El Ministerio de Hacienda descartó que el Banco Central de Costa Rica (BCCR) fuera el certificador para la factura electrónica, un día después de que la junta directiva del ente emisor aprobara el proyecto en setiembre.
El certificador tiene el rol de comprobar y sellar digitalmente, ante la autoridad tributaria, las facturas electrónicas emitidas en las actividades comerciales.
Al descartar al BCCR, la iniciativa de factura electrónica sufre un nuevo traspié, en especial por la experiencia de esta entidad con el desarrollo del Sistema de Pagos Electrónicos (Sinpe) y en la firma digital.
“Hay mucha indecisión del Gobierno sobre este tema”, dijo Alejandro Montalvo, directivo de GS-Uno (asociación que impulsa el comercio electrónico a nivel detallista) y propietario de la firma GTI, que brinda servicios de factura electrónica. En el país hay unas 20 compañías similares.
Hace un año, la Dirección de Tributación Directa había anunciado que estudiaba qué se requería para hacer obligatoria la factura electrónica y recibir, registrar, almacenar y procesar este tipo de comprobantes digitales.
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La idea de usar la factura electrónica lleva en el tintero más de una década sin concretarse, pese a que las autoridades reconocen que con este instrumento se aumenta la recaudación cerca de un 10%.
“Mejor opción”
Las razones por las que se descartó al BCCR no están claras.
La administración del Banco Central indicó que el tema en consulta es resorte del Ministerio de Hacienda y que debe ser esa cartera la que debe responder.
Ni el Ministerio de Hacienda ni Tributación Directa explicaron el motivo de la decisión, pues según la oficina de prensa “esta semana sería muy difícil atender las consultas”.
En agosto pasado, al menos en el caso de la EPSH, la Contraloría General de la República advirtió al ministro de Hacienda, Helio Fallas, que los servicios solicitados para “el desarrollo e implementación de la factura electrónica” podrían ser brindados si formaban parte de las competencias del ente contratado.
El viceministro de Hacienda, Fernando Rodríguez, explicó en julio pasado que el BCCR era la mejor alternativa porque significaba una inversión menor, pues con Sinpe había un costo hundido y se le daría un mayor uso a la plataforma.
La selección del Central también permitía otras ventajas.
Las empresas tendrían como incentivo utilizar la plataforma del BCCR (más allá de que deban hacerlo por el pago de impuestos) para impulsar el comercio electrónico.
También se podría aprovechar la información de primera mano y de alta calidad para alimentar los indicadores de actividad económica que elabora el mismo BCCR, y ya no basarse en encuestas y datos que brindan voluntariamente los sectores.
Asimismo, se podría utilizar para que los bancos desarrollen servicios de descuento de facturas, favoreciendo especialmente a las pequeñas y medianas empresas. Y el costo para los usuarios sería menor, dado que solo se cobraría el gasto operativo del sistema y no había lucro.
Según Montalvo, el costo de la certificación era de pocos céntimos. Aparte de eso, para los contribuyentes, el costo de usar la factura electrónica es 28 veces menor que una factura impresa convencional (sin tomar en cuenta los gastos por problemas generados en errores de elaboración, pérdida o almacenamiento).
Además, los servicios de facturación están asociados a sistemas de gestión e inteligencia de negocios para que las empresas y los profesionales independientes puedan visualizar la información, actualizar sus resultados de ventas y tomar decisiones.
Incluso un contribuyente puede solicitar que la copia de la factura sea enviada por correo a su contador para los efectos correspondientes. Todas ventajas que quedan a la espera, de nuevo.
Actores digitales
En el uso de la factura electrónica intervienen varios actores:
Tributación Directa: Como entidad recaudadora puede llevar un mejor control de contribuyentes y de lo que deben pagar al fisco.
Certificador: Se encarga de validar ante Tributación, con un sello digital, la transacción y el documento digital generado. El proceso es automático y transparente. Además, puede almacenar los datos.
Empresa de facturas electrónicas: Brinda el sistema para generar la factura electrónica y otros servicios asociados (como gestión e inteligencia de negocios).
Contribuyente: Utiliza la factura en sus transacciones comerciales con sus clientes.
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