Los autos ahora se conducen solos. Los teléfonos celulares nos hablan, ¿Cuánto tiempo pasará hasta que se vuelva realidad el sueño de todo estudiante universitario y todo padre abrumado de trabajo, y la ropa limpia se doble sola?
Al menos dos empresas están prometiendo llevar al mercado robots domésticos que doblan la ropa limpia para fines de 2017. Conocidas como Laundroid y FoldiMate, ambas máquinas funcionan analizando cada prenda que toman, determinando la forma ideal de doblarla y entregando un montón de prendas cuidadosamente dobladas listas para meterlas al cajón.
El Laundroid es ligeramente más pequeño que un refrigerador típico y se parece a un monolito de “2001: Odisea del espacio”, excepto que incluye cajones. Los brazos del robot están dentro.
El FoldiMate, más compacto, tiene grandes pinzas que cuelgan por fuera, lo que le hace más una combinación de un tendedero y un horno de plástico.
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Un prototipo funcional del Laundroid –respaldado por unos $90 millones de capital de inversión, que incluye fondos de George Roberts y Henry Kravis de la firma de adquisiciones KKR– estaba listo para hacer una demostración en público a fines de mayo en Tokio. Se vendía al menudeo –solo en Japón, al principio– en unos $16.000. Seven Dreamers, la compañía que lanzó el Laundroid, pretende reducir el costo a $2.000 por unidad e iniciar las ventas internacionales para el año próximo.
A juzgar por la intensidad del emprendimiento que se está dando en el campo del lavado de ropa; la mayoría de la gente preferiría ver un video de Marie Kondo, autora del libro “The Life-Changing Magic of Tidying Up”, doblando una playera tan bien que se sostiene sola, que realmente hacerlo con sus propias manos.
Está el iBasket, un cesto de ropa sucia que automáticamente lava la ropa cuando está lleno; el EcoWasher, que promete una “lavada sin detergente”; y el DashLocker, un servicio de lavandería urbano basado en una aplicación móvil.
Whirlpool Corp., dueña de la marca Maytag, también está innovando agresivamente. La empresa planea lanzar en enero un híbrido de lavasecadora todo en uno de $1.700 dólares que incluye un depósito para el detergente que decide la proporción correcta por carga, lo echa en la tina sin ayuda e inalámbricamente hace un nuevo pedido en Amazon cuando se vacía.
“Hay un alto nivel de entusiasmo en torno de la innovación en el lavado de ropa”, dijo Danielle Whah, directora de productos para lavandería en Norteamérica de Whirlpool.
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Ni el Laundroid, que fue inventado en Japón, ni el FoldiMate, que está siendo desarrollado en Israel por una empresa estadounidense, pueden expresar un hastío existencial como hacía Rosey el robot de los Jetsons (Robotina en Los Supersónicos, en los países latinoamericanos), o interactuar con su barredora robótica Roomba o su cafetera Mr. Coffee conectada a Internet para crear una experiencia automatizada de lavado, aspirado y preparación de café. Pero parecen ser un avance crucial para la automatización del hogar, donde una máquina pensante usa una mano metálica para ayudar con las tareas.
“Hay pocos santos griales por ahí, y el robot doméstico es uno de ellos”, dijo Daniel H. Wilson, un investigador en robótica y autor de “Where’s My Jetpack?” y la novela “Robopocalypse”.
Inteligencia artificial
El Laundroid tiene una caja insertada y cuatro cajones más pequeños. Se depositan hasta 30 prendas de ropa limpia y se pone a trabajar.
“El brazo robótico toma las prendas una por una y luego la inteligencia artificial reconoce si es una camiseta, unos pantalones o un piyama”, dijo Shin Sakane, inventor del Laundroid, en una entrevista por Skype desde Japón.
El mayor desafío técnico para el Laundroid y el FoldiMate es que la máquina sepa qué está sosteniendo. Como las prendas están sin forma en una pila, y el brazo robótico toma cada artículo en ocasiones por la orilla, a veces por el centro, “no tomará la prenda de la misma forma siempre”, dijo Guy Hayazaki, vocero de Laundroid.
Los Laundroid funcionarán como un equipo. El concepto es que, usando una conexión de wi-fi, el cerebro del robot en red se conecte con un servidor que esté aprendiendo constantemente mejores métodos de doblado para cada tipo de prenda descargando datos de todos los otros Laundroid. Esta mente colectiva promete poder diferenciar entre playeras, overoles y trajes pantalón, doblando cada uno según sus necesidades y acomodándolos en pilas separadas para los miembros de la casa.
Lentamente. En el Laundroid de primera generación, el análisis por imagen de cada prenda toma hasta 10 minutos; el doblado solo uno o dos. Pero eso representa casi todo un día de trabajo por una carga completa.
Gal Rozov, inventor del FoldiMate, dijo que su máquina era más rápida. Requiere que los usuarios cuelguen cada prenda al frente de ella, haciendo más sencillo el reconocimiento. La máquina luego introduce cada artículo en su interior y lo dobla.
“Toda la idea es tener la experiencia de entregar las prendas a un amigo, quien hará ese trabajo duro por ti”, dijo Rozov en una entrevista telefónica desde las afueras de Tel Aviv. Usando este proceso, completará una carga “en minutos”, dijo.
Vía una campaña de financiamiento colectivo en su sitio web, la empresa de Rozov ha recibido unos 8.000 depósitos de $85, cada uno concede al cliente un descuento del 10% sobre el producto final, que tiene un precio meta de $850, dijo. La empresa pretende abrir la recepción de pedidos anticipados a fines de año y empezar a hacer las entregas a fines de 2018.
Rozov y Sakane, que trabajan en lados opuestos del planeta, se inspiraron en sus esposas.
“Mi esposa afirma que yo soy uno de los peores dobladores de ropa limpia del mundo, y tiene razón”, dijo Rozov. “Lo odio. Tenemos tres hijos, y doblar la ropa es tedioso, y yo quería alguna forma de recibir ayuda”.
Sakane recibió un doctorado en química y bioquímica de la Universidad de Delaware en 2000 y regresó a su nativa Japón para trabajar para la empresa de su padre, Industrial Summit Technology, que es conocida por vender un componente que mejora la eficiencia de las impresoras láser.
Sakane quería trabajar en productos de consumo totalmente realizados, siguiendo el ejemplo de sus héroes en los negocios: Steve Jobs de Apple y Konosuke Matsushita, fundador de Panasonic.
Formó su propia empresa, Seven Dreamers, que ya tiene dos inventos en el mercado: uno, llamado Nastent, es un tubo que eleva la nariz y pone fin a los ronquidos; el otro es un mango de palo de golf de fibra de carbono que se supone reduce la resistencia.
Kravis y Roberts de KKR son fanáticos del mango, lo que llevó a su interés en el Laundroid. Una vocera de KKR dijo que habían invertido su propio dinero, no el de la compañía. Otros inversionistas incluyen a Panasonic y al constructor de casas Daiwa.
Sakane dijo que estaba buscando una idea de negocios hace más de una década cuando le preguntó a su esposa: “¿Hay algo en tu mente que no esté disponible en ninguna parte del mundo, algo que se use en casa y algo que realmente quieras tener?
“Y ella dijo: ‘¡Por supuesto! ¡Un robot que doble la ropa limpia!’ Y luego pensé: ‘¡Sí, eso es!’”
Así que, ¿Sakane ya ha llevado un Laundroid a su propia casa?
“No todavía”, dijo. “Mi esposa sigue preguntándome cuándo”.
Aunque el cuarto de lavado moderno generalmente se construye para contener una lavadora y una secadora por separado, la investigación de mercado de Whirlpool ha encontrado que muchos consumidores estarán interesados en comprar dos híbridos de lavasecadora y ponerlos uno al lado del otro para incrementar la capacidad y reducir el tiempo destinado a la tarea, dijo Whah.
Quizá. Pero como señaló Whah, los consumidores aún consideran que el beneficio central de lavar la ropa es “sacar la ropa limpia de la lavadora y seca de la secadora”.
Annalee Newitz, escritora de de tecnología, se preguntó en una entrevista telefónica si el Laundroid eventualmente terminaría siendo como una máquina para preparar pan: un aparato a menudo regalado y rara vez usado.
Hugh Howey, escritor de ciencia ficción, dijo en un correo electrónico: “Lo que espero ver es un futuro donde nuestras horas estén llenas no del arduo trabajo obligatorio necesario para sostener nuestras finanzas sino de tareas libremente elegidas que alimenten a nuestras almas”.