Los últimos días de la última semana seguro que usted vio reproducirse las imágenes de amistades como si fueran un anime. Ya no hay secreto: son imágenes tipo Studio Ghibli generadas por la plataforma de inteligencia artificial (IA) de Open AI, ChatGPT.
Si usted lo intenta en el chat gratuito, que se basa en la versión ChatGPT-3, es probable que no le resulte. A mí me dio error. Pero me dio otras alternativas.
Sam Altman, CEO de OpenAI, anunció que estaban lanzando la funcionalidad de imágenes. Pero esa facilidad existe desde hace rato.
Yo mismo la usé para algunas ilustraciones de post de este blog anteriormente. Lo nuevo, y lo que se hizo viral, es la posibilidad de hacerlo en estilo anime. Eso sí, hay una limitación.
La funcionalidad está disponible en la versión ChatGPT 4o que es premium (está habilitado para suscriptores de planes de planes Plus, Team y Pro).
Eso no impidió que medio mundo en Internet la usara para convertir selfies, memes y fotos personales y hasta políticas en obras maestras al estilo Studio Ghibli, la legendaria firma de animación japonesa que creó películas épicas como El viaje de Chihiro y La princesa Mononoke.
Fuera de la discusión legal, ética y laboral, queda claro que la industria no se restringirá, que sus límites son el cielo (Al infinito... ¡y más allá!) y que los usuarios simplemente usarán lo que les entretiene, lo que les fascina, lo que necesiten para salir de la modorra, para reutilizar un selfie, para elevar el ego, que de eso se trata.
También muestra que la IA está alcanzando todas nuestras actividades diarias. Lo que es bueno, si nos apuntamos a entrenarnos, a capacitarnos y a prepararnos para los cambios que la nueva tecnología implica en nuestros oficios y profesiones. No hay otra opción.

¿Cómo se hace?
A esta hora abundan los paso a paso.
Es fácil: usted sube una imagen en la versión ChatGPT 4o, escribe el prompt o instrucción donde indica al bot que cambie el estilo (puede indicarle que lo quiere como Studio Ghibli) y en segundos lo tiene.
Estos días, por la alta demanda global, dura un tiempo mayor. También puede dar error si le pide ese estilo, aunque hay casos donde hace caso omiso a los registros de propiedad intelectual.
Es tan popular que OpenAI retrasó el lanzamiento para los usuarios gratuitos de ChatGPT 3 y estableció límites en la cantidad de imágenes que se pueden crear.
“Es divertidísimo ver a la gente disfrutar de las imágenes en ChatGPT”, escribió Sam Altman en su cuenta de la red social X. “Nuestras GPU se están derritiendo. Vamos a introducir temporalmente algunos límites de velocidad mientras trabajamos para mejorar la eficiencia. ¡Ojalá no tarde mucho! La versión gratuita de ChatGPT pronto tendrá 3 generaciones diarias”.


Por supuesto, se generaron cuestionamientos sobre la legalidad de generar imágenes en ese estilo en específico y si entrenaron el bot con imágenes protegidas por derechos de autor. Hay quien lo llama “el mayor robo de arte de la historia”. Y reclaman: “Y la gente lo celebra”.
Un vocero de OpenAI declaró a Business Insider que la compañía bloquea “imágenes en el estilo de artistas vivos en particular”, pero sí permite “estilos más generales de estudios de arte”.
Incluso Sam Altman se puso su imagen de Ghibli como avatar de X, seguramente con la autorización de sus abogados o de la arrogancia propia de los líderes que están encabezando las grandes firmas tecnológicas. Recordemos que su despido y restitución en OpenAI ocurrió en medio de rumores (se publicará un libro al respecto en estos días) de sus prácticas tóxicas.

Es probable que las imágenes de Ghibli serán una anécdota de aquí a dos días. O marcarán una tendencia consolidada en el tiempo.
Algunas imágenes reales que salieron, de Audrey Hepburn con una cazadora moderna o de Mark Zuckerberg leyendo un libro que nunca ha leído, dejaron a no pocos con la duda y la sorpresa.
Como todo cambia a la velocidad de la luz, intenté generar una imagen anime a partir de una foto mía vieja (la que tengo en mi perfil de Facebook, cuenta donde dejé de publicar desde el 2020).
ChatGPT me respondió que por un error no se pudo. Entonces me dio otras alternativas.
“Podemos probar varios estilos distintos”, me respondió. Y me dio una lista de algunas opciones:
Cyberpunk – Un estilo futurista con luces de neón y un toque distópico.
Pixel Art – Como un videojuego retro de 8 o 16 bits.
Acuarela – Un efecto artístico con colores suaves y difuminados.
Cómic Americano – Con sombras marcadas y líneas gruesas como en los cómics de Marvel o DC.
Steampunk – Un estilo victoriano con tecnología a vapor y detalles mecánicos.
Manga Shonen – Parecido al anime, pero con un estilo más dinámico y exagerado.
Realismo Ilustrado – Como una pintura detallada, pero con un toque artístico.
Elegí Cómic Americano. Tuve que esperar unos minutos. “Aún tenemos que esperar unos minutos antes de poder generar la imagen en estilo cómic americano”, me dijo. Y esperamos.
Al rato, le pregunté si ya se podía. Lo intentó y espere unos minutos mientras se generaba la imagen. Por supuesto, me la reservo para mis cuentas de Instagram (la publiqué en Historias, pues mis post ahí son sobre literatura) y LinkedIn (donde compartiré este post).
“¡Pura vida! Cuando necesites otra imagen o cualquier otra cosa, aquí estoy”, me dijo ChatGPT al final.
Y sí, es difícil no apuntarse a la moda. La sigo desde la música disco y los Bee Gees.
“¿Pueden todos relajarse al generar imágenes? Esto es una locura. Nuestro equipo necesita dormir”, tuiteó Altman en X anoche.