, a modo general, lo que ocurre cuando un músculo no se ejercita y no está lo suficientemente fuerte son subluxaciones o luxaciones; cuando hay traumas también puede haber tendinitis, bursitis y otras complicaciones”.
Y esto ---subrayó la especialista--- puede ocurrirle a cualquier persona que no se ejercita, tenga o no una discapacidad.
Además, en el caso de las personas en sillas de ruedas, estar en una sola posición puede causar lesiones en la piel, dicen en el sitio 1800 wheelchair ---empresa que vende artículos para personas con esta discapacidad motora--- y, como ocurre con cualquier ser humano, la falta de actividad física afecta el estado de ánimo y lo hace más propenso a las enfermedades.
Así que, como ocurre con otras condiciones médicas especiales, el estar en silla de ruedas no puede ser una excusa para no hacer ejercicio.
El especialista Philip Gill recomienda hacer, a la semana, al menos 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada y dos o más días actividades de fortalecimiento muscular.
“En ausencia de directrices específicas para su condición, los usuarios de sillas de ruedas pueden comparar sus necesidades de actividad física a las que tienen los adultos en general”, asegura en el sitio del National Health Service de Reino Unido.
¿Qué hacer?
Estar en silla de ruedas no significa que todos los músculos tienen la misma lesión.
“Por lo tanto, es importante considerar las capacidades de la persona y el objetivo de la disciplina que se quiere realizar y así enfocar el entrenamiento”, detalló Calvo.
Pensando en una persona que solo puede mover pelvis, tronco, brazos y cabeza, los músculos que, en opinión de la especialista, son más importantes de ejercitar son los que protegen las articulaciones del hombro, del codo y de la muñeca, así como los músculos del pecho, el brazo y antebrazo y la mano.
También considera necesario fortalecer los músculos que estabilizan la columna vertebral.
¿Por qué? Según Gill, el movimiento de empujar repetidamente, que se utiliza para movilizarse usando una silla de ruedas, hace que los músculos del pecho y de los hombros se sobrecarguen y se vuelvan propensos a lesiones, mientras que los de la espalda, que no están involucrados en esa acción, se debilitan por falta de uso.
De ahí la importancia de ejercitarlos todos de forma pareja.
En cuanto a ejercicios específicos, Marianela Cambronero Orozco, terapeuta ocupacional del Consejo Nacional de Rehabilitación y Educación Especial (Cnree), recomendó comenzar la rutina de ejercicio dando una vuelta alrededor de alguna pista de carreras o en un parque para aumentar el ritmo cardiaco.
Dijo que las bandas de resistencia pueden ser un instrumento efectivo para llevar a cabo entrenamiento de fuerza desde una silla de ruedas; aunque también se pueden usar pesas y el propio peso del cuerpo para este tipo de entrenamiento.
Como en cualquier rutina de ejercicio, es necesario estirar al final los músculos que se ejercitaron, en especial los de los hombros y los de las muñecas, dijo Cambronero.
“La actividad física debe terminar con algunos ejercicios de respiración profunda y meditación”, recomendó.
En mi opinión, este último consejo no debería estar inscrito al cierre de una rutina de ejercicio, sino ser algo que se practica a lo largo del día.
Lo que sí no puede postergarse es el empezar a moverse. Estar en silla de ruedas no quiere decir estar anclado al sedentarismo. ¡Tenga una vida activa y disfrute de los beneficios en salud física y emocional que esta le dará!