Los movimientos en la oferta que ofrece Radiográfica Costarricense (Racsa) han sido evidentes durante las últimas semanas.
El cierre del servicio de la factura digital, el cual logró atraer solamente 13 clientes, y ahora la presentación del factoreo son los acontecimientos más recientes.
Estos movimientos se unen a proyectos que la entidad tiene entre manos como el desarrollo y administración del Sistema Nacional de Compras Públicas (Sicop), el cual estará basado en el esqueleto de Mer-link.
El reacomodo ocurre cuando la entidad se concentra en la estrategia de proveer servicios a las instituciones públicas y se encuentra bajo fuertes cuestionamientos por sus estados financieros.
La Comisión de Ingreso y Gasto Público de la Asamblea Legislativa señaló inconsistencias entre los datos de la Contraloría General de la República (CGR) y del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
El velo del secreto cubre la situación financiera de la entidad que, al formar parte del Grupo ICE, está protegida por la confidencialidad prevista en la Ley de Fortalecimiento y Modernización de las Entidades Públicas del Sector Telecomunicaciones.
Sin embargo, en la institución consideran que están teniendo una recuperación importante y niegan que se encuentren en un estado crítico.
Francisco Calvo, gerente general de Radiográfica, aseguró que la institución está en un proceso de transformación, el cual puede llevarle varios años.
“El objetivo primordial de alcanzar la estabilidad financiera y operativa se está logrando aún antes de lo previsto”, dijo Calvo.
Fallos
El fracaso del servicio de factura digital de Racsa es el más reciente en un rosario de desaciertos que incluyen, entre otros, el intento fallido de mantener la popularidad y uso del correo electrónico costarricense.cr y la iniciativa de la televisión por Internet.
Para unos, el resultado negativo de ciertos proyectos del listado no son necesariamente responsabilidad de Radiográfica Costarricense.
Un ejemplo sería el cierre del servicio de factura digital, que para Orlando Cascante, quien fue gerente de la entidad del 2011 al 2013, no dependía de Racsa, sino del Ministerio de Hacienda.
“Como en toda empresa hubo proyectos exitosos, otros que se trasladaron a la casa matriz y otros que no se ejecutaron como el de Fibra a la Casa (con Vía Europa)”, comentó Cascante.
El cese de la operación del servicio de factura electrónica fue comunicado el 12 de agosto por Pablo Rojas, director comercial de Racsa, quien explicó que el servicio era una aplicación que facilitaba la emisión de los comprobantes digitales de pago y el cual llegó a tener 13 clientes en su mayoría pequeñas empresas.
“No se generó el volumen esperado de facturas para mantener el servicio activo”, argumentó Rojas.
A pesar de este cierre, esa misma semana Racsa informó de que ofrecerá el servicio de factoreo.
Se trata de una plataforma que permite a los usuarios realizar todo el proceso de descuento de facturas sin necesidad de trasladarse físicamente a las instituciones relacionadas con el proceso.
En el historial de Racsa también destaca el proyecto que pretendía ofrecer Internet veloz y de bajo costo financiado por la firma sueca Vía Europa, el cual quedó estancado.
La iniciativa fue anunciada por la presidenta Laura Chinchilla en setiembre de 2012 y no se pudo concretar porque Vía Europa no contó con el título habilitante por parte de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) para poder ofrecer servicios en el país.
En el 2012, Radiográfica presentó otro proyecto que no dio los resultados esperados. Se trató de One Play.
Tan solo dos meses después de su divulgación, las autoridades de Racsa reconocieron que el producto que pretendía ofrecer televisión por Internet tenía una oferta muy limitada.
Era una alianza entre Racsa y Grupo Salinas (TV Azteca) que tenía como objetivo generar ingresos suficientes para darle sostenibilidad a la empresa.
Sin embargo, el que se puede considerar como factor detonante de la crisis de Racsa, ocurrió en el 2009, cuando las cableras Amnet y Cabletica decidieron romper relaciones comerciales con Radiográfica para vender por sí solas los servicios de Internet.
En ese momento el número de abonados representaba el 70% del mercado de banda ancha de Racsa.
Las cableras lograron llevarse parte importante de los clientes asociados al servicio.
Pero ¿qué puede significar para Racsa dentro de su estrategia de negocios, la repetida apertura y cierre de proyectos?
Luis Amón, vicepresidente de la Cámara de Tecnologías de la Información (Camtic), explicó que se puede inferir que los servicios que está ofreciendo Racsa no está acorde a las necesidades del mercado o bien no son competencia con los otros servicios que ofrecen las compañías de telemática.
“Desde el punto de vista como empresario, dudo de que alguien esté dispuesto a seguir perdiendo millones de dólares por año”, manifestó Amón.
El exgerente Cascante manifestó que en un año no se visualizan los frutos de las acciones ejecutadas y más en las condiciones en las que se encontraba Racsa.
“Lo bueno o lo malo que esté sucediendo, es producto de las acciones de los últimos dos o tres años”, añadió.
Además, los cambios más recientes en la oferta de servicios tendrían poco impacto en los ingresos de la empresa. Para Hernán Acuña, exgerente (2013- 2014), los proyectos como factura digital y el factoreo no comprometen pero tampoco aseguran el futuro de la empresa.
Incertidumbre
Aparte de las dudas que generan los proyectos de Racsa, también se le suma el desconocimiento acerca del estado económico de la empresa.
La contralora Marta Acosta brindó declaraciones ante la Asamblea Legislativa y causó alarma entre los diputados. Los informes no fueron dados a conocer porque la ley los ampara bajo confidencialidad.
En el 2011, la Contraloría Gernal de la República dio a conocer que Racsa estaba en peligro de quiebra.
Para Amón, es necesario que sea revelado el balance financiero más reciente para que se terminen las preguntas y se puedan tomar decisiones acerca del futuro de la compañía.
“No tenemos números. Ellos mismos están contribuyendo a que haya especulación”, acotó.
El exjerarca Hernán Acuña también afirmó que el cuestionamiento del estado económico poco dice porque estos no se conocen en detalle.
A pesar de los cuestionamientos, el gerente de Racsa dijo que hay una transformación en el portafolio de productos para hacerla una “empresa flexible” que se adapte al ecosistema digital para los próximos dos años y así buscar el equilibrio monetario.
La empresa desea colocar sus servicios en las áreas de seguridad, banca, salud, infraestructura, educación y ambiente.