Nueva York. El banco estadounidense Wells Fargo deberá pagar $1.000 millones de multa -la más alta infringida a una empresa en la era Donald Trump- debido a prácticas comerciales ilícitas en materia de hipotecas y de créditos automotores, anunciaron el viernes reguladores del sector.
El grupo "se dedicó a prácticas imprudentes y arriesgadas mediante la celebración de pólizas de seguro colaterales de préstamos para automóviles y el cobro de tarifas que estaban asociadas", criticó en particular el regulador bancario OCC (Oficina del Contralor de la Moneda), en una declaración.
El ente descubrió que el banco, que opera 8.200 sucursales en Estados Unidos y emplea a unas 265.000 personas, cobró de más a algunos deudores inmobiliarios.
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El monto de la multa refleja "la gravedad de las infracciones y violaciones de la ley, el daño financiero causado a los consumidores y la incapacidad del banco para corregir sus deficiencias", justificó la OCC.
"Siempre hemos dicho que vamos a aplicar la ley y eso es lo que hicimos aquí", añadió por su parte Mick Mulvaney, jefe de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), una agencia creada después de la crisis del 2008.
Los dos entes reguladores ordenaron al banco de California devolver a los clientes afectados las sumas indebidamente adjudicadas y fortalecer su programa de gestión de riesgos.
Se trata de la mayor multa impuesta tras la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump en enero de 2017. Su gobierno ha relajado considerablemente las regulaciones financieras impuestas por la ley Dodd-Frank para evitar una nueva crisis como la que estalló en 2008.
"Hemos progresado en el fortalecimiento de nuestros procedimientos operativos y controles internos", dijo Tim Sloane, director ejecutivo de Wells Fargo. Pero “todavía tenemos mucho por hacer”, reconoció.
En el futuro inmediato, esta multa no tendrá un gran impacto financiero para el banco más allá de reducir su ganancia neta en $800 millones en el primer trimestre, para un total de $4.700 millones. La institución sigue siendo una de las compañías estadounidenses más rentables.
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No obstante, se trata de un golpe duro para la reputación de Wells Fargo, considerado todavía como el mayor banco de Estados Unidos, no sólo porque la mayor parte de sus operaciones cubre la financiación de la economía real, a través de los préstamos a hogares y a las PYME, sino también debido a la baja exposición en los mercados financieros.
Desde 2016, la institución está sumida en una serie de escándalos, el más resonante de ellos la apertura de 3,5 millones de cuentas falsas en nombre de clientes sin su conocimiento.
Como resultado de esos actos, unos 5.300 empleados fueron despedidos y Wells Fargo ya recibió una multa de $185 millones. John Stumpf, el director ejecutivo en ese momento, tuvo que renunciar.
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El banco también fue sancionado por la Reserva Federal estadounidense (Fed), que bloqueó su expansión hasta que tomara medidas para corregir sus errores, una decisión sin precedentes en Estados Unidos para una institución de este tamaño.
La multa contra Wells Fargo podría neutralizar temporalmente las críticas de los demócratas, que acusan a la administración Trump de hacerle el juego a los bancos al flexibilizar la regulación.