La mayoría de los programas de licenciatura y maestría, y todos los doctorados, exigen realizar un trabajo de graduación, que generalmente se manifiesta en un documento y una defensa ante un jurado.
Algunos trabajos se hacen por cumplir con un requisito y hacen aportes escasos a su disciplina o a sus aplicaciones.
En contraste, otros trabajos demuestran gran originalidad y pertinencia, resuelven problemas interesantes y podrían tener mucho valor, pero no llegan a la implementación o requieren ser continuados para desembocar en innovaciones productivas.
Hay algunas propuestas de gran valor potencial, planteadas por estudiantes y profesores, que requieren de aprobaciones o autorizaciones para acceder a fuentes de datos, así como de alinear voluntades para el trabajo multidisciplinario. Tal es el caso de planteamientos de investigación relacionados con datos de salud, que pueden ser analizados mediante métodos matemático-computacionales para desarrollar modelos de prevención, de alerta temprana o de reacción oportuna, si se los complementa con sistemas de información y comunicación avanzados; estas capacidades científico-tecnológicas están de ‘reserva’ en algunos postgrados nacionales.
El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) tiene el menor presupuesto dentro del Ejecutivo, pero es capaz de catalizar acciones con el apoyo de otras entidades públicas y de organizaciones privadas.
El Ministerio puede ejercer mayor influencia en las universidades, así como sobre entidades públicas y privadas, para estimular que los trabajos avanzados en ciencia, tecnología e innovación encuentren una buena acogida y puedan rendir frutos útiles para la sociedad y el conocimiento humano –a costos muy bajos para el erario público. Con visión, voluntad y determinación podemos movilizar la inteligencia nacional y acelerar su impacto provechoso en la sociedad y el ambiente nacionales.