La compañía estadounidense de semiconductores Micron anunció sus planes de invertir $40.000 millones en la producción doméstica de chips para finales de la década.
El anuncio se hace el mismo día en el que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una ley para impulsar el desarrollo y la producción de semiconductores en el país ante el temor de que China se convierta en la potencia dominante de este sector.
El mandatario demócrata aseguró que la inversión en estos componentes cruciales para la electrónica moderna ayudará a Estados Unidos a ganar “la competencia económica del siglo XXI”. El texto también prevé decenas de miles de millones de dólares para investigación y desarrollo.
Micron aprovechará las subvenciones y créditos que la nueva ley introduce.
El presidente y director ejecutivo de Micron, Sanjay Mehrotra, quien se reunirá con Biden en la Casa Blanca,, calificó la iniciativa como “un paso importante hacia la consolidación del liderazgo de semiconductores estadounidenses para las décadas venideras”.
La escasez de semiconductores en los meses recientes, causada por complicaciones de producción y transporte en medio de la pandemia de coronavirus, han sido un considerable lastre en la actividad económica. Esos componentes son esenciales para la producción y funcionamiento de teléfonos inteligentes, vehículos, redes 5G y hasta de sistemas de defensa.
"La ley además le asegurará a Estados Unidos mantener y avanzar en su faceta científica y tecnológica", destacó la Casa Blanca en un comunicado.
Esta nueva normativa provee decenas de miles de millones de dólares en fondos para investigación y desarrollo, asimismo en créditos fiscales para incentivar la inversión.
Micron calcula que la producción comenzará en la segunda mitad de la década y pronostica que la enorme inversión "garantizará la seguridad nacional de Estados Unidos y la recuperación de la cadena de suministros conforme crece la demanda por memorias".
La compañía sostuvo que espera crear más de 40.000 nuevos empleos estadounidenses y proyecta que la producción domestica de memorias pase de “menos del 2% a más del 10% en el mercado global para la próxima década”, según Mehrotra.