Inicio como autora de este espacio en EF con el propósito de contribuir al debate nacional sobre decisiones estratégicas que deben tomarse en áreas a las que considero claves como son la educación y la tecnología.
A la educación le ha costado apropiarse de las tecnologías digitales (TD) para un uso especializado propio de la disciplina: estimular el aprendizaje y el desarrollo de talentos.
La pandemia ha mostrado una adopción tímida de las TD por parte del docente promedio (aunque siempre hay casos que sobresalen), la labor ha estado muy centrada en la transmisión de contenidos.
Andreas Shcleicher, director de Educación de la OCDE, ha señalado que es insuficiente que las nuevas generaciones sepan navegar o usar las apps, es necesario prepararlas para que puedan comprender la tecnología misma. A estas personas se les debe dar el dominio suficiente para ser administradoras y artífices, y no solo consumidoras pasivas.
Esto demanda del docente un conocimiento más profundo, y ajustes importantes a la dinámica del aula. Lo positivo es que las TD han estado en los centros educativos desde muy temprano, Costa Rica fue pionera en ese campo. Y los estudiantes, aún aquellos con un acceso a la conectividad muy limitado (un celular a ratitos), en general navegan con mucha fluidez.
La pandemia ha reafirmado dos cosas que ya sabíamos: nuestros estudiantes necesitan tener acceso a las TD, independientemente de donde vivan o su nivel socioeconómico; y trabajar, virtual y presencialmente, con docentes que sepan usarlas para propiciar el desarrollo de competencias cognitivas y habilidades blandas que tanto se ocupan en este siglo que es conocido como el del conocimiento.
La educación como disciplina y actividad fundamental para el desarrollo y bienestar de una sociedad debe mostrar que entiende las señales de los nuevos tiempos. Por ello, resulta estimulante ver cómo en estos días confusos, cientos de docentes han comprendido el mensaje y están buscando apoyo. Ojalá se sumen todos y se faciliten oportunidades de respaldo pertinentes y de calidad.