La Secretaría Técnica de Gobierno Digital (STGD) se diluye en Radiográfica Costarricense (Racsa) mientras varios de sus proyectos sucumben en un mar de indecisiones y cambios políticos.
Lo que se creó bajo la figura de una secretaría en el 2006 ahora se disuelve entre los nuevos negocios de Racsa, subsidiaria del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), que asumirá la responsabilidad de ejecutar los proyectos electrónicos del Estado.
La nueva Dirección de negocios y gobierno digital de la empresa reunirá siete de los servicios que antes brindaba la Secretaría y mantendrá el desarrollo de otros siete proyectos.
El gerente general de Racsa, Francisco Calvo, lo confirmó así mediante un correo electrónico.
Agregó que Racsa asume la coordinación de los servicios de gobierno digital, pero carece de los recursos para albergarlos. Todos seguirán operando desde el centro de datos del Instituto.
“Los funcionarios quedarán funcionando en el edificio del ICE hasta tanto no se cuente con la infraestructura requerida en Racsa”, dijo Calvo.
La secretaria actual de Gobierno Digital, Alicia Avendaño, conservará su cargo así como el resto de los 40 empleados del proyecto.
Sin embargo, la nueva dirección creada no solo tendrá a cargo proyectos de gobierno digital sino todas las iniciativas que se integren al portafolio de la estatal.
El olvido
Las grandes promesas de reducción de trámites y transparencia gubernamental, mientras tanto, sucumben ante los constantes vaivenes de la política.
El ejemplo más extremo es el fallido plan para unificar las compras públicas, que este año concluyó no con la unificación de los sistemas sino con la creación de una tercera plataforma, el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop).
Otros proyectos, como el que pretendía mejorar la seguridad ciudadana por medio de la instalación de cámaras, el portal de datos abiertos para la transparencia del Gobierno y Tributación Digital, cayeron en la espiral del olvido o comienzan a hacerlo.
Entre los nuevos planes de Racsa no figura ninguno de estos proyectos, otrora anunciados como grandes pasos para la digitalización del Estado.
Sobreviven otras iniciativas consolidadas como la plataforma Mer-link, que seguirá operando a pesar del nuevo desarrollo de compras públicas; CrearEmpresa, el cual da facilidades para registrar nuevos emprendimientos y Regístrelo, que permite una inscripción más sencilla para los medicamentos y otros productos.
La lista la completan las Ventanillas Electrónicas de Servicios (VES) de la Dirección General de Migración y Extranjería, el DNP para el pago de pensiones, ControlPas, que permite inscribir la venta de armas en el país y siete planes más en desarrollo.
El vaivén
La inestabilidad de la Secretaría se remonta a sus orígenes, cuando la administración de Óscar Arias creó la figura por decreto.
La idea original, cuenta el exvicepresidente Kevin Casas, era fortalecerla con sus primeros proyectos (compras públicas era uno de ellos), instalarla dentro de Presidencia y luego darle forma con una ley.
“La forma viable que se encontró de promover el gobierno digital fue crear una secretaría técnica por decreto pero se entendía que era provisional”, explicó.
Ante la renuncia de Casas en el 2007, a la vicepresidencia a cargo de Laura Chinchilla se le encomendó el proyecto.
Fue entonces cuando la STGD encontró asilo en el ICE: pasó allí como una división con recursos del Instituto, mediante un decreto, y se encarnó de esa plataforma durante los últimos siete años.
“El desarrollo de los proyectos en el ICE se realizó buscando la autosostenibilidad a efecto de no ser una carga financiera”, comentó Francisco Calvo.
El problema fue precisamente ese durante todos estos años: ver a Gobierno Digital como una carga, dijo Casas, y no como un proyecto transversal del Gobierno.
“El único lugar donde tiene sentido que esté la Secretaría Técnica de Gobierno Digital es la Presidencia de la República. Cualquier otra localización la condena al fracaso”, dijo.
Durante los años siguientes se gestaron conflictos entre los mandos medios del Ministerio de Hacienda contra el proyecto estrella de la STGD, Mer-link, a cuenta de sostener el sistema de compras públicas CompraRed para el uso del Gobierno Central.
“A ningún ministerio le gusta perder poder,” resumió Casas.
Las opiniones
René-Pierre Bondu es el gerente general de Cenfotec e investigador de uno de los primeros estudios que realizó la Universidad de Costa Rica con respecto a las necesidades electrónicas del Estado. Y coincide con Casas en que el Gobierno no empoderó lo suficiente a la Secretaría como para encarar grandes proyectos.
“Si no tenemos una política de modernización del sector público, Gobierno Digital no va a contar con la innovación necesaria. Hay que empoderarla”, comentó.
Roberto Sasso, presidente del Club de Investigación y estudioso del tema de gobierno digital, destaca un aspecto positivo de la nueva fusión del proyecto.
“La Secretaría había andado por Casa Presidencial dando vueltas, el BCR y luego el ICE, donde estaba hecha a un lado. Es buena noticia que vaya a Racsa. Ahí tendrá más aporte”, apuntó.
Lo que los empresarios critican como un doble papel de Racsa en cuanto a la venta de servicios al Estado y la administración del sistema de compras, Sasso lo augura como un punto a favor.
“Me parece a mí que Racsa será una agencia del Gobierno Digital”, dijo el especialista.
En desarrollo
Siete proyectos de la Secretaría Técnica de Gobierno Digital seguirán desarrollándose dentro de Racsa.
Receta médica electrónica que se ejecuta en conjunto con el Ministerio de Salud.
Pago electrónico de transporte, para el Viceministerio de Transportes.
Factoreo (descuento en facturas) con la Cámara de Factoreo y el ICE.
Sistema de información empresarial, con el Ministerio de Economía, Industria y Comercio.
Permisos Setena que trabaja en conjunto con el Ministerio de Ambiente y Energía.
RNP Fácil, con el Registro Nacional.
Fuente Racsa.