La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha anticipado que a partir de julio habrá un ajuste del mensaje de la institución sobre las futuras directrices de su política monetaria, vinculado a la reciente revisión de su objetivo de inflación.
En el marco de su nueva estrategia, el BCE anunció el jueves pasado un nuevo objetivo de inflación a mediano plazo del 2%, sustituyendo al 'mantra' anterior, "cercano, pero inferior al 2%" que prevalece desde hace ya 18 años.
Esto implicará “cambios interesantes” en la manera cómo el BCE planea lograr el nivel de inflación deseado, declaró Lagarde en una entrevista con Bloomberg TV transmitida en la madrugada de este lunes.
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Estos cambios serán comunicados tras la próxima reunión de política monetaria prevista para el 22 de julio y ya calificada como “importante” por la responsable francesa, quien se expresaba en Venecia (Italia) luego de un encuentro de ministros de Finanzas y directores de bancos centrales del G20.
Desde 2013, el BCE se ha manifestado al finalizar cada reunión de política monetaria respecto a la trayectoria futura de sus tipos clave de interés y otras medidas excepcionales de apoyo monetario, práctica denominada "forward guidance".
Los mercados se aferran a esta pieza central de la comunicación del BCE que tiene incidencia al fijar las perspectivas de inflación a mediano plazo.
Además, al haber pactado el BCE la "constitución", o sea, su nuevo marco estratégico, ahora quiere "estipular la ley", es decir, la comunicación sobre sus futuras acciones, y esto es "en respuesta a las circunstancias" del momento, explicó Lagarde.
La conclusión antes de lo que se esperaba de la revisión estratégica del BCE alimenta las especulaciones respecto al futuro de su política monetaria, apoyada en bajas tasas de interés y la fuerte liquidez brindada a los mercados.
Los ministros del G20 alertaron en este fin de semana sobre los riesgos de una desaceleración en la reactivación económica, a causa de la propagación de la variante delta de la pandemia de coronavirus y la baja tasa de vacunación registrada en muchos países.
Lagarde incluso sugirió que el plan de emergencia, que consiste en comprar bonos de deuda por un monto de 1,85 billones de euros (casi $2,2 billones) debería ser utilizado “al menos” hasta marzo de 2022.
Después podría evolucionar “a un nuevo formato”, añadió sin brindar más detalles.