“Ando con una alergia...”, le comenté, mientras alistaba mi rodilla para recibir acupuntura. “¿Hay alguna aguja que me podás poner para eso? Ya que estoy aquí, aprovechemos la visita”.
“Bueno, en la medicina china”, me explicó el doctor Eugenio Farías, con la paciencia y deleite de siempre, “los ojos son el brote de hígado. Por eso, cuando tratamos urticaria y ojos secos, nos vamos al punto distal del meridiano de estómago, el cual termina en el pie”.
“Es decir que”, añadió el acupunturista, “para la picazón de ojos que tenés, te voy a poner una aguja en la punta del segundo dedo del pie”, terminó de decir mientras pinchaba mi dedo.
Mi cerebro oyó: lo de tus ojos tiene la causa en el estómago, que se trata desde el pie. Casi parece chiste, pero no lo es.
Farías es fisioterapeuta, con maestría en acupuntura y doctorado en medicina china; es decir, es un conocedor de ambos mundos: tratamientos de oriente y de occidente.
Cuando ningún otro da con lo que tengo, me voy a mi “tortura china”, como jocosamente le llamamos, y sé que voy a salir aliviada.
(A modo de disclaimer: si no voy antes, no es porque no vea los méritos de la medicina china, sino porque es el doctor que me queda más largo y porque su agenda pasa muy llena).
Lo cierto es que no solo en acupuntura se usa tratar una parte del cuerpo para aliviar una dolencia en otra.
En el ser humano, todo está conectado. No hablo filosóficamente, sino, físicamente: hay un único sistema nervioso, que recorre todo el organismo; una sola piel, que lo cubre todo, y un tejido conetivo, llamado fascia, que recubre todos los músculos y víceras.
Por ejemplo, en la pierna hay un grupo muscular superior frontal (cuádriceps), uno trasero (isquiotibiales), sus contrapartes inferiores (tibiales y gastronemios), músuclos plantares, etc.
Sin embargo, un ultrasonido del científico deportivo Jan Wilke, en un documental de DW, mostró cómo al mover el grupo muscular del pie, se deslizaba simultáneamente la fascia del muslo.
Sorprendentemente, el asunto no terminaba ahí: incluso, realizar movimientos de cuello repercutieron en una mayor flexibilidad en la pierna. ¿Cómo es posible? Porque ocurre una transmisión mecánica, vertical y horizontal, por medio del fascia, explicó Wilke.
Coincide Juan Ramón Heredia Elvar, profesor del Instituto Internacional de Ciencias del Ejercicio Físico y Salud: la fascia es el empaque que envuelve todas las estructuras de nuestro cuerpo para darles protección, soporte y forma. Además, las agrupa en unidades funcionales, las conecta y comunica entre sí.
Tal vez por eso, cuando nos golpeamos el meñique del pie contra la pata de la cama, no nos duele solo el dedo, sino, todo, hasta las cejas.
“La fascia saludable es suave, resbaladiza y flexible. Está diseñada para estirarse a medida que nos movemos”, explican los médicos del Johns Hopkins.
Y así como el estiramiento, el movimiento o el tratamiento de una parte del cuerpo puede tener efectos en una zona alejada de esta, también puede ocurrir lo mismo con la tensión.
“Hay ciertas cosas que hacen que la fascia se engruese y se vuelva pegajosa. Cuando se seca y se tensa alrededor de los músculos, puede limitar la movilidad y provocar el desarrollo de nudos dolorosos”, añaden.
Por eso, una mala postura puede ocasionar tanto dolor en los hombros, como en la zona lumbar, de la misma forma que una contractura en el cuello puede limitar la movilidad de todo el torso.
Luego, pueden ocurrir patrones compensatorios de movimiento que resulten en más tensión y disfunción fascial, explican los especilistas de Physiopedia.
¿Qué hacer?
La “tortura china” es una respuesta. La inserción de agujas de acupuntura en los puntos gatillo puede hacer que las fibras del tejido tenso se relajen.
Esta se puede combinar con electro acupuntura, técnica terapéutica medicina tradicional china especial en lesiones tendinomusculosas, moxibustion para tratar dolor crónico, ventosas que favorecen la circulación (y, con ello la llegada de oxígeno y nutrientes y la eliminación de sustancias de desecho), y otros tratamientos de los que he sido víctima... eh digo, paciente :)... con el doctor Farías.
Otra solución no convencional que ha logrado aliviarme el dolor de espalda son las inversiones de AntiGravity, donde el peso de la cabeza logra descompresionar las cervicales y vértebras.
Toda la fascia de la espalda se alarga y se logra liberar la tensión acumulada en la zona lumbar.
Si usted es de corte má tradicional, los especialistas recomiendan otras soluciones más comunes, como practicar yoga, hacer ejercicios con foam rollers, recibir masajes y hacer actividad física diariamente.