Caracas. Los venezolanos quedaron sumidos en la incertidumbre tras las confusas reformas económicas anunciadas por el presidente Nicolás Maduro, que según expertos implican una megadevaluación y no detendrán la devastadora espiral hiperinflacionaria.
Previo a la salida de nuevos billetes con cinco ceros menos, prevista para el lunes, Maduro formalizó otras medidas con las que aspira a sacar la economía de cuatro años de recesión y frenar una inflación que el FMI proyecta en un millón por ciento para 2018.
“Los próximos días serán de mucha confusión tanto para los consumidores como para el sector privado, especialmente el comercial. Es un escenario caótico”, previó el director de la consultora Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros.
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Maduro anunció la noche del viernes que multiplicará por 34 el salario mínimo, anclándolo al petro, criptomoneda creada por el gobierno socialista para tratar de obtener liquidez.
Cada petro equivaldrá a unos $60, basado en el precio del barril de petróleo venezolano. El sueldo básico será de medio petro, lo que se traduce en 1.800 bolívares del nuevo cono monetario.
En los bolívares de hoy, el ingreso mínimo pasaría de 5,2 millones (menos de un dólar a la tasa del mercado negro, que domina la economía) a 180 millones (unos $28).
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Este ajuste, de 3.464%, es el quinto del año y según la Presidencia regirá desde el lunes.
En Venezuela el ingreso mínimo, que no alcanza ni para comprar un kilo de carne, se ha diluido por la acelerada devaluación del bolívar y la inflación.
Hay desconfianza en la calle. “Todo va a seguir igualito. Los precios van a seguir subiendo”, comentó a la AFP Bruno Choy, de 39 años, encargado de un puesto de comida callejera.
“Bolívar soberano, petro. ¡Pura paja (mentira)!”, protestó Ángel Arias, jubilado de 67 años.
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Aunque prometió un estricto programa de “disciplina fiscal”, Maduro dijo que el Estado asumirá por 90 días el “diferencial” del aumento salarial para todas las “pequeñas y medianas industrias del país”, sin detallar cómo.
“Tenemos que (...) eliminar definitivamente la emisión de dinero no orgánico y sustentar la emisión de dinero en la producción de riqueza”, aseveró, al reconocer por primera vez el financiamiento monetario, al que analistas atribuyen la inflación.
El director de la firma Econométrica, Henkel García, se preguntó de dónde sacará Maduro esos recursos, con un déficit cercano al 20% del PIB y sin acceso a financiamiento internacional.
Los precios y la base monetaria tendrán un “aumento descomunal” la próxima semana, pronosticó García.
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Las emisiones de dinero sin respaldo se dispararon con el derrumbe de la renta petrolera, que aporta 96% de los ingresos, con una producción que cayó más de 50% en una década según la OPEP.
En el poder desde 2013 y enfrentado a gran rechazo popular, Maduro también anunció que aumentará el IVA para los bienes suntuarios de 12% a 16%, así como otros impuestos.
Además, el mandatario adelantó que habrá una única tasa oficial fluctuante dentro del férreo control cambiario con el que el gobierno monopoliza las divisas desde 2003.
Maduro dijo que también estará anclada al petro, pero no precisó en cuánto arrancará.
Sin embargo, al fijar cada petro en 3.600 bolívares soberanos, que entrarán en vigencia el lunes, y tasarlo a la vez en 60 dólares, el cambio resultante sería de 6 millones de bolívares actuales por dólar.
Para Oliveros, es un “reconocimiento del mercado negro”, que Maduro califica de “criminal” y en el que las cotizaciones multiplican hasta por 30 las oficiales. A juicio del especialista, representa una “macrodevaluación”.
Maduro prometió en principio tres subastas de divisas semanales que pretende aumentar a cinco.
Sin embargo, “para una sola tasa de cambio se requieren divisas y no las hay”, comentó el economista Orlando Ochoa.
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Tras ser derogada una ley que penalizaba esas operaciones, los venezolanos podrán transar divisas en casas de cambio autorizadas, asegura el gobierno.
Como parte de su programa económico, Maduro extendió hasta el 30 de agosto un censo vehicular para que las personas reciban directamente un subsidio a la gasolina a través del “carnet de la patria”, tarjeta electrónica para acceder a programas sociales.
La oposición tilda ese documento como un “mecanismo de chantaje y control social”.
Maduro ratificó que quien no acuda al censo pagará la gasolina a “precios internacionales”. Hasta ahora, según el mandatario, se registraron 1.863.750 personas y 2.424.286 vehículos sobre un parque automotor de 4,5 millones de unidades.
El gobernante sigue sin precisar las nuevas tarifas del combustible ni cuándo empezarán a cobrarse, aunque indicó que será un proceso gradual.
Venezuela tiene la gasolina más barata del mundo: con un dólar a la tasa del mercado negro se compran más de seis millones de litros.