Madrid.- Después del arma judicial ha entrado en liza el arma económica en la crisis de Cataluña, donde grandes bancos y otras empresas están cumpliendo sus amenazas de marcharse de la región, bajo la mirada benevolente del gobierno central de Madrid.
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Este viernes, los directivos de CaixaBank, el tercer mayor banco de España, con sede en Barcelona, se reunían para estudiar la opción de sacar su sede social de Cataluña, ante una posible declaración unilateral de independencia en los próximos días.
La reunión fue fijada para la tarde de este viernes, lo que permite a los directivos acogerse a un decreto adoptado por la mañana por el gobierno español, indicó una fuente allegada a la entidad.
El decreto simplifica el traslado de sede social, al colocar esta decisión en manos del consejo de administración, y no de la junta general de accionistas, más numerosa y difícil de reunir.
"Las políticas irresponsables" del ejecutivo independentista catalán son algo que "genera alarma, genera incertidumbre, y eso es lo peor que puede haber en el mundo empresarial", comentó ante la prensa el titular de Economía, Luis de Guindos, tras concluir el consejo semanal de ministros.
"La alta finanza catalana, en coordinación con el Gobierno central, empezó a ejecutar ayer su mudanza simbólica desde Cataluña hacia el resto del Estado. Un tsunami que se abalanza sobre la anunciada declaración unilateral de independencia", resumía Manel Pérez en el diario barcelonés La Vanguardia.
El jueves, el Banco de Sabadell, el segundo de la región, anunció el traslado de su sede a Alicante (sureste de España), precisando que no prevé movimientos de personal.
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El objetivo prioritario de los bancos es mantenerse en la zona euro en caso de declaración unilateral de independencia por parte de las autoridades catalanas, y de esta forma garantizar su acceso a la financiación del Banco Central Europeo (BCE).
En caso de secesión, la mudanza les permite también seguir pagando sus impuestos al Estado español, y no a la embrionaria Hacienda catalana, creada por los separatistas y sin funcionamiento efectivo de momento.
"Se trata de un cambio de sede más cosmético que real", matizaba en el diario El Economista Juan Fernando Robles, profesor de la escuela de comercio CEF. "Se trata de un movimiento para calmar la incertidumbre del mercado financiero y de los clientes y evitar especulaciones", añadió.
Los bancos catalanes, que desde el lunes copan portadas por las pérdidas sufridas hasta el miércoles, temen una fuga de depósitos.
El director de una sucursal de CaixaBank confirmó bajo anonimato a la AFP que algunos clientes particulares han retirado su dinero por miedo a perderlo, o por enfado con las autoridades separatistas.
"Hace dos semanas empecé a preocuparme y pensé en retirar mi dinero del Sabadell, pero ahora que se han ido a Alicante me siento más segura", comentó a la AFP Tamara Díez Otero, agente inmobiliario de 36 años.
Robert Tornabell, especialista en bancos en la escuela de comercio catalana Esade, confirma que en efecto hubo retiradas, sin tratarse de "grandes sumas". "No hay pánico" por el momento, asegura.
Los últimos datos disponibles del Banco de España sobre movimientos de depósitos bancarios sólo recogen el primer trimestre.
No obstante, ante las preocupaciones crecientes, los bancos "no tienen otra salida" más que cambiar de sede social.
"Lo que ocurre es que al hacerlo, presionan muy fuerte, porque los independentistas habían prometido que ninguna empresa se marcharía", explica Tornabell.
El impacto de estas "mudanzas" es fuerte, máxime cuando la partida de bancos puede arrastrar a sus filiales, así como a aseguradoras y empresas inmobiliarias.
Fuera del sector bancario también reina la febrilidad. Este viernes, el grupo energético Gas Natural anunció su traslado de Barcelona a Madrid, "en tanto se mantenga esta situación" de incertidumbre.
El director de Freixenet, líder mundial del cava, anunció por su lado que se plantea la misma opción.
Otras empresas más pequeñas han dado también el paso, como Oryzon (biotecnología) o Dogi (textil).
"Las grandes fortunas llevan ya meses sacando dinero a Madrid y a Valencia", por temor a esa posible declaración de independencia, afirma además Tornabell.
A nivel general, el Fondo Monetario Internacional (FMI) avisó este viernes de que "las tensiones y la incertidumbre relacionadas con Cataluña podrían pesar en la confianza y las inversiones" en España, cuarta economía de la Eurozona.