El presupuesto para ciencia y tecnología aumentaría el próximo año. No es mucho. Con todo, el sector deberá examinar en el laboratorio el balance entre los recursos disponibles, su alcance y los indicadores de innovación.
Para el 2017, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) planteó a los diputados un presupuesto de ¢9.772 millones, lo que es 6,9% más que en este 2016 . Sin duda, hay un estimulante reforzamiento de sus programas.
“Esta propuesta de presupuesto fue realizada de manera responsable combinando esfuerzos para contener el gasto sin sacrificar actividades y tareas que el Micitt desarrolla, las cuales son fundamentales para el desarrollo científico y tecnológico de nuestro país”, destacó el ministro Marcelo Jenkins.
El incremento es significativo, considerando el recorte de ¢270 millones que sufrió la cartera en el 2016 (el presupuesto original era de ¢9.351 millones y quedó en ¢9.081 millones al final). Eso pese a que se logró que el fondo de incentivos tuviera ¢300 millones adicionales en el presente año, para alcanzar ¢935 millones.
Aún así los recursos del Micitt apenas son el 0,1% del plan de gastos del Gobierno para el 2017.
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Examen
Parece poco y lo es. En especial si consideramos que los científicos y profesionales en tecnología y telecomunicaciones son el sector que origina las innovaciones que sostienen a todas las industrias.
Un reciente estudio del Brookings Institution, con sede en Washington, muestra que en Estados Unidos las 50 industrias avanzadas (energía, química, computación, comunicaciones y otras) concentran el 9% de los empleos (como ingenieros y científicos), generan una quinta parte del Producto Interno Bruto (PIB) y crean el 85% de las patentes.
De hecho el Banco Mundial ubicaba en el 2014 a EE. UU. como un líder en este rubro (578.802 patentes), solo superado por la imponente China (928.177).
El informe recalca que la dinámica de estas industrias avanzadas es el componente central de la economía actual y que los otros sectores (manufactura, agricultura, servicios, comercio) se apoyan en sus innovaciones.
Para las demás naciones no es distinto, pues la innovación es clave para su competitividad.
Al comparar a Costa Rica con su entorno regional, el país no aparece tan mal ubicado. Hasta el 2014, las últimas estadísticas del Banco Mundial indicaban que el país invertía el 0,47% del PIB en investigación y desarrollo.
Eso suma lo que también dedican a estas actividades las universidades, otras entidades y las empresas, además del Micitt.
La inversión del país es menor al 1% ideal y está lejos de EE. UU. (2,81%), China (2,01%) e Israel (4,21%). Pero con eso el país era el cuarto a nivel latinoamericano .
En volumen de inversión y por la cantidad de investigadores, los indicadores de Costa Rica también son llamativos.
Lo que no parece compaginar es que otros países con menores recursos en ciencia se posicionan mejor en esos resultados , que son los índices usuales para ver el grado de desarrollo de la ciencia y la tecnología.
Siendo la cuarta en la región por el porcentaje del PIB dedicado a investigación y desarrollo, Costa Rica aparecía rezagada como la 10 por publicaciones científicas .
También era la undécima y la novena en patentes solicitadas de residentes (presentadas en el país de residencia) y de no residentes (presentadas por solicitantes que no residen en el país). Era octava en cuanto a marcas registradas.A nivel global, también siguiendo los datos del Banco Mundial, de 213 países, Costa Rica era el número 65 en inversión en investigación y desarrollo. También se quedaba atrás en publicaciones (posición 95) y en patentes solicitadas por residentes (91).
En artículos científicos, tras 50 publicaciones en 1990, el país se mantuvo entre 118 y 276 publicaciones del 2000 al 2013. Colombia –por ejemplo– saltó de 510 a casi 4.500 en el mismo periodo.
Diego Molano, exministro de Ciencia y Tecnología de Colombia, afirmó que en la región las políticas son muy tímidas.
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El detalle de lo invertido desde el presupuesto del Micitt puede dar una señal del alcance de los programas y de los recursos.
Según el Micitt en el 2015 se destinaron ¢774,8 millones del Fondo de Incentivos a 137 iniciativas (que incluye asistencia a eventos y becas) y ¢189 millones el el fondo Propyme para 13 proyectos de innovación, de desarrollo y de transferencia.
En el 2016 también se logró que 1.804 jóvenes y 187 docentes fueran “sensibilizados” por el programa de innovación. Y que desde el 2015 a la fecha se “sensibilizó” a 940 pequeñas empresas con el programa Huella Pyme.
Sin duda, se trata de eventos clave para la promoción científica y para las empresas. Lo que falta es que esas y otras tareas ordinarias se traduzcan en innovaciones reales y se reflejen en indicadores más significativos.
Presupuesto previsto: ¢9.772 millones, 6,9% más que en 2016. De ellos ¢2.552 millones son al Viceministerio de Telecomunicaciones.
Fondo de Incentivos: ¢1.135 millones (becas de grado y de posgrado, pasantías, ferias científicas, olimpiadas, campamentos y proyectos de investigación y desarrollo). 12% del total.
Fondo Propyme: ¢250 millones (2,6% del total y 25% más que en 2016). ¢48,5 millones son para innovación (pymes, juventud, portal y proyectos de base tecnológica).
Televisión digital: ¢100 millones para divulgación mediante campaña de información de transición de televisión analógica a la digital.
Salarios: ¢3.877 millones (baja 1%).
Fuente Micitt.