El director ejecutivo de Intel, Brian Krzanich, afirmó durante el CES Las Vegas que las consecuencias de los fallos de seguridad que afectan a la industria de los microchips han sido limitados gracias a una “extraordinaria” colaboración con las empresas tecnológicas.
Krzanich volvió a repetir que desconoce que se hayan pirateado datos a través de Meltdown y Spectre, dos grandes fallos de seguridad que ha convertido en vulnerables a casi todos los microprocesadores.
“Trabajamos sin descanso para garantizar que esto se quede así”, explicó durante una presentación en el CES, la más grande feria del mundo sobre electrónica que se celebra en Las Vegas.
Un pirata experimentado podría leer información sensible almacenada en un ordenador, un servidor o un teléfono celular mediante estos fallos.
Intel confirmó este problema la semana pasada, junto con sus competidores AMD y ARM, así como los gigantes tecnológicos Amazon, Apple y Google.
Todos anunciaron haber colaborado para difundir mecanismos para corregir la seguridad con el fin de limitar los riesgos de pirateo.
“La colaboración de tantas empresas es realmente extraordinaria”, subrayó Krzanich. “La seguridad es nuestro trabajo principal en Intel y toda la industria. Nuestra principal preocupación en nuestras discusiones (sobre el tema) es garantizar la seguridad de los datos de nuestros clientes”.
La tormenta sobre la seguridad de los microchips afectó las acciones de Intel.
Según la prensa especializada, Krzanich vendió 39 millones en acciones, obteniendo un beneficio de $25 millones.
Este 8 de enero, varios bufetes de abogados anunciaron estar estudiando la posibilidad de presentar una denuncia contra Intel.
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La compañía también presentó el nuevo chip 49-qubit para computación cuántica, como parte de su estrategia para desarrollar futuras tecnologías informáticas. El chip lleva el nombre de Tangle Lake, una cadena de lagos en Alaska , un guiño a las temperaturas extremadamente frías y al estado enredado que requieren los bits cuánticos (o “qubits”) para funcionar.
La computación cuántica se basa en el uso de cúbits en lugar de bits y da lugar a nuevas puertas lógicas que hacen posibles nuevos algoritmos. Además, se incrementa la velocidad de transmisión, procesamiento, registro y uso de datos a gran escala, lo que la convierte en una tecnología clave para investigación avanzada. Si bien la computación cuántica tiene el potencial de resolver problemas que las computadoras convencionales no pueden manejar, el campo aún es incipiente.
Krzanich dijo que la digitalización de casi todo está creando una explosión de datos estructurados y no estructurados, impulsando la demanda exponencial de rendimiento informático y estimulando la investigación de Intel sobre estas nuevas arquitecturas especializadas.
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Agregó que Tangle Lake representa un avance hacia el objetivo de Intel de desarrollar un sistema completo de computación cuántica, desde la arquitectura hasta los algoritmos y la electrónica de control.
Krzanich predijo que la computación cuántica resolverá los problemas que a las mejores supercomputadores actuales tomaría meses o años, como el desarrollo de fármacos, la elaboración de modelos financieros y la predicción del clima.
"En la búsqueda de ofrecer un sistema de computación cuántica comercialmente viable, es un juego de nadie”, dijo Mike Mayberry, vicepresidente corporativo y director general de Intel Labs. “Esperamos que pasen de cinco a siete años antes de que la industria aborde los problemas de escala de ingeniería, y es probable que requiera un millón o más de qubits para lograr relevancia comercial".
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La necesidad de escalar a un mayor número de qubits de trabajo es la razón por la cual Intel, además de invertir en qubits superconductores, también está investigando otro tipo llamado spin qubits en silicio.
Los qubits de giro pueden tener una ventaja de escala porque son mucho más pequeños que los qubits superconductores y se parecen a un solo transistor de electrones, que es similar en muchos aspectos a los transistores convencionales y potencialmente puede fabricarse con procesos comparables. De hecho, Intel anunció que ya inventó un flujo de fabricación en su tecnología de proceso de 300 mm.
Krzanich también mostró las investigaciones de Intel sobre la computación neuromórfica, un nuevo paradigma informático inspirado en cómo funciona el cerebro, el cual podría desbloquear ganancias exponenciales en rendimiento y eficiencia energética para el futuro de la inteligencia artificial.
Intel Labs ha desarrollado un chip de investigación neuromórfica, cuyo nombre en código es Loihi, que incluye circuitos digitales que imitan la operación básica del cerebro. Loihi combina entrenamiento e inferencia en un solo chip con el objetivo de hacer que el aprendizaje automático sea más eficiente.
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Krzanich destacó la importancia de esta investigación. "Este ha sido un importante esfuerzo de investigación de Intel y hoy tenemos un chip de investigación neuromórfica en pleno funcionamiento", dijo. "Esta increíble tecnología se suma a la amplitud de las soluciones de inteligencia artificial que Intel está desarrollando".
Los chips neuromórficos podrían usarse en última instancia en cualquier lugar donde los datos del mundo real se procesen en entornos en tiempo real en evolución. Por ejemplo, estos chips podrían permitir cámaras de seguridad más inteligentes e infraestructura de ciudad inteligente diseñada para la comunicación en tiempo real con vehículos autónomos.
La compañía adelantó que en la primera mitad de este año planea compartir el chip de prueba Loihi con las principales instituciones universitarias y de investigación mientras lo aplica a conjuntos de datos y problemas más complejos.