El 2018 ha sido un año sumamente complicado para los empresarios de nuestro país. Han tenido que hacer las de Sísifo, el célebre personaje de la mitología griega: invertir mucho tiempo y energía en empujar una pesada roca cuesta arriba; en este caso, no por un castigo de los dioses del Olimpo, sino debido –en buena parte– a la desaceleración de la economía local.
Por eso se imponía hacer una pausa en la recta final de estos 365 días, invitar a un selecto grupo de integrantes del sector privado a apartarse por unas horas de sus oficinas para participar en una ceremonia que reconoce, premia y celebra el esfuerzo, visión, sacrificio, innovación, valores éticos y otras características de un sector que contribuye con el desarrollo de Costa Rica.
Así ocurrió el pasado lunes 26 de noviembre en el hotel Intercontinental, ubicado en Guachipelín de Escazú, donde El Financiero dio a conocer los ganadores de El Empresario del Año 2018: un total de 12 mujeres y hombres que han cosechado logros importantes en tiempos de turbulencia financiera.
En ese acto se reveló también el nombre de la Figura Pública que, de acuerdo con los editores (Eugenia Soto Morales y Sergio Morales Chavarría) y el director de este periódico (José David Guevara Muñoz) ha realizado una tarea de vital importancia para la estabilidad económica y el desarrollo de la nación.
Los nombres y aportes concretos de cada una de esas 13 personas forman parte del paquete informativo que el equipo periodístico de EF preparó y que usted podrá leer en las siguiente nueve páginas con contenido editorial.
El Financiero, publicación que forma parte de Grupo Nación GN S. A. y que circuló por primera vez en la semana del 13-19 de marzo de 1995, otorga estos galardones desde 1996; sumamos, por lo tanto, 22 años consecutivos de destacar diversas facetas del quehacer empresarial; entre ellas, innovación, expansión, sostenibilidad, inversión, emprendimiento y trayectoria.
Los homenajeados de todos estos años “han pasado (al igual que sus colegas) por donde asustan”, como reza el decir popular, y los del 2018 han enfrentado un entorno que ha obligado a muchos empresarios a frenar inversiones, congelar proyectos, postergar programas de expansión, afilar el lápiz de las eficiencias, abstenerse de solicitar créditos e incluso recortar gastos y planillas.
Afortunadamente también hay motivos para celebrar. Por eso nos complace poner esta edición a su alcance, para que compruebe por usted mismo que muchas cosas buenas continúan sucediendo en Costa Rica.