San Francisco - Las startups y las multinacionales tratarán de impresionar con productos “inteligentes” al público del salón CES de Las Vegas, que tendrá como platos fuertes los asistentes de voz, los coches autónomos y la inteligencia artificial.
Robots, refrigeradores, realidad virtual y aumentada, altavoces conectados... “Este va a ser el año de la inteligencia”, dijo Jack Gold, analista especializado de J. Gold Associates.
El Consumer Electronic Show (CES) es el salón más grande de su género: los organizadores esperan 170.000 visitantes, mientras casi 4.000 expositores de 150 países presentarán drones, vehículos, televisores, teléfonos inteligentes y una gran variedad de dispositivos electrónicos.
Los analistas no esperan grandes revoluciones sino más bien “mejoras” de lo que ya existe, en particular de una serie de dispositivos conectados para el hogar, comenzando por los comandos de voz inteligentes, como el Echo de Amazon y el Home de Google, destinados a convertirse en una suerte de torre de control de la casa.
Es probable que en los pasillos del CES se confirme el éxito de la asistente virtual de Amazon, Alexa, y también debería verse un gran avance de su rival, el Google Assistant.
Con capacidad para reproducir música, llamar a amigos o encargar pizza, estos dispositivos también pueden responder a todo tipo de solicitudes, cada vez más complejas y mejor adaptadas a su interlocutor, gracias a la inteligencia artificial (IA).
La IA supone que los programas informáticos pueden “aprender” por sí mismos ciertas tareas por experiencia sin haber sido específicamente programados para realizarlas.
“Creo que vamos a vernos desbordados por la domótica y el comando de voz, con altavoces conectados hablándole a todo el mundo en los pasillos del salón”, estima Stephen Baker, analista de la firma NDP.
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La guerra de los altavoces conectados, en la que Apple y Samsung están a punto de entrar con sus modelos y LG presentará el suyo en el CES, se manifestará en todo su apogeo, desde la versión más básica hasta la ultra alta gama, que se concentra en la calidad del sonido para los amantes de la música.
Simbolizado por estos dispositivos, que se han puesto muy de moda en Estados Unidos, el desafío es enorme para las empresas tecnológicas: conseguir un sitio especial en los hogares de los consumidores y tratar de imponer su plataforma de inteligencia artificial activada por voz en la mayoría de los dispositivos posibles.
El coche autónomo, que también muestra avances en materia de inteligencia artificial, tendrá igualmente un lugar destacado. Considerado como el futuro del automóvil, se ha convertido en un verdadero Grial en el que trabajan la mayoría de los fabricantes de automóviles, pero también muchas compañías tecnológicas, grandes o pequeñas, desde Google hasta Apple pasando por los fabricantes de microprocesadores (Intel, Nvidia).
Desde hace ya varios años, el CES despliega ciertos aires de salón del automóvil, con la presencia de numerosos fabricantes (Renault-Nissan, Toyota, Hyundai, Ford) y proveedores de equipamientos (Valeo, Faurecia, Delphi) presentes en Las Vegas, que mostrarán sus últimos avances en conducción autónoma.
La presentación del Fisker Emotion, un sedán eléctrico de lujo, con un precio de entrada de 130.000 dólares y equipado para la conducción autónoma, también acaparará con seguridad las miradas en el CES.
Además de los vehículos personales, también habrá que prestar atención al transporte público sin conductor, sector en el que el fabricante francés Transdev presentará un modelo de minibús autónomo.
En general, los asistentes de voz deben comenzar a verse ya en los vehículos para convertirlos en smartcars, capaces de reconocer y adaptarse a sus pasajeros para entretenerlos o hacer más productivo el tiempo de traslado, tal como ocurrió con los teléfonos celulares, que acabaron convirtiéndose en smartphones.
Esto quiere decir que habrá que buscar los avances en las entrañas tecnológicas de los aparatos más que en su aspecto externo. “Un teléfono inteligente siempre se ve como un rectángulo”, dice Carolina Milanesi, de Creative Strategies, pero en su interior los avances tecnológicos son importantes.
“Es como un pato que nada: no vemos sus patas agitarse frenéticamente bajo la superficie para hacerlo avanzar, no vemos más que el pato, siempre el mismo”, resume.