El ascenso de los robots ha sido desde hace tiempo un tema de exitosos libros de ciencia ficción y videojuegos y, a partir de finales de junio, una amenaza tomada en serio oficialmente por los banqueros centrales.
Los banqueros no están dispuestos todavía a creer las visiones distópicas en las cuales los robots vuelven superfluos a los humanos. Pero, en una reunión exclusiva en un centro turístico de golf cerca de Lisboa, las grandes mentes de la política monetaria estuvieron discutiendo seriamente el riesgo de que la inteligencia artificial pudiera eliminar empleos a una escala que empequeñecería a las anteriores olas de cambio tecnológico.
“No hay duda de que estamos en una era en que la gente se pregunta: ‘¿El Robocalipsis está sobre nosotros?’”, dijo David Autor, profesor de economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts, el 27 de junio ante una audiencia que incluía a Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo; James Bullard, presidente del Banco de la Reserva Federal de San Luis, y decenas de otros destacados banqueros centrales y economistas.
La discusión ocurrió mientras los economistas se mostraban más optimistas sobre el crecimiento de lo que habían estado en una década. Draghi aprovechó para indicar que el Banco Central Europeo se está acercando al día en que empiece a eliminar las medidas destinadas a mantener las tasas de interés muy bajas y estimular a la economía.
Optimismo y temor
“Todas las señales ahora apuntan al fortalecimiento y la ampliación de la recuperación en la zona del euro”, dijo Draghi. Sus comentarios impulsaron al euro a casi su nivel más alto en un año, aunque posteriormente cedió algunas de sus ganancias.
Pero, junto con el optimismo existe el temor de que la expansión económica pudiera eludir a grandes porciones de la población, en parte porque un número creciente de empleos pudieran ser reemplazados por computadoras capaces de aprender; la llamada inteligencia artificial.
Los formuladores de políticas y economistas admitieron que no han puesto suficiente atención a en qué medida la tecnología ha dañado al poder adquisitivo de algunos segmentos de la sociedad, ni planeado abordar las preocupaciones de quienes han resultado perdedores. Eso, en parte, ha nutrido al populismo político que contribuyó a la votación de Gran Bretaña hace un año para abandonar la Unión Europea, y la elección del presidente Trump.
“Hablando en general, el crecimiento económico es bueno”, dijo en el foro Ben Bernanke, expresidente de la Reserva Federal. “Pero, como han hecho notar los acontecimientos políticos recientes, el crecimiento no siempre es suficiente”.
En el pasado, los avances tecnológicos causaron turbulencias temporales pero luego mejoraron los niveles de vida, creando de paso nuevas categorías de empleo. La maquinaria agrícola desplazó a los trabajadores agrícolas pero, eventualmente, encontraron empleos con mejores salarios, y hoy sus bisnietos podrían estar diseñando videojuegos.
Pero la inteligencia artificial amenaza a amplias categorías de empleos que anteriormente se consideraban seguras ante la automatización, como asistentes legales, auditores corporativos y gerentes de inversión. Grandes grupos de personas pudieran volverse obsoletos, sufriendo el mismo destino que los caballos de arado después de la invención del tractor.
“Cada vez más estamos viendo a los economistas decir: ‘Esta vez pudiera ser diferente’”, dijo Autor, quien presentó un documento de investigación sobre el tema que escribió con Anna Salomons, profesora asociada de la Escuela de Economía de la Universidad de Utrecht en Holanda.
Los banqueros centrales han empezado a examinar el efecto de la tecnología sobre el empleo porque pudiera ayudar a resolver varios dilemas económicos.
¿Por qué está declinando la participación de los trabajadores de los ingresos totales, aun cuando el desempleo está en niveles históricamente bajos y las utilidades corporativas alcanzan alturas récord? ¿Por qué la productividad, la cantidad que produce un trabajador determinado, está estancada en neutral?
“El mero hecho de que estemos organizando esta conferencia aquí en Sintra testifica nuestro interés en esa discusión”, dijo en una entrevista Benoît Coeuré, miembro del consejo ejecutivo del Banco Central Europeo, refiriéndose al debate sobre el “Robocalipsis”.
Salarios y precios
De particular interés para el Banco Central Europeo es por qué el crecimiento económico más rápido no ha causado que suban los salarios y los precios. El banco central ha intentado todo para estimular a la economía de la zona del euro, reduciendo las tasas de interés a cero e incluso por debajo, mientras emite dinero. Cuatro años de crecimiento han llevado a la creación de 6,4 millones de empleos. Sin embargo, la inflación sigue muy por debajo de la meta oficial del banco de menos, pero cerca, del 2 %.
Una explicación es que más trabajo está siendo hecho por computadoras y las recompensas están fluyendo hacia la pequeña élite que las posee.
Sin embargo, entre los economistas en Sintra hubo mucho escepticismo sobre si el Robocalipsis está cerca.
Desde el inicio de la era industrial, casi toda las innovaciones tecnológicas importantes han llevado a predicciones funestas de que los humanos estaban siendo reemplazados por máquinas.
Aunque algunos tipos de empleos se perdieron para siempre, la mayor eficiencia condujo a bienes más asequibles y otras industrias absorbieron el exceso de trabajadores. Pocas personas vivas hoy quisieran regresar a fines del siglo XIX, cuando el 40 % de los estadounidenses trabajaba en granjas.