A sus 41 años, Apple es un veterano respetado de la industria de la tecnología. Pero en lugar de bajar el ritmo poco a poco y propiciar su retiro, la empresa está pasando por otra racha de crecimiento.
La semana pasada, las acciones de Apple aumentaron un 5% y así alcanzaron la cifra récord de $157,14, después de haber reportado resultados financieros sorprendentemente positivos. Ahora vale $822.000 millones, más que cualquier otra empresa en la bolsa de valores de Nueva York. Lo ha logrado antes de lanzar una nueva línea del muy esperado iPhone este otoño, en el décimo aniversario del modelo original. Los analistas dicen que los nuevos celulares podrían aumentar las ventas más de 10 % el próximo año.
Apple no es la única. Hay otros gigantes de la tecnología experimentados como Microsoft, Amazon y Alphabet —la empresa matriz de Google—, así como participantes más jóvenes como Facebook, que también han logrado alcanzar un gran crecimiento a pesar de su tremendo tamaño.
El secreto de su vigor, según analistas e inversionistas, es la vasta cantidad de información que tienen acerca de los clientes y su capacidad de venderles todo tipo de productos.
“Este puñado de empresas está escribiendo el sistema operativo de la nueva economía”, dijo Brad Slingerland, gestor principal de cartera del fondo tecnológico global de Janus Henderson. “Las empresas más grandes pueden recolectar información y utilizarla para generar negocios complementarios”.
Recuperación
En cuanto a Apple, que depende mucho más de las ventas de hardware que otros líderes de la tecnología, su desempeño reciente es todavía más impresionante después de haber tenido un 2016 desalentador, pues los ingresos trimestrales disminuyeron por primera vez en trece años y las ventas de la empresa en China cayeron hasta el piso.
En el trimestre que terminó el 1 de julio, Apple en realidad vendió un 2% más de iphones que durante el mismo periodo el año pasado, con lo que desafió el usual desplome de ventas que ocurre antes de que se presenten sus nuevos celulares. El negocio en China se estabilizó.
La iPad, una línea de productos que estaba colapsando en medio del ascenso de los celulares con pantallas grandes, se recuperó, y el número de tabletas vendidas aumentó un 15% conforme Apple bajó sus precios en los productos de gama baja y agregó funciones en los de gama alta. Los rediseñados productos de las líneas iMac y MacBook Pro también obtuvieron participación en el mercado en la industria de las computadoras personales, que sufre un lento declive.
En un presagio del futuro de la empresa, los servicios digitales —la App Store, iCloud, las descargas de música y películas, así como el servicio de emisión en continuo Apple Music– se han convertido en la segunda categoría más importante de la empresa, pues han crecido un 22%, hasta llegar a $7.300 millones en el trimestre. Con 1.200 millones de iphones vendidos y millones de clientes nuevos que se unen al ecosistema del iPhone cada año, Apple está en un punto en el que puede aumentar sus ingresos provenientes de servicios mucho más rápidamente que a partir de accesorios como el Watch.
“Wall Street se está percatando de la realidad de que el siguiente gran producto podría no ser un auto de Apple ni la TV ni el Watch”, dijo Trip Miller de Gullane Capital Partners, que se saturó de acciones de Apple cuando costaban menos de $100. “El negocio de servicios es el siguiente gran producto”.
Miller, quien también es propietario de acciones de Alphabet y Amazon, dijo que parte de lo que hace tan poderosas a estas empresas son sus sólidos estados financieros, con efectivo aparentemente ilimitado y capacidad de préstamo. Esto ha permitido que Alphabet desarrolle lentamente el negocio de publicidad de YouTube y pase a los vehículos autónomos.
Incluso Facebook, que podría vender más anuncios publicitarios en su red social de lo que está dispuesto a poner en la sección de últimas noticias, está generando tanto efectivo que puede permitirse aumentar de manera gradual los anuncios publicitarios en Instagram y en su red de Messenger mientras absorbe las pérdidas de su negocio de realidad virtual Oculus.
Las ventas de Apple tienden a ser más cíclicas, pues las grandes actualizaciones en su iPhone ocurren cada dos años. La empresa esta vez se retrasó un año en su agenda; su última actualización importante fue en 2014. Esto tiene emocionados a los inversionistas acerca del potencial de un gran incremento en la demanda cuando los nuevos celulares sean lanzados este otoño (se setiembre a diciembre).
“Cualquier producto que lancen este año sería exitoso. Hay una demanda reprimida de reemplazos”, dijo Amit Daryanani, analista de hardware de RBC Capital Markets. “La mayoría de nosotros estamos proyectando un crecimiento en sus ingresos del 11% al 12% en 2018, un superciclo”.
Sin embargo, dijo que no es probable que continúe este crecimiento en 2019, cuando la emoción en torno a los nuevos iPhone se haya disipado.
Aun así, es probable que el peso financiero de Apple le permita superar cualquier periodo difícil. Obtuvo $45.000 millones en ingresos el último trimestre y ahora cuenta con $262.000 millones en efectivo y valores negociables.
El riesgo es que los clientes decidan cambiar a otro celular y dejen el iPhone, que ya tiene una década de existencia. Se espera que el iPhone de nueva generación, por ejemplo, cueste más de $1.000, lo cual podría alejar a muchos compradores. Además, una nueva falla técnica, como la que ocurrió el año pasado con las baterías de los celulares Note 7 de Samsung, que se incendiaban, podría provocar una costosa retirada del mercado del producto.
“Si eso le pasara al iPhone, sería devastador”, dijo Slingerlend.