En seis semanas las empresas y emprendimientos de biotecnología de Costa Rica podrán reunirse para empezar a decidir la mejor forma de organizarse, la hoja de ruta y el plan estratégico de un nuevo cluster o consorcio que se impulsa en este campo y que elevaría la madurez de esta industria local.
Con el consorcio las empresas –de startups a firmas consolidadadas y multinacionales– podrían identificar los estándares que deben cumplir, obtener financiamiento para certificarse y elevar su nivel para competir y tener presencia en el mercado global, en especial en Estados Unidos, Europa y Sudamérica.
"El propósito del cluster es apoyar el desarrollo de los distintos sectores de biotecnología con intereses en común", aseguró Gabriela Couto, representante para Costa Rica del proyecto ELANbiz, que promueve negocios entre Europa y América Latina.
El cluster apoya a las empresas –en especial las incipientes– para que se enfoquen en crear valor a través del cumplimiento de regulaciones muy exigentes, con el fin de que en un futuro tengan la oportunidad de participar en negociaciones a nivel internacional.
Asimismo se abrirían oportunidades para tener acceso a inversiones y de alianzas internacionales.
"El cluster proporcionaría las condiciones específicas para que las empresas actuales y nuevas puedan crecer y mantener", resaltó Miguel Rojas, coordinador del Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR). "Esto es, al tener necesidades comunes pueden lograr mejorar las condiciones de importación de insumos, de especialización de recursos humanos y, desde luego, la posibilidad de obtención de financiamiento".
De acuerdo con Rojas el sector de biotecnología genera $400.000 millones anuales a nivel global.
Arranque del proceso
El proceso se inició este mismo martes 8 de marzo con la visita del especialista español Juan Carlos del Castillo Tamayo, quien empezará a realizar un estudio sobre la industria local y el potencial de mercado existente, y gracias al apoyo de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
El propósito de la primera etapa es descubrir más iniciativas locales. Actualmente hay siete "actores" identificados, que incluyen al ITCR, el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio), el Instituto Clodomiro Picado y cuatro empresas más.
Asimismo se analizarán las oportunidades, fortalezas y debilidades y se incluirán recomendaciones para que las decisiones del consorcio se fundamenten en información precisa.
En mes y medio se presentarían los resultados de la investigación y las empresas, emprendimientos y entidades pasarán a decidir la hoja de ruta, qué conformación jurídica le darán al consorcio, cuáles plataformas tendrán (como un portal web), el plan estratégico, y qué apoyo requieren de Procomer.
Pedro Beirute, gerente general de Procomer, insistió que todas esas definiciones son responsabilidad de los integrantes del cluster. Esta entidad también brindará capacitación y asesoría para que el consorcio pueda pasar a las fases de consolidación e internacionalización, con las exportaciones de productos y servicios en biotecnología.
Si en el camino aparece una oportunidad de comercialización –antes de la fase de internacionalización– se podrá aprovechar, aunque la idea es que el proceso ayude a que las empresas de distintos tamaños puedan avanzar simultáneamente "sin quemar etapas".
Procomer también ha venido promoviendo –además del sector de bienes– consorcios de servicios en salud, academia, moda, ingeniería y tecnologías de información y comunicación. Actualmente hay 13 consorcios activos, que incluyen el aeroespacial también dado a conocer esta semana.
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Articular iniciativas
Procomer realizó hace 18 meses un mapeo para ver si había posibilidad de asociar empresas y ayudarlas en su internacionalización, dado que en el país existe el talento (científicos y estudiantes), instituciones e infraestructura en este campo.
En ese mapeo se comprobó que existen las "condiciones generales idóneas" para potenciar a este sector. También, que sí hay suficientes empresas, científicos y emprendimientos para que se animen a generar negocios y formen el consorcio.
"Lo que no hay es suficiente articulación entre los jugadores", dijo Beirute.
El ejecutivo indicó que Procomer sería el puente para generar los vínculos entre las empresas y los otros actores, brindaría asesoría de lo que ha funcionado en otros consorcios, estudios de especialistas y desarrollo de habilidades blandas: gerencia, mercadeo digital, propiedad intelectual y contratos.
Los integrantes del cluster son los que decidirán a cuáles mercados exportar y quién puede formar parte, pensando en integrar la mayor cantidad posible de iniciativas, pues –a diferencia de otros consorcios– la idea es que también participen las universidades que tienen programas y proyectos en biotecnología.
Este sería el consorcio con más diversidad de integrantes, pues lo que se pretende es transformar muchas investigaciones en nuevos negocios e impulsar la comercialización en el exterior de los proyectos.
"La mayoría de los creadores de estas empresas son investigadores y científicos que tienen muy claro el panorama. La intervención de Procomer es para ayudarles a trasladar sus proyectos a la vida comercial", dijo Erick Ulate, suddirector de exportación de Procomer.
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Encadenamientos locales
Además de exportaciones, el consorció podrá generar encadenamientos locales con firmas nacionales o internacionales presentes en el país. "Los encadenamiento locales tambien facilitan el ambiente de negocios para permitir el desarrollo del sector", dijo Couto.
Desde el cluster se pretende establecer el vínculo con las empresas multinacionales manufactureras establecidas en Costa Rica para crear oportunidades de servicios tecnológicos a partir de instituciones, centros tecnologicos y empresas biotecnológicas nacionales.
Esto se ve como un paso previo para ayudar a que las empresas costarricenses de biotecnología adquieran experiencia en negociación, estándares y certificaciones, cumplimiento de términos y condiciones, y atención de la demanda en el mercado internacional.
Así estarían en mejores condiciones para iniciar la exportación, como ya se ha visto en otros encadenamientos que operan en el país entre empresas nacionales y compañías de alta tecnología en zona franca.
En la medida que las empresas del cluster apunten a ser empresas de clase mundial deberán cumplir con niveles regulatorios de alto nivel, establecidos por la Food and Drug Administration (FDA) de EE. UU., encargada de la regulación de medicamentos, dispositivos médicos y abastecimiento de alimentos, entre otros.
Asimismo, deberán cumplir con la marca de la Marca CE (de Conformidad Europea), que sirve para indicar a las autoridades y consumidores que se cumple la legislación respectiva, y con las normas de calidad ISO.
El consorcio y el apoyo de Procomer facilitaría concretar nuevos y más encadenamientos de los que se han dado hasta el momento entre entidades y firmas de biotecnología, por un lado, y otros sectores de agroindustria e industria, por el otro. "No llegarían solas", insistió Ulate.
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Difusión externa e interna
La conformación del cluster de biotecnología está en su etapa de infancia, aunque ya algunas firmas participaron en una feria BioLatam en Chile con la marca país Esencial Costa Rica, donde se abrieron oportunidades de negocios a las que les están dando seguimiento.
Allá se tuvo un stand compartido y se brindó informacion sobre el potencial del país, incluyendo la "Guía de los sectores de ciencias de la vida".
Para este 2016 también se estaría preparando la participación en otra feria internacional, así como un evento denominado BioTICA en Costa Rica.
Con el cluster se espera que se acelere la transferencia tecnológica entre las universidades y el sector productivo, algo que –según los funcionarios de Procomer— otros países tienen más desarrollado y claro.
Couto insistió que Costa Rica actualmente tiene la riqueza de ser reconocida internacionalmente como un país propicio para manufacturar material biomédico sofisticado y con potencial productor de biotecnología.
Esto se aprovecharía para promover el nuevo consorcio.
A nivel interno también se pretende crear conocimiento sobre ese potencial e interactuar con los distintos organismos –como aduanas, agencias aduaneras y otras entidades involucradas– para facilitar el clima de negocios.
Con ellos se deberían resolver obstáculos comunes para la comercializacion de productos o insumos biotecnológicos; facilitar los procesos de ingreso de materia prima de biotecnología; y exportar productos que son poco comunes.
Couto dijo que también se está impulsando la vinculación con Cinde para compartir lecciones aprendidas desde las empresas extranjeras que han superado existosamente este tipo de desafíos en el país.
La formación del consorcio también permitiría darse a conocer ante el sector financiero para obtener financiamiento.
"El sector financiero y bancario no tiene idea de las características de estas bioempresas, su operación, sus productos y su potencial y valor estratégico para el país. Por eso es tan importante la labor que actualmente Procomer, tratando de aglutinar este sector", dijo Rojas, del ITCR.
NOTA DE REDACTOR: Información actualizada a las 9:40 a.m.