Aunque podrían resultarle similares a primera vista, yoga y pilates en realidad son harinas de distinto costal.
Si bien yoga logra resultados en acondicionamiento físico, realmente su fin último no es ese; su enfoque es más bien unir el cuerpo, la mente y el espíritu por medio de las posturas (Asana), la respiración y la meditación.
Por eso, más que una actividad de ejercicio físico, yoga es un estilo de vida, dice la fundadora de Core Strength Vinyasa Yoga, Sadie Nardini.
De hecho, nació hace más de 5.000 años con posturas que pretendían que sus practicantes pudieran mantener sus cuerpos estáticamente mientras meditaban.
Pilates no es un estilo de vida; y aunque también busca la unión mente-cuerpo, lo pretende más para lograr la técnica correcta de los ejercicios, que para alcanzar el bienestar espiritual.
Desde sus orígenes, a mediados del siglo XX, su objetivo fue lograr el acondicionamiento físico y el desarrollo de la fuerza muscular del core del cuerpo (abdomen, espalda, glúteos y muslos). Esto con el fin de mejorar la postura, la flexibilidad, la coordinación y el tono muscular.
Otra de sus diferencias se ven en las clases propiamente. Las de yoga suelen ir acompañadas de música y cánticos que favorecen la meditación, mientras que en las de pilates se trata de mantener al margen esas distracciones a la concentración.
Además, aunque ambas tienen gran cantidad de ejercicios y posturas, en yoga las combinaciones de ellas suelen darse más libremente, con el fin de trabajar diversos grupos musculares. En pilates, en cambio, se trata de seguir un orden que respete los patrones de movimiento de la columna vertebral y el énfasis de los ejercicios está en fortalecer el abdomen.
Aunque la respiración es clave en ambas disciplinas, se realiza de forma distinta. En yoga se inhala y se exhala por la nariz y se tienen diferentes ritmos de respiración, dependiendo del tipo de yoga que se esté practicando.
En pilates la respiración siempre es torácica: se inhala por la nariz y se bota el aire lentamente por la boca, manteniendo el abdomen siempre contraído, tanto al tomar aire como al expulsarlo del cuerpo.
Y entonces, ¿por qué la confusión?
Visualmente tienen posturas parecidas.
Además, los dos son ejercicios mente-cuerpo. No es como cuando uno sale a caminar, que el movimiento es casi automático. En yoga y en pilates hay que estar concentrado y consciente de lo que se está haciendo y de que la respiración se adecúe a esos movimientos y posturas.
Y por último, ambos logran resultados similares en términos de mayor flexibilidad, balance, fortaleza y tono muscular, mejor circulación y oxigenación para liberar toxinas y reducir el estrés, mayor concentración y tratamiento de algunas enfermedades crónicas.
¿El veredicto? Realmente no creo que una sea mejor que la otra, solo que tienen objetivos distintos. Escoger cuál es la mejor para usted será, como en muchos otros temas, cuestión de gustos y de personalidad.