Los eurodiputados dieron luz verde el martes 17 de setiembre a la designación de Christine Lagarde como presidenta del Banco Central Europeo (BCE), cuyas recientes decisiones para relanzar la economía en la eurozona han dividido a la institución.
Con 394 votos a favor, 206 en contra y 49 abstenciones, el Parlamento Europeo, reunido en sesión plenaria en Estrasburgo, ha validado la propuesta del Consejo Europeo que Lagarde asuma la sucesión del italiano Mario Draghi el 1 de noviembre.
La votación secreta del Parlamento Europeo es sólo una recomendación y la decisión final corresponde al Consejo Europeo en su cumbre de mediados de octubre.
En un debate de casi dos horas en el hemiciclo previo a la votación, varios eurodiputados criticaron la ausencia en Estrasburgo de la directora saliente del Fondo Monetario Internacional (FMI), y algunos incluso pidieron un aplazamiento de la votación.
Entrevistada durante varias horas el 4 de septiembre por la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, a la que el presidente del BCE debe rendir cuentas varias veces al año, Christine Lagarde explicó que quería aclarar su política y hacerla más accesible a los ciudadanos europeos.
"Christine Lagarde tiene todas las calificaciones necesarias para este puesto. Además, su nombramiento es una clara señal de igualdad de género en el BCE", declaró ante el Parlamento Europeo Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea.
El cambio a la cabeza de la institución monetaria de Fráncfort se producirá en plena crisis en el seno del BCE después de que Mario Draghi relanzara el pasado jueves un vasto y muy cuestionado programa de compra de deuda, especialmente por Alemania.
El eurodiputado alemán Markus Ferber, del partido democristiano bávaro CSU, afirmó que "el BCE debería abandonar el camino que ha emprendido, el del dinero barato". "Para nosotros, lo esencial es que el BCE siga mejor su mandato" añadió, con una retórica clásica entre los conservadores alemanes, que considera que el BCE va más allá de su limitado mandato de política monetaria y se lanza a política económica.
"Es cierto que el BCE hace mucho, el problema es que los Estados miembros no hacen su parte", consideró Luis Garicano del grupo Renew (Liberal).
El diputado español consideró “cualificada” a Christine Lagarde, quien, en sus primeras intervenciones desde su designación, dio la impresión de que se inscribía más bien en la línea de la política aplicada por Mario Draghi.
El Parlamento Europeo también recomendó el martes el nombramiento del luxemburgués Yves Mersch, actual miembro del Comité Ejecutivo del BCE, como vicepresidente del Consejo de Supervisión de la institución monetaria.
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