Managua. La Iglesia católica de Nicaragua decidió este martes continuar de mediadora en el diálogo entre el gobierno de Daniel Ortega y la oposición, pese a la agresión que sufrieron el lunes tras la violenta irrupción de grupos progubernamentales en templos católicos.
“Hemos decidido hoy (martes) seguir prestando el servicio que el gobierno nos pidió como mediadores y testigos del Diálogo Nacional. Con el mismo entusiasmo y la misma entrega. Próximamente llamaremos a las sesiones plenarias”, anunció el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) se reunió este martes tras anunciar el pasado domingo que valoraría “seriamente” si continuar su papel en el diálogo, debido al recrudecimiento de la violencia, que deja más de 250 muertos tras casi tres meses de protestas contra Ortega.
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El lunes, un grupo de obispos, entre ellos Báez, fueron agredidos por seguidores del gobierno y paramilitares cuando llegaron a una iglesia de Diriamba (suroeste), un día después de la incursión de la policía y de grupos armados ilegales a esa ciudad, que dejó unos 14 muertos según grupos de derechos humanos.
En esa comitiva participó el cardenal Leopoldo Brenes y el nuncio apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag, quienes también fueron insultados y agredidos por los fuerzas progubernamentales.
El diálogo “va a continuar” porque “sabemos que es uno de los medios que podría detener la situación de violencia”, afirmó a periodistas el obispo Carlos Herrera, miembro del CEN.
El prelado rechazó además las acusaciones del gobierno que tilda a los manifestantes de “terroristas”.
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“No es hasta ahora que se reclama que haya libertad y democracia”, aclaró el obispo en relación a las reformas políticas que hacen desde hace tiempo diversos sectores del país.
A fin de encontrar una salida a la crisis, la Iglesia propuso adelantar los comicios de 2021 a 2019 en la mesa de negociación entre el gobierno y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia -grupos de la sociedad civil-.
El sábado, el mandatario de 72 años con 11 años seguidos en el poder, descartó en un acto público la posibilidad de anticipar los comicios.
Las protestas estallaron el pasado 18 de abril, pero tras la represión del gobierno, se extendieron para exigir la salida del poder de Ortega, a quien acusan de establecer una dictadura en Nicaragua.