En Costa Rica no es que avancemos a paso de tortuga, diz que para hacerlo mejor. Avanzamos a paso de tortuga, a veces no haciéndolo tan bien, y con muchos años de atraso.
Les cuento.
En octubre del año 2008 visitamos Grecia, en la provincia de Alajuela, pues ahí se estaba incubando un plan de ciudad digital.
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¿Por qué en Grecia?
Había varias razones. Estaban las empresas de tecnología, como Panduit, y una firma de telecomunicaciones que empezaba a operar en la víspera de la apertura del mercado.
Se le sumaban algunos empresarios de informática, con compañías reconocidas a nivel nacional, las cuales –si bien no tenían sede en ese cantón– irradiaban inspiración.
También había turistas o residentes europeos y norteamericanos que visitaban cafeterías y restaurantes con servicios de conexión a Internet de WiFi.
Mucho antes que Starbucks llegará al país y que otras cadenas y restaurantes instalaran WiFi en sus locales, en Grecia uno llegaba a una cafetería cerca del parque y se conectaba a la web con una laptop.
En el parque de Grecia también se había instalado una red WiFi y de hecho el día de la visita el fotógrafo vio a un usuario y lo entrevistamos.
En la zona de Los Santos también se estaba haciendo lo mismo.
Visitamos Santa María de Dota, San Marcos de Tarrazú y San Pablo de León Cortés varias veces en esa década.
Allá se había creado hasta un comité llamado Los Santos Digital que impulsaba proyectos de conectividad para apoyar la comercialización de café, de otros productos agrícolas y el turismo.
Entre las iniciativas se contaban con cafeterías que ya ofrecían WiFi y en el parque de San Marcos se instaló una red para que la gente se conectara.
También en el estadio Alejandro Morera, en Alajuela, se había colocado una red WiFi con apoyo de Cisco.
Había planes para hacer lo mismo en varias áreas públicas de Belén y Cartago.
Entonces nos había llamado la atención el ritmo de avance: “Va lento”, admitió entonces un funcionario del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Un año antes la Secretaria Ejecutiva de Gobierno Digital, Alicia Avendaño, nos había mostrado un proyecto que también incluía crear áreas WiFi en Escazú y San José.
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Lento era poco.
La idea principal de llevar WiFi a espacios públicos en forma masiva y gratuita fue muy oportuna en aquella época, cuando la penetración móvil y de Internet fijo y móvil era mucho menor que hoy.
Pasaron los años.
El 3 de abril pasado –ya estamos en el año 2019 de nuestra era para ser exactos– el gobierno y la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) inauguraron “las primeras” 23 Zonas de Acceso Gratuito a Internet Inalámbrico (ZAIG).
Las podremos identificar con los letreros de Zii y sumarán 515 en total: 419 parques y plazas, 17 bibliotecas, 28 estaciones de tren, 61 bibliotecas públicas y 7 centros cívicos.
El servicio se tendrá en los parques La Sabana, de la Paz, del Este, Fraijanes, Dominica, Cariari y la Expresión, además de 11 parques nacionales.
El proyecto completará esos sitios en 24 meses y tiene un costo total de $61 millones, es decir unos ¢37.500 millones según Sutel, financiados a través del Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel).
Ahí se podrá navegar a una velocidad de 6 Mbps de subida y bajada. Podrán conectarse hasta 100 usuarios simultáneamente, cada uno por 2 horas en espacios abiertos y 4 horas en espacios cerrados.
Se trata de un enorme esfuerzo que llena de satisfacción tanto a las autoridades y a los funcionarios como al consorcio formado por el ICE, Radiográfica Costarricense S.A. (Racsa) y la empresa PC Central.
La justificación del proyecto es reducir la brecha digital. Pero: ¿no era que en el 2017 la penetración móvil es del 179% y que hay casi cinco millones de suscripciones a Internet móvil?
Por supuesto, siempre quedan segmentos que, por edad o condición socioeconómica, no utilizan los servicios móviles o de Internet fijo.
Lo que sí es evidente es que las nuevas áreas Zii nos ayudarán a los usuarios a no gastar el paquete de datos comprados al ICE, Movistar o Claro.
Ironías de la vida, la inauguración de las primeras Zii se hizo exactamente cuando la firma Verizon anunció que habilitó varias zonas de Chicago y de Minneapolis con servicios de 5G.
Lo de Verizon no fue el único anuncio de estos días, pues en esos mismos días se lanzaron servicios de 5G en Gran Bretaña y Corea del Sur.
El contraste es marcado: aquí contentos por inaugurar hoy un proyecto que hace 10 años o más debíamos haber completado como país y la Tierra moviéndose hacia 5G y a redes WiFi 6, por cierto.
Es como si el planeta girara alrededor del Sol y Costa Rica, o al menos algunas instituciones y autoridades, solo rotaran sobre el mismo punto.
En las pruebas al servicio de Verizon se registraron velocidades de más de 600 Mbps, para que tengamos una idea.
(Por cierto: ¿Serán suficientes esos 6 Mbps de las áreas Zii para tanta gente? Según un servicio de un operador local que calcula la capacidad necesaria en Internet, para más de tres usuarios que usan video y música streaming, envían correos y ven redes sociales se requiere mucho más: 30 Mbps.)
Aunque se espera que la explosión de los servicios con 5G se produzca en los próximos cinco años, por estas tierras –además de inaugurar las áreas Zii con WiFi– apenas se corre para el encendido de la televisión digital pospuesto al 14 de agosto próximo.
Se supondría que entonces se obtendría el dividendo digital, que daría las frecuencias para servicios avanzados móviles.
En todo eso el país ha tardado más de lo necesario y de lo deseado.
Es como utilizar trenes con vagones de madera de hace un siglo o vagones desechados en España. ¡Ah, no perdón: ya eso lo hacemos en la actualidad en Costa Rica también!